SERGE RAYNAUD de la FERRIÈRE
Podría parecer que nos apartamos del tema, pero en realidad es para restablecer algunas de las bases propias y correlaciones del arte. Hagamos un amplio y conveniente paréntesis.
El simbolismo de los 4 elementos es ciertamente lo que más se representa en los temas artísticos, cualesquiera que éstos sean. Parece que las manifestaciones naturales del Universo han sido las más observadas y las más estudiadas, lo cual, evidentemente, se explica por el carácter meditativo de los antiguos, que sencillamente se aplicaban a estudiar lo que se presentaba inicialmente a sus sentidos.
Es por eso que la Astrología es, sin duda, una de las ciencias más antiguas, porque tan pronto como el hombre “pensó”, debió simplemente mirar hacia el cielo y donde, por una naturaleza objetiva, analizó las estrellas, o por una naturaleza mística preparóse a orar, con su mirada tornada hacia lo alto, debió captar el movimiento de la gran bóveda. De una manera u otra, esta contemplación en la base de las meditaciones primitivas fue ciertamente el nacimiento de las ciencias.
Tomemos como punto de partida la existencia, la que entiendo bien como “existencia”, es decir, Bhava (en sánscrito) y no como “Vida”; ¡se comprende que hay diferencia entre “existir” y “vivir”! como entre individualidad y personalidad (Lámina 29). La existencia, llamada Bhava, se divide en 6 partes (Dravya-Guna-Karma-Samanya-Vishesha-Samavaya), pero no estamos interesados sino en el encuentro de la primera porción de este Vaisheshika (desenvolvimiento filosófico que está constituido por la comprensión objetiva de las cosas, es decir, mirar en su existencia, separada la una de la otra) que es un sistema que con un análisis vislumbra la Gran Causa como los mismos griegos tenían costumbre de hacerlo.
Dravya (es la sustancia en el sentido escolástico) se presenta con 5 “Bhutas” o elementos constitutivos de las cosas corporales: Prithvi (la tierra), Ap (el agua), Tejas (el fuego), Vayu (el aire) y Akasha (el Æther) y por otro lado con las dos condiciones fundamentales de la existencia corporal: “Kala” (el tiempo, el cual está representado por Shiva en el mundo sensible) y “Dish” (el espacio, que simboliza Vishnú en estas mismas actividades).
Esta diferencia que acabo de mencionar en el modo de SER, está manifestada por todas partes y especialmente en el Arte.
Existir, es el principio eternal, es SER verdaderamente, es la individualidad imperecedera. Mientras que Vivir es la noción de la personalidad efímera.
Se vive tanto tiempo mientras no se realice que se ES, no se cesa de existir, pero se cesa de realizar que se existe debido a la involución en la materia. Uno se desprende poco a poco (por vías que podemos multiplicar hasta el infinito) del mundo-materia (tierra-agua-fuego-aire), de los 4 elementos que en todas partes vuelven a expresarse (en lo infinitamente grande, como en lo infinitamente pequeño), para identificarse (Yug) en el plano etérico (el principio Ǽther), que es en cierto modo la octava superior del elemento AIRE. El soplo, el prana, etc… está en la base de este Arte: el canto.
Expresar el Verbo, he aquí la idea original del canto, la “H” que caracteriza muy bien el soplo, el verbo, la generación, la oración y a Dios mismo en los lenguajes primitivos. Esta H es el símbolo del Aire, primer elemento por encima de la trilogía manifestada en principios elementales (tierra, agua y fuego) que son como una Santa Trinidad.
La TIERRA en efecto, representa al Creador (el Dios, el Padre, Brahma).
El AGUA es el elemento que simboliza la Virgen (la Madre, la Matriz, Maya, Deva, es Vishnú) superpuesto algunas veces al Cristo, Dios el Hijo o toda segunda manifestación de la Divinidad.
Finalmente el elemento FUEGO representa al Espíritu Santo (la conciencia universal, es Shiva, la destrucción de las pasiones, etcétera).
Es gracias entonces al elemento AIRE (el soplo, el prana, el control de la respiración en Yoga que permite la realización Kundalínica, etc.) que la evolución, para llegar a estos tres elementos de base, se realiza al mismo tiempo que las manifestaciones divinas, ya que todo lo que está arriba es como lo que está abajo, según lo que está dicho en los axiomas herméticos de la Antigua Sabiduría.
Es esta “H” (considerada de mando) la que volvemos a encontrar en el monograma del Cristo (en su nombre JeHsú de Nazareth) dibujado sobre cálices o vestiduras eclesiásticas, así como en el nombre divino en Hebreo (Yod-HE-Vaw-HE), en el cual la simbólica letra HE está trazada dos veces como para establecer el problema del mecanismo llamado de la maniobra divina, según el proceso de la iniciación masónica (ver Mensaje No. II para la explicación y fórmula acerca del número divino en el Gran Arcano, en “Los Grandes Mensajes”).
Vivir es estar en la limitación de los cuatro elementos; identificarse con estos elementos es escapar a la zona de influencia; llegar a la vibración del 5º.elemento (æther) es realizar que se existe, y producir en seguida la fusión con los otros planos (más allá del plano Æther está el domino mental y luego la conciencia cósmica).
Vivir es la personalidad que se impone;
Existir es realizar su individualidad.
Vivir es manifestarse por un mecanismo sin ideal;
Existir es sublimar el “Yo” interno.
Vivir es expresar su plano animal;
Existir es poner en acción su esencia divina.
Es el elemento AIRE el que pone en movimiento los principios indispensables para la evolución del ser. En realidad, tenemos una composición de 3 elementos solamente (nuestro cuerpo es una mezcla del elemento TIERRA, es el limo con el cual Dios creó al hombre, es la parte sólida; el elemento AGUA que es el líquido de nuestro cuerpo: la sangre, la orina, etcétera, y el FUEGO, la temperatura que mantiene al organismo en funcionamiento) y el cuarto elemento, es decir, el AIRE, del cual nuestra naturaleza humana está compuesta, es un principio extraño en cierto modo, puesto que es el aire que respiramos. Es el oxígeno aspirado por nuestros pulmones, y expirado igualmente; este elemento no forma parte precisamente de nosotros, no hace más que realizar un simple paso por nuestro organismo, permitiendo nuestra evolución en el sentido físico, ayudando a nuestra elevación en el sentido espiritual.
Recordemos rápidamente que las 7 glándulas endocrinas (Suprarrenales-Bazo-Timo-Tiroides-Pituitaria-Pineal) son emanadas fluídicamente por una vibración (a través de los plexos) en los centros nervo-fluídicos llamados “Chakras”(muladhara-svadhisthana-manipura-anahata-viccudha-agna-sahasrara padma) y esto siempre en relación con los elementos de los cuales nosotros tratamos en el análisis en este momento.
Así, cada elemento (tierra-agua-fuego-aire) está caracterizado sucesivamente en uno de estos centros dínamo-magnéticos, y en el que corresponde a la glándula tiroides (es decir, Viccudha-Chakra, que está situado en el plexo faríngeo) tendremos el principio Æther; la glándula pituitaria está simbolizada por Agna-Chakra y se caracteriza por el plano mental, mientras que la glándula pineal (simbolizada por el Chakra Sahasrara-Padma) corresponde a la conciencia cósmica. Es de notar, por tanto, que Viccudha es el chakra emanado de la tiroides, en el centro de la garganta, es la manifestación de la expresión exterior, el sonido, la voz, la dicción, el canto, etc., y es el elemento Æther que lo caracteriza.
A cada uno de los centros corresponde un planeta (según el orden de los Chakras tendremos: Saturno para “muladhara”, Júpiter para “svadhisthana”, Marte, Venus, Mercurio, Luna y Sol) siendo por tanto MERCURIO para “Viccudha” (el centro de la garganta).
Se sabe que Mercurio (Lámina 165) es el planeta que simboliza: el medio de expresión, la pronunciación, la elocución. El Dios Mercurio era entre los griegos el “Mensajero de los Dioses”, es decir, el intermediario entre el plano Material y el plano Divino, ¿no es precisamente el símbolo del elemento etérico?, caracterizado en el centro que nosotros analizamos en este momento la glándula tiroides, emanación del plexo- faríngeo.
Por la voz (a través del centro que algunos han visto como la residencia de JIVATMA34) se caracteriza, pues, el puente entre los dominios de la física corriente (tierra-agua-fuego-aire) y las esferas superiores (el plano mental y la conciencia universal).
La facultad de hablar, simbolizada por Mercurio, Viccudha Chakra, la glándula tiroides, el elemento Æther, fue sin duda el arte original y comprendemos mejor ahora esta “H”, esta aspiración, que caracterizaba a la divinidad entre muchos pueblos, y hay todavía numerosas sectas que escriben “H”, “HH” o “HA” para definir a Dios.
Se encuentra también la marca de esta “H” de mando, en el nombre de los Hombres-Dios, tales como Huiracocha (entre los Incas), Hanahpú (entre los Mayas), Hari (entre los Hindúes), Hochmah (Dios-el Hijo Kabalista), Huracán (de los Quichés), Hanumán (el Dios-Mono del Himalaya), “H” (el Soplo Divino entre los Tibetanos), es el CHI (en Chino antiguo), “Haj” (que significa VIDA en Hebreo), Hor-Chan (Sacerdote héroe del Popol-Vuh), Hephaistos era una variante del nombre VULCANO, Hesus era la palabra Sagrada entre los Druidas, Hotoké es el sobrenombre dado en el Japón especialmente a los Buddhas que han muerto, Hotei (el Dios de la Suerte, en japonés)… El más grande de los Héroes del Olimpo se llama Hércules (el cumplimiento de las 12 Obras, un símbolo de fuerza, de mando, de manifestación de Dios sobre la tierra, la “H”, Hekt (la diosa de los egipcios desposada con Hnemú), Hathor (¡Isis bajo forma animal, es también el nombre del Crisol que sirve a la transmutación, luego es el Templo de Dios!), es la palabra Hue-Hurong que personifica la Sabiduría en el Caodaismo y debo insistir sobre la palabra HEL, la única palabra que nunca ha sufrido variación desde el origen de los tiempos (se conoce la teoría del origen del lenguaje, debido a 9 gritos de animales: Ad, Af, Am, etc., y de HEL equivalente a Dios, Principio Superior, etcétera).
Para terminar con este parágrafo sobre la “H” me gustaría recordar la controversia suscitada por las últimas palabras que Jesús pronunció en la cruz: Elie, Elie, lamasabachtani, que según la manera en que se escribe (lamma Sabat tani o lama sabbachtani, etc.) cambia completamente la frase. Como ya lo he mencionado repetidas veces, la traducción de la Biblia: “!Oh! Dios, por qué me abandonas”, está verdaderamente en contradicción con la enseñanza cristiana. O Jesús es el Hijo de Dios y no tiene que quejarse de él mismo, por decirlo así, (él ha escogido su Misión por voluntad propia, parece) o es, a pesar de todo, un Iniciado, un Sabio, un verdadero Yoghi, que no se queja, y un Cristo, que por lo mismo no puede dudar de Dios de esta manera!
Lo he escrito en varias de mis obras, señalando que es más probable que pronunció: “Dios, cómo me glorificas” (si hubiera hablado en hebreo) ya que en efecto se convierte en un verdadero CRISTO siendo CRUZificado y sobre todo que la fórmula “cómo me glorificas” está en el antiguo ritual de todas las Iniciaciones. Es natural que JeHsú el Nazareno, recibiendo su última Iniciación, haya debido pronunciar la fórmula tradicional como todavía es repetida en nuestros días en las sociedades ocultas en el instante de la “crucifixión” (simbólica) de los adeptos al último grado Iniciático, a los 33 años (de edad, o simbólicamente en número de años de la candidatura a la Iniciación).
Recordemos que los primeros que tradujeron la Biblia no conocían bien el hebreo, sino que siguieron textualmente palabra por palabra y cuyo sentido, no solamente simbólico sino aún en la forma filosófica, les escapaba. Así, al decir que Jesús a la edad de 12 años hablaba con los doctores… vemos primeramente que, “hablar con los doctores” tiene una significación esotérica especial y se comprende muy ciertamente que no se trata de un niño de esta edad hablando con los doctos sabios, sino de una edad simbólica, así como en Franc-Masonería en el rito escocés, en el hecho de ser “Gran Maestro Arquitecto”, título conferido a esa edad simbólica, significa “adolescente”, lo que no corresponde exactamente a los años pasados en una Logia, sino a una significación histórica o iniciática; como el hecho de decir “tener doce años” corresponde a un grado de Iniciación bien definido para aquellos “que saben”!
Pero volvamos a nuestra frase pronunciada en la cruz por Aquel que, como Instructor del Mundo, quería dejar una Lección a la Humanidad al pronunciar distintamente una sentencia de importancia mayor para aquellos “que saben”…
Primeramente uno se extraña que sea en arameo que Jesús haya hablado, ya que un sacerdote copto, aún en nuestros días, no puede interpretar la famosa frase, que es insignificante en una traducción hecha palabra por palabra!: una sola letra cambiada (una “he” o una “heth” que se parecen tanto en las letras hebraicas) y toda la significación se transforma de “Por qué me abandonas” a “¡Cómo me glorificas”!...
¿Habría hablado el Gran Nazareno en Hebreo? He aquí la cuestión!
Como Iniciado (y especialmente como Esenio en primer término y Gran Maestro de la Cofradía Blanca) y Superior de la Orden, habría podido dar la fórmula en lenguaje sagrado (se dan todavía las palabras de pase y las enseñanzas esotéricas en Wattan, Adámico, etc… entre Iniciados).
El filólogo don Antonio Bratma Janrequi confirma que Jesús habría hablado en maya en la cruz. No estoy versado lo suficiente en las lenguas Maya-Quichés para interpretar exactamente lo que sin embargo me interesa con toda seriedad; desgraciadamente la diversidad de los dialéctos: huasteco, icaco, chicomucelteca, ixil, bakairi, etc., no facilitan la cuestión.
Durante mi permanencia en América Central traté de documentarse con los indios jíbaros, guatusos, tamanacos, chortix, xincas, etc., uno se pierde verdaderamente en una variedad que he clasificado en 76! grupos y abandoné la cuestión...
Si tomamos la hipótesis de que Cristo habría hablado en lenguaje MU para dar sus últimas instrucciones, tendríamos “HELE, HELE, LAMAT, ZABAC, TANI” (“Hele”: yo me desvanezco; “Lamat Zabac Tani”: la oscuridad recubre mi faz). Evidentemente es una concepción que puede defenderse tanto como las otras, que por lo demás jamás han dado razones bien definidas, mientras que aquí, hablando en el lenguaje de los Iniciados del Antiguo Continente perdido, el Cristo recuerda inmediatamente una Lección: el riesgo de la humanidad que se pierde como aquella de la Lemuria (Continente MU), luego del abuso de sus conocimientos.
En efecto, la frase expuesta de este modo se aplica al género y a la manera de hablar que tenía el Maestro; tenemos naturalmente, como siempre, dos interpretaciones posibles, aquella que los profanos habrán tomado al pie de la letra y la otra que los “Advertidos” habrán comprendido en el espíritu. El “hele” equivale en el sentido literal a “yo me desvanezco”. Pero percibiendo más allá de la gramática (como en todas las lenguas madres, hay por lo menos tres traducciones: hierática, jeroglífica y alquímica que varían según el modo de expresión), si no tenemos en cuenta el sentido demótico habitual, tendrá completamente otro valor.
Ya hemos visto, hace un instante, la significación general de HEL, Dios (luego Hele, hele; o bien habría dicho: HEL, HEL, Oh DIOS mío, Oh DIOS mío); la oscuridad recubre mi faz (es decir, todo se torna luminoso por encima de mí, por tanto, “cómo me glorificas”, la sombra desciende sobre mi, sobre mi persona, es necesario que yo desaparezca para RE-nacer de nuevo, para ser glorificado, para glorificarte…. Etc.), da a comprender el símbolo del G:. A:. que describo en “Los Centros Iniciáticos”35: la parte sombreada (abajo, es el crucificado) y la parte clara (arriba, es el Cristo) forman un conjunto, una vez más, que explica que es del antagonismo (las fuerzas contrarias que se oponen tanto como lo blanco y lo negro) que nace la Luz.
La raíz HEB (de valor 16) da una idea acerca de todo lo que es escondido, secreto, oculto, misterioso* (yo me desvanezco: yo oculto la lección, traten de comprender… Tal es lo que Cristo expresa).
Es en este sentido que es: el “hele” yo desaparezco, yo me vuelvo oculto, yo parto (se sabe que la crucifixión es considerada simbólica por algunos; otras teorías dicen que Jesús no habría muerto en la Cruz, sino que habría sido rescatado inmediatamente después y transportado al Santuario donde él habría continuado enseñando en los Colegios Iniciáticos durante una cuarentena de años), y voy misteriosamente a continuar mi obra, yo me desvanezco, voy a confundirme con la sombra…
La raíz HEH, que es obtenida de 8 más 8, es una de las raíces esenciales, “la doble raíz de vida” (dice Fabre d’Olivet). Ella está destinada a expandir la idea del Ser Absoluto; ** es muy bien HEL, el misterio aún, el Gran Todo: No Manifestado y Manifestado (doble raíz de vida), es la existencia y la vida (el Bhava y el Maya!). “Yo me desvanezco”, yo pierdo el conocimiento, yo abandono la “vida” (misión pública) para realizar “la existencia”…
Esquemáticamente, he querido hacer valer el valor real de las palabras, la significación exacta tan difícil de reencontrar y, sin embargo, es esto lo que ha constituido en todo tiempo la búsqueda primordial; hoy en día estamos lejos de ese sentido que los Antiguos daban a sus formas de expresión; se filosofaba en otros tiempos sin esfuerzo, y hoy nos expresamos con dificultad sobre el tema más simple.
Por último, se realiza perfectamente toda la importancia que tiene esta búsqueda del justo sentido, ya que al final, en lo que concierne al arte, se sabe igualmente que el origen del canto fue la plegaria y que la danza fue también una expresión mística. Este retorno al misticismo, que intento exponer, debe hacerse con perfecto conocimiento de causa; evidentemente, estamos tan lejos de esta idea en nuestros días, que se ve mal decidirse a abandonar este pensamiento de la estética (o aquello que se cree como tal) para volver a una forma primitiva que nos parece tan alejada del Arte tal como lo concebimos hoy en día.
Si leemos a San Juan en lengua de XXII letras (siríaco), él dice: “El Principio es el Verbo y el Verbo es el ATh de los ALHIM…” lo cual expresa que los Alhim son al Verbo como en la ontología androgónica: las funciones (o facultades) del ROuaH al NePheSh (y aquella del NePheSh al NiSheMa).
Ya sobre la cruz encontramos la inscripción INRI, que interpretándose con la física de los hebreos, hace sucederse los 4 elementos:
Iammin (agua) |
Nour (fuego) |
Rouah (aire) |
Iabeschech (tierra) |
I |
N |
R |
I |
Estas iniciales pueden, naturalmente, identificarse con una multitud de traducciones desde la sentencia oculta:
Igne |
Natura |
Renovatur |
Integra |
hasta la fórmula de los Jesuitas que dan una interpretación a su manera:
Justum |
Negare |
Reges |
Impios |
De hecho, volveremos a ver tal vez más tarde en detalle estas 4 letras que simbolizan no solamente los 4 elementos sino una multiplicidad de axiomas y de enseñanzas esotéricas.
Podría parecer que nos apartamos del tema, pero en realidad es para demostrar la complejidad del arte y especialmente del arte de hablar; en efecto, el lenguaje, siendo el más simple de las artes, es al mismo tiempo el más complicado. Por ejemplo, con el arte poético cada uno comprende claramente que se menciona lo que se quiere expresar, en tanto que algunas veces para la música o la pintura hacen falta ciertas nociones técnicas o un sentido refinado para aprehender el contenido.
Las artes pueden clasificarse como sigue, comenzando por las más complejas:
Literatura (poesía del lenguaje)
Pintura (poesía de la forma y el color)
Escultura (poesía de la forma vital)
Arquitectura (poesía de la forma inanimada)
Música (poesía del sonido)
Teatro (poesía de la acción humana)
Danza (poesía de la moción vital)
El “verbo” es el más complejo, puesto que tiene una extensión tan variada para su expresión, que en cierto modo todas las demás artes parecen derivársele; se concibe la “poesía” y este arte de la poesía es manifestado en el mundo: color, forma, sonido, etcétera.
El desenvolvimiento y la clasificación de los sistemas es lo que ha constituido a través de los tiempos una gran empresa, no siempre exitosa.
Augusto Comte (en su Curso de Filosofía Positiva, Lección II) dice: “se sabe que seis objetos comportan 720 disposiciones diferentes. Las ciencias fundamentales podrían entonces dar lugar a 720 clasificaciones distintas, entre las cuales se trata de escoger la clasificación necesariamente única, que mejor satisfaga a las principales condiciones del problema”.
Con una idea bien definida existe siempre el lenguaje, pero esto no quiere decir que engloba las otras artes, sino simplemente que está en la base del trabajo artístico en sí mismo.
Es, pues, importante que insista sobre el valor de las palabras y sobre las posibilidades de interpretaciones, dejando, sin embargo, a cada uno la libre elección de la teoría que prefiera. Por consiguiente, es importante decir que ciertas cosas no pueden expresarse por el lenguaje habitual, de ahí esta necesidad del símbolo y de un lenguaje “mental”, en cierto modo. De allí el nacimiento de las Artes, que son los símbolos de la expresión, que son como la “claves” que el hombre ha encontrado para manifestar su esencia superior o aquello que ha captado de los planos superiores; en fin, más allá de toda teoría de la verdad, por encima de todas las concepciones sobre las verdades, existe LA VERDAD y la YOGA como forma de adquirirla.
Comprendo aquí, Yoga, como siempre en su sentido verdadero de IDENTIFICACIÓN, es el YUG, la unión, la fusión del alma encarnada con su verdadera identidad, lo infinitamente Grande, el Todo.
Algunos artistas han realizado esta unión, ligación, conexión indispensable para completar el estado de esperanza a una perfección, en el cual vivimos.
El lenguaje es lo primero que hace posible esta fuerza oculta que puede reunir los principios. Por ejemplo, como Macaulay dice de Milton: “His poetry acts like an incantation. Its merit lies less in its obvious meaning than in its his occult power”*. Así, naturalmente, de este “verbo” mágico nacieron el canto (con su ancestro el Mantram) y la danza, medios de expresión del Verbo animado, según las necesidades del motivo.
Los “Mantrams” son fórmulas herméticas, encantamientos mágicos.
Es la potencia del Verbo que se manifiesta por vibraciones especiales.
Pueden caracterizarse por una sílaba: AUM; por dos: SOHAM-SAH (Él es Yo), o también HANSAH-AHAM-SAH (Yo soy Él); por seis sílabas: AUM NAMAH SHIVAYA, o por ocho sílabas, como AUM HRAM HRIM NAMAH SHIVAYA.
Los mantrams son aún practicados hoy en día, pero casi todos están en lenguaje oriental (sánscrito, pali, chino, árabe). Aún los mismos cantos de iglesia son “mantrams” degenerados, primero debido al lenguaje (el latín), que no es más practicado de acuerdo a las reglas de las lenguas madres y se trata de un verbo que ya no tiene nada de sagrado, y luego porque la elección de estas “oraciones” está hecha más bien dentro de la idea artística que tenemos en nuestros días (idea de lo bello extraña al aspecto equilibrado de las leyes antiguas).
Hay una multitud de mantrams que han ido poco a poco manifestándose a medida que se formaba la Humanidad. Originalmente solo AUM era el mantram, como HEL era la palabra suprema.
Se comprende que el vocabulario de las épocas adámicas era poco variado y constituido por un estricto número de palabras (las 9 primeras palabras que serían los 9 sonidos originales que provinieron de los 9 gritos de animales).
Los mantrams son catalogados ahora en SIDDHA (poder a realizar); SADHYA (instrumentales) que producen efectos mucho tiempo después de haber sido pronunciados; SASIDDHA (con un particular cumplimiento proyectado), surten efecto según el mérito personal de aquel que lo practica; ARI o RIPU (éstos son los enemigos), ellos destruyen los méritos y los resultados; etc.36
El mantram esta formado por un BIJA (el germen, el centro vital, la semilla, la raíz, la idea original), SHAKTI (la fuerza, es el poder que se manifiesta para las realizaciones a lograr), TILAKA (la columna que soporta el mantram); además, hay el JAPA que es la repetición silenciosa (y sobre todo mental), en concentración de un mantram.
El Pranava-mantra es el monosílabo OM: (AUM que representa las 3 manifestaciones: equilibrio-preservación-transformación, como la triunidad de Brahma-Vishnú-Shiva o Vida-Forma-Pensamiento, etc.).
Lámina 64.- DÓLMENES Y MENHIRES. Centros mágicos.- Stonehenge, Inglaterra.
Lámina 65.- ARTE GLACIAL LATREUTICO.
Lámina 66.- CAPILLA SIXTINA.- Detalle de “El Pecado Original” de Miguel
Lámina 67.- CATEDRAL DE ROUEN.- Monet.
Lámina 68.- CAMPANARIO.- Serge Raynaud de la Ferrière.
Lámina 69.- TORRE DE IGLESIA.- Serge Raynaud de la Ferrière.
Lámina 70.- PÓRTICO.- Serge Raynaud de la Ferrière.
Lámina 71.- IGLESIA DE LORENA.- Serge Raynaud de la Ferrière.
Los mantrams, pronunciados en ciertas condiciones, pueden servir para fines materiales o místicos, así como para llegar a ciertos estados de poderes especiales. El Yoghi, pronuncia un mantram para obtener aquello que le es necesario sin desplazarse. Ciertas puertas de los templos en el Tíbet no se abren sino con la ayuda de un “mantram” cuyo secreto debe ser conocido. Generalmente, cuando se recibe la Iniciación, el Gurú da el “mantram” apropiado a las necesidades del grado (tal y como la “palabra de pase” en las sociedades secretas). En el momento del aislamiento en ciertas cuevas de la meseta del Chang-Tang, se recibe previamente el mantram que abrirá la puerta bajo el influjo de la vibración correcta, pero si no se puede llegar a pronunciar perfectamente el “mantram” en cuestión, ¡uno se encuentra condenado a quedarse enmurado vivo! Las “palabras mágicas”, las “oraciones” y “encantamientos” son otros tantos mantrams que las sectas, religiones, iglesias, etc., emplean en nuestros días frecuentemente sin conocer el sentido ni la razón esencial.
Así, para llegar a la iluminación final (samadhi), hay 16 disciplinas a cumplir y, siguiendo una evolución más o menos rápida, el candidato que pronuncia sus mantrams llegará al objetivo final por este arte, que es la idea original del canto, es decir, reencontrar con la voz la fusión con lo Infinitamente Grande.
El “Mantra-Shastra” (obra, en sánscrito) es un tratado de los poderes del Sonido, es la Escritura Revelada de las fórmulas herméticas; gracias a este libro se preservan las técnicas de origen del arte de la voz.
Así como los mantrams están en el origen del canto, los “mudras” están en el origen de la danza.
Gracias a los mantrams, que fueron perpetuados a través de los siglos, las oraciones y los sonidos pueden producir fenómenos supranormales. Evidentemente, el canto en nuestros días está más o menos desprovisto de esta idea (no digo de ese poder).
Los “mudras” son gestos que producen aquello que los mantrams pueden alcanzar; en lugar de la voz se trata aquí de los dedos, de las manos, de los brazos, etc..
La práctica de los “mudras” es un proceso para activar el efecto de las realizaciones mediante la canalización de los fluidos según un proceso conocido. (Láminas 53 a 55.)
Sabemos que cada parte del cuerpo está bajo el efecto de un magnetismo especial según la porción delimitada; aún las más pequeñas articulaciones y músculos están bajo una fuerza fluídica particular, y cuando, según un procedimiento conocido en “mudra-yoga” y practicado especialmente en hatha-yoga (vía de reintegración mediante el ejercicio, es la yoga física, la acción, el control del cuerpo y del espíritu), estas fuerzas se despliegan al máximo.
Existen 25 mudras principales que generalmente son practicados con las asanas37 y este conjunto de movimientos y posturas forma las primeras ejecuciones de la danza.
Tenemos que ver aquí con un arte que no es permanente como la escultura o la arquitectura, el artista no fija nada; nada quedará de él mismo; es solamente una presentación ante una audiencia y no quedará de él más que el recuerdo, o, para los más sensibles, una vibración que llevarán consigo habiendo comprendido que este arte no es simplemente una manifestación pública por la necesidad de una apariencia, sino una hazaña de la Iniciación Antigua que producía cantos (mantrams) y danzas (mudras), no sólo para obtener el favor de los dioses (arte degenerado más tarde cuando esas prácticas fueron expuestas públicamente) sino para ofrecer una vibración constante hacia el Altísimo, para identificarse (YUG) con el Cosmos, para producir un magnetismo en un mundo en donde algunos tienen esta Misión de velar por el equilibrio electro-magnético de la humanidad en marcha.
La danza es un tipo de arte fugitivo. No perdamos de vista que cada vez que este arte quiere manifestarse debe repetirse de nuevo; en efecto, un poema, la música misma, queda escrita, pero la Danza debe rehacerse cada vez ante la audiencia, la cual espera la misma calidad artística que ha sido elogiada en sus méritos previamente por algunas personas y ello, sin embargo, está sujeto al estado de salud, humor y estímulos diversos.
Además de la danza, tenemos en este dominio, el teatro, la acción que comprende también a la pantomima y la elocución y, naturalmente, la música ejecutada también entra en este cuadro. Hay que destacar, además, que en estas artes la idea no viene del mismo artista, no hay una originalidad en cuanto a la iniciativa, si se puede decir así, sino simplemente la ejecución de un arte practicado por otros con anterioridad y generalmente es una copia a la que el artista no puede dar de sí mismo sino la manera de interpretación, el sentido dentro de la expresión.
Un actor, un músico, traduce simplemente lo que es ofrecido a su interpretación y ensaya realizarlo lo mejor posible! La danza es un poco diferente; existe casi siempre la interpretación personal, es habitualmente espontánea, pero los límites de la expresión son demasiado estrechos para acercarse a los otros dentro de las mismas barreras.
La danza de nuestros días puede ser definida simplemente como una moción ágil y rítmica del cuerpo para la búsqueda de la gracia. Según Adam Smith, la danza sería mucho más expresiva que la música (“Essay on Imitative Arts”); sin embargo, el autor reconoce que la danza debería ser mucho más expresiva a través del tiempo. Se señala en efecto, una degeneración en la danza como en las demás artes y, se sobreentiende, que hay igualmente una pérdida de la significación.
El minueto, por ejemplo, en el cual la mujer pasa y vuelve a pasar varias veces delante del hombre y en seguida le da sus manos (primero una, luego la otra y en seguida las dos), es el origen de la danza mora que caracterizaba la pasión del amor. Naturalmente había algo más profundo que la significación que le damos actualmente. Ya he hecho notar varias veces en Logia, que el “signo” del tercer grado tenía una razón mucho más profunda que aquella dada generalmente en masonería “azul” (originada en el mito egipcio de Osiris, cuando Isis reencuentra el último pedazo del cuerpo amado).
Es inútil insistir sobre el carácter religioso de la Danza, como en los ejemplos de: el “Pírrico” de Esparta que era una especie de pantomima de lucha; Miriam danzando después de la derrota del Faraón; David danzando delante del Arco. Tenemos también los festivales de Baco, Apolo, etc.. Hay aún las danzas funerarias (en relación con los Romanos). En el siglo XVII se danzaba aún en las iglesias de Europa. Es, naturalmente, el señor Noverre,* el célebre Maestro de Ballet francés, quien queda como ejemplo tipo de la cuestión. Él introdujo elementos femeninos, basado en un ballet ejecutado en la corte de Luis XIV en 1681 y eso originó la expansión de la danza por toda Europa.
Es naturalmente hacia Oriente que debemos mirar una vez más, para tener los ejemplos del arte en la forma más próxima al origen; en otras palabras, es en Asia donde se ejecuta todavía la danza según un ritual especial, naturalmente con un carácter siempre religioso.
Recuerdo siempre mi primera impresión cuando vi por primera vez a unos tibetanos ejecutar algunas danzas en la plaza de un pequeño pueblo fronterizo. Había ascendido por las primeras pendientes del Himalaya desde hacía varios días y estaba ya bajo el ambiente rudo de esa vida de las montañas; luego de un alto en Srinagar, yo había caminado hasta Rudprayag, y es en esas comarcas donde algunos nómadas del Sur, tibetanos, vienen a cantar, danzar o exhibir algunas pacotillas a fin de recoger algún dinero. Estaba por acabar las últimas migajas de arroz sobre mi hoja y con la ayuda de un trozo de chapati proyectaba lo que quedaba de dhal hacia mi boca, cuando vi avanzar por la pequeña plaza a unos danzarines tibetanos fácilmente reconocibles por sus atuendos chamanes. Eran 4 hombres y 2 mujeres, los unos con un pequeño tamborín en una mano y en la otra una diminuta campanita, los otros esgrimían por encima de la cabeza un tambor sobre el cual golpeaban con un bastón en forma de serpiente que se enderezaba sobre la cola! curiosa forma de esta vara de tambor cuyos sonidos tenían algo de viril, al mismo tiempo que angustioso. Expresión de una vitalidad y de una armonía eurítmica. No sabía qué admirar más, si sus atuendos de colores tornasolados, los peinados extraños, o los instrumentos especiales, cuyos sonidos metálicos son ejecutados con maestría por los tibetanos. Olvidé un poco, hay que confesarlo, que era una danza, una especie de frenesí que por unos momentos imitaba con gestos y ademanes, sin duda, un poema legendario; por momentos con el sable era una batalla contra los malos espíritus o el simulacro de guerreros en acción, o bien evolucionando calmadamente para reconstruir una fase de la historia religiosa del país.
He visto a los Khambas (tribus tibetanas, muy viriles, elegantes y graciosas en sus danzas), más adelante en mis peregrinaciones por las regiones muy bien denominadas “El Techo del Mundo”.
En Lhassa (capital del Tíbet) hay 13 teege, bailarines que simbolizan los hijos e hijas de Dios que se aparecieron a un popular monarca de la historia tibetana. Es algunas veces el Dalai-Lama quien selecciona a los mejores bailarines para interpretar esa danza. A la hora de los funerales se asiste igualmente a danzas alrededor del difunto; al son del tambor algunas mujeres evolucionan lenta y muy graciosamente, flexionando las rodillas hasta tocar el suelo, luego la cabeza ejecuta también algunas rotaciones y la danzarina adopta en seguida posiciones muy sugestivas.
La danza es completamente sagrada cuando se trata de los Juegos del Misterio, a menudo denominados “danzas diabólicas” (devil-dances), que forman parte de ceremonias religiosas oficiales.
En P’hiyang, durante dos días completos se ejecutan estas danzas rituales para simbolizar la historia de los Bonetes Amarillos (Lámina 27) (los monjes discípulos de Tsong-Ka-Pa, el fundador de la Orden en el siglo XIV).
En Lhassa se ofrece públicamente la representación de la Danza del Tigre Rojo, que tiene lugar en el Potala mismo (Lámina 26) (Palacio-Monasterio donde ha vivido el Jefe Supremo del Budismo con algunos millares de monjes). Este espectáculo se realiza en honor del fin de año, bajo el patronato del Dalai-Lama rodeado de sus ministros, a fin de preparar los espíritus a brindar un nuevo año provechoso y abundante.
Naturalmente, las máscaras, atuendos y atributos de los danzarines son de lo más interesantes: una trompeta (hecha de un fémur humano) es muy particular, además de las grandes trompas que ya conocemos, son del genero de las grandes caracolas que tocan los montañeses suizos e igualmente los campesinos noruegos.
En la India, danzarines y cantores durante las bodas, son de lo más educativos. Es ciertamente en las pequeñas aglomeraciones donde uno encuentra el mayor interés, más que en las grandes ciudades donde el arte ha sufrido el contacto europeo y los artistas están ya “comercializados”.
Era abril cuando pasé por Agesta-Muni desde donde se percibe el primer pico nevado del Himalaya (Lámina 36), y tenía todavía cerca de 50 Km. por recorrer para llegar a Kedarnath, última estribación de la India, antes de la frontera tibetana, cuyo templo es célebre como el de Badrinath (Láminas 36A y 36B) (uno dedicado a Shiva, el otro a Vishnú).
Como en la ascensión del Kundalini en el cuerpo humano, en nuestro globo existen estos pequeños templos a unos 3000 y 4000 metros de altitud que son como los símbolos de dos ojos antes de alcanzar el Santo Kailas (símbolo de la Iluminación completa porque él representa el Sahasrara Padma) que representa la glándula pineal. La montaña que rodea a Badrinath (a 23.000 pies a altitud) es poca cosa junto a la altura del pico Everest; sin embargo, uno rodea el templo donde ninguna persona quiere pasar la noche, ¡tan glacial es el viento! Más allá se encuentra el paso de Mana y la primera aldea tibetana…
Una tarde llegaba a Guptakachi y se celebraba un matrimonio: el esposo iba sobre un caballo llevando delante de él a un pequeño paje; la cara estaba velada por una especie de encaje, un poco grotesco!. Apenas llegó a su domicilio, apareció en el balcón con su esposa; las cantantes de la calle se pusieron a entonar las coplas populares, más tarde fue el turno de una bailarina… He visto allí durante una parte de la noche el más bello espectáculo artístico que ninguno de los grandes teatros podría jamás ofrecerme. Ningún artificio, ningún “truco”, una real espontaneidad de artistas, un ambiente completo, incapaz de ser copiado, no importa dónde; sobre el mismo terreno de la manifestación, los espectadores estaban mezclados con los actores; y yo estaba allí entre la muchedumbre, olvidando mi personalidad como desde hacía algún tiempo lo había hecho, desde que usaba la “guerrúa”, habiendo abrazado la vida de Ermitaño después de haber sido Iniciado en el Sanyassia (estado de abnegación completa en que el Sanyassín recorre los lugares santos, sin tener apegos: ni de hogar, ni de bienes, ni aún de concepciones (Láminas 123 y 124).
Sin embargo, en cierto momento no pude dejar de soñar en París, Roma, Nueva York, donde había asistido a representaciones grandiosas y acá, todo tan simplemente, en un decorado de ensueño, yo vivía el arte tal cual puede concebirse por almas puras, a quienes tal vez les falta la técnica, pero cuya receptividad a las influencias superiores es evidente cuando se ha vivido una noche en medio de ellos…
En un libro de Henry Siddons (“Gesture and Action”, publicado en 1822) el autor describe los efectos del amor expresado en la pantomima: “The head drops a little on one side, the eyelids are drawn down more closed than usual, the eye, directed towards the object, moves with softness, the mouth is opened, the respiration is slow…”* Leo en “The Fine Arts” de William Bellars que si esto puede ser cierto, jamás un hombre ha podido observar semejantes detalles de expresión… Me parece que este último es poco psicólogo o no tiene verdaderamente experiencia que le permita escribir un ensayo sobre las artes y sus usos como lo hizo en 1876.
He visto por mí mismo la representación de los actores Hindúes; los ojos, los labios, los rasgos de la fisonomía de acuerdo al papel a desempeñar; esta parte del arte es justamente un entrenamiento debido a los “mudras” (Láminas 53 a 55) de los cuales hemos hablado antes. Hay que ver a los danzarines hindúes obrando en sus ejecuciones, cada uno de los dedos toma parte en la ejecución, no es solamente el cuerpo el que imita una serpiente que se eleva o una mujer que se acerca a un río inclinándose para beber, sino las manos, los brazos que ondulan para personificar una flor que nace o el agua que habla simbólicamente, etc..
Hay variedad de temas gracias a los mudras, algunos de los cuales son excelentes para ese trabajo; cualquiera habrá podido observar a uno u otro de esos bailarines de la India o, al menos, reproducciones de danzas orientales, donde el artista toma siempre posiciones especiales de los brazos o de las manos y en particular de los dedos.
Qué diferencia, por ejemplo, entre el Fauno danzante de Pompeya y la Tara Blanca del Tíbet (diosa de la Gracia) (Láminas 53 a 55), la cual presenta su mano derecha a la altura del pecho, el índice doblado bajo el pulgar y los otros tres dedos en alto, la mano izquierda (con el mismo mudra de los dedos) reposando sobre la rodilla izquierda; la divinidad está en posición de Loto (las piernas cruzadas) el pie derecho sobre el muslo izquierdo. Pienso haber sido el más apasionado por la estatua del Fauno danzante, dentro del conjunto de toda Pompeya.
No puedo negar la belleza de las Ruinas, mucho más impresionantes que las ruinas de Cartago, por ejemplo. La Costa Tunecina es evidentemente muy bonita pero, en verdad, está uno más embelesado por el ambiente del lugar que por los propios vestigios de Cartago. Las ruinas de la Roma Antigua presentan aspectos muy hermosos y se olvida un instante que se está tan cerca de Nápoles y a unas horas de Capri -la isla de los enamorados-. Durante la visita a Pompeya uno es transportado en el tiempo y se vive un instante la época lejana (Láminas 50 – 53).
Fui, lo confieso, muy impresionado por esa pequeña estatua del Fauno que dice tanto por la gracia estética como por su posición muy significativa: los tres dedos están levantados en tanto que el auricular y el meñique se repliegan, el mudra es idéntico para las dos manos al igual que en la estatua de la diosa tibetana colocada bajo el arco Nimbus (Torana, trabajo monástico del siglo XVII). La posición de los dedos es netamente diferente en esas dos obras y poseen evidentemente significados distintos.
El lenguaje de los mudras es, por cierto, muy importante y ofrece un simbolismo que sería muy útil estudiar a fondo y enseñarlo particularmente a los alumnos de las clases de arte.
Una vez más esta maestría artística: canto y danza, pantomima, teatro, drama, comedia, etc.. Habría que penetrar de nuevo en la razón profunda del origen de semejantes manifestaciones.
34Jivatma es el Alma encarnada, el “Yo” individual; Paratma (que reside en el centro superior Agna-Chakra) es el Alma Universal; y finalmente ISHWARA que reside simbólicamente en el último de los Chakras (Sahasrara Padma), es el Absoluto.
35Los Grandes Mensajes, Mensaje II, obra del autor.
*Ver “The Hebraic Tongue Restored” de Fabre d’Olivet, Part First, pág. 346; Samuel Weiser Inc., N.Y., 1976 (Nota del Coordinador de la Literatura).
**Ibid., pág. 328.
*Nota del Coordinador de la Literatura: “Su poesía actúa como un encantamiento. Su mérito reside menos en su significado obvio que en su poder oculto”.
36Ciertos adeptos se “especializan” en la Vía de REALIZACIÓN mediante el Mantram (Mantra-Yoga) así como algunos prefieren la vía Mística (Bhakti-Yoga) o el camino de la intelectualidad (Jnana-Yoga). El Mantra-Yoga es el sistema que se divide en 16 “Angas” (grados): 1/Bhakti, 2/Shudda, 3/Asanas, 4/Panchanga-sevana, 5/Achara, 6/Dharana, 7/Divya-desha-sevana, 8/Prana Kriya, 9/Mudras, 10/Tarpana, 11/Havana, 12/Bali, 13/Yajna, 14/Japa, 15/Dhyana, 16/Samadhi.
37Hay 84 asanas (posturas) porque hay 84 familias de diversos tipos orgánicos en la superficie de nuestro planeta. Hay que señalar también que el cuerpo humano puede producir 84.000 movimientos diversos.
En los principales “mudras” se notan también los 3 “bandhas” (contracciones musculares) que son el secreto de la perfecta maestría y, en fin, los “Pancha Dharana” (gesto de las 5 actitudes): Parthiva (terrestre), Ambhavi (acuático), Vaishanari (luminoso o ígneo), Vayavi (aéreo), Akashi (etérico).
* Nota del Coordinador de la Literatura: Jean Georges Noverre (1727 – 1810)
*Nota del Coordinador de la Literatura: “La cabeza se cae un poco sobre un lado, los párpados se cierran más que lo normal, el ojo, dirigido hacia el objeto, se mueve con suavidad, la boca está abierta, la respiración es lenta…”