Alma de las Cosas
La Raza Humana está compuesta de individuos que difieren tanto en edad y sexo como en aptitudes fisiológicas y mentales. Los unos son activos y capaces de obrar, de dirigir, de organizar; los otros son pasivos y hechos para pensar o dejarse administrar; otros aún, son artistas, científicos o trabajadores manuales. En resumen, la comunidad consta de una diversidad de elementos que concurren a la buena marcha de la sociedad.
Sin querer estimar en mucho el valor humano, quizá no existe por ninguna parte tal perfección estructural como la del cerebro del hombre, esa asociación de más de 12'000,000,000 de células nerviosas, unidas entre sí, numerosos trillones de veces, por fibras delicadas. A pesar de la pequeñez de esta materia viviente, su valor deja muy atrás, ciertamente, todo lo conocido, puesto que emana de esta fuerza inmensa: el Pensamiento.
Pero, ya lo vimos igualmente, este Pensamiento se orienta de diversos modos, sea por ejemplo, gracias al conocimiento del mundo material o a la investigación del mundo espiritual. Esos dos caminos también se dividen a su vez: en la práctica y la teoría, y así como los fenómenos físicos son analizados y experimentados, el conocimiento del substratum espiritual depende de la teoría y de la experiencia. Pero, en tanto que el conocimiento filosófico puede cambiar, (así como las teorías físicas), la experiencia mística siempre queda verdadera. La teología no puede más que clasificar las ideas, el Místico las realiza.
Según Aristóteles, el hombre no puede comprender a Dios porque es Inmaterial (no se puede verle, sentirle, tocarle, oírle, gustarle), pero desde aquel entonces progresó nuestra ciencia y se admite hoy en día la existencia de la percepción extrasensitiva. Sabemos igualmente que el fenómeno se verifica cuando está suspendida la actividad intelectual y llegamos aquí a este problema de un sexto y aún de un séptimo sentido, más allá del razonamiento.
Volvamos, sin embargo, a un análisis más material de las necesidades humanas. La comprobación de ellas hace prever pues, la presencia en el mundo exterior, del medio de satisfacer a estas necesidades. Dejamos hablar, pues, al sabio Alexis Carrel quien cita el ejemplo de las células del organismo, las cuales no serían aerobias si no hubiese oxígeno en la atmósfera. De igual modo, la necesidad de agua, de grasa, de azúcar, de proteínas, implica la existencia de esas sustancias en el ambiente exterior. Se puede atribuir la misma significación, a la necesidad (experimentada por numerosos seres humanos) de comunicarse con un espíritu invisible y soberanamente poderoso, con un espíritu que es a la vez personal e inmanente en todas las cosas, y que se nos manifiesta gracias a la intuición, a la revelación y a las leyes naturales.
Todo esto brevemente expuesto, aclara inmediatamente otro problema, o sea: la intervención de un elemento supranormal en las curaciones. En la Antigüedad, la medicina pertenecía al dominio de la Magia y las curas consistían, sobre todo, en llamar a las fuerzas superiores; en cuanto a los productos que se administraban, procedían de correspondencias con principios extraterrestres y relacionados con un poder espiritual. Poco a poco, los cuidados a los enfermos se limitaron al físico y se olvidó el dominio del "espíritu". De cierto modo, progresó el arte medical hacia un grado científico, pero la medicina llegó a ser un espantoso automatismo que no consideraba al paciente más que como un objeto de estudio, en el cual, no se usaba ver otra cosa sino lo que se podía medir.
Pero hechos nuevos intervinieron en la investigación de la materia y provocaron a los investigadores a considerar el desequilibrio orgánico, como algo diferente del únicamente fisiológico.
En "El Hombre Nuevo" (París, Junio 1956) el Doctor Elio Biancani pregunta: ¿Son menos humanos los médicos de nuestra época? El autor resume sobre todo su opinión en la falta de tiempo que tiene el practicante para estudiar verdaderamente a su paciente y deplora así esa circunstancia: "Sí, quizá, es el médico menos humano que antiguamente, lo que es por otra parte lejos de ser cierto, se debería más bien acusar a la prisa, la cual es el sueño de nuestra época. El establecer un diagnóstico, el redactar una receta, pueden ser actos rápidos, pero el entrar dentro de otra alma para reconfortar y traer la esperanza, eso necesita tiempo... y nuestro tiempo se achica... como una zapa".
Alegrémonos, sin embargo, de ver los problemas de la ética médica, preocupar hoy en día a nuestros doctores, así como lo fue a los médicos de otros tiempos. Los Congresos de Moral Médica, así como los numerosos estudios que toman esos problemas como tema, son pruebas de que la medicina actual tiene tanta generosidad, conciencia y sentido humano como antes.
En su libro "El Pensamiento Moral en Medicina", el psiquiatra americano W. Reise analiza los conflictos que existen en el espíritu del médico; estima el Estado debería personificar la voluntad del individuo de tal modo que el papel individual del médico se ha establecido de nuevo en el interior mismo de un sistema, que a primera vista parece poner en duda ese papel. "No hay", dice él, "ningún peligro, si el Estado-Individual está concebido sobre un modelo integralmente humano". Escribe el profesor Baruk, quien compuso el Prefacio de esa obra: "Ponerse en lugar del enfermo: no se trata aquí de una idea platónica, de una idea teórica o filosófica; se trata de una noción concreta, viviente, sensible, real, conmovedora, inscrita en la realidad, aplicable y eficaz. Es el fundamento moral y eterno de la Medicina humana".
J. P. Schaller, en su obra "Socorro de la Gracia y Socorro de la Medicina", se coloca enteramente en el plano religioso, y muy naturalmente, como representante de la Iglesia Romana, el Padre Schaller reclama una colaboración estrecha entre el médico y el sacerdote, así como hay colaboración entre el orden de la gracia y el orden de la naturaleza. Pero lo interesante es que se encuentran, citados por los defensores de la religión católica (D. Elio Biacani, igualmente, escribiendo acerca de la gracia de Dios y la terapéutica) argumentos sacados del antiguo sistema Yoga, como por ejemplo: "Cada uno sabe cuál es la influencia que ejercen las perturbaciones del sistema neuro vegetativo y las del equilibrio endocrino sobre el comportamiento mental y moral del individuo, así como las terapéuticas fármaco-dinámicas, físicas, psíquicas, etc., que pueden modificar el curso de los numerosos estados mentales de ciertas pasiones y aún de los pecados capitales".
¡Estemos contentos de ver a la Religión y a las Ciencias Occidentales adherirse, por fin, a nuestro punto de vista enseñado desde hace 20 años! Claro, estos conceptos ya se admitían por algunos hombres de espíritu adelantado, pero cuánta ironía se sufrió de detractores, ¡quienes serían, ellos mismos, sin duda, los primeros en jactarse de su "Descubrimiento"! Acerca de este propósito, recordemos una vez más que "descubriendo otra vez" el Conocimiento, sólo tomamos el Saber de los Grandes Sabios de la Tradición Iniciática, aquellos Sabios quienes a través de los Ciclos de Evolución, transmitían valores simbólicos a otros Guías de la Humanidad, que venían, en épocas regulares en calidad de Instructores, a recordar al mundo las Grandes Lecciones de la Doctrina Sagrada.
* * *
Nuestra civilización no parece haber alcanzado su éxito, sino que al contrario, la vida colectiva tanto como la existencia individual, se caracterizan por la incomprensión total de las leyes que las dirigen. Los seres en general no son capaces de gobernarse.
Cuando la Evolución hizo perder el instinto animal a los individuos, la inteligencia ciertamente hizo progresos, pero el Espíritu de la Humanidad ascendente, descansó igualmente.
Los Antiguos eran ciertamente superiores a nosotros, moral o físicamente. Nos alejamos de la Prudencia y como consecuencia de esta emancipación, podemos afirmar nuestra incapacidad para disciplinar nuestras existencias. Es primeramente la ignorancia de Principios Superiores y después la ineptitud para hacerlos valer. Estamos sometidos a leyes que no mencionan la enseñanza y en tanto que la Ciencia considera demasiado a menudo al hombre como una materia orgánica sin otras relaciones, la Filosofía sólo ve la persona humana, y por su parte, la Teología reduce la idea del hombre; pero todas esas consideraciones no traen la solución para el éxito de una vida cumplida según su propio destino.
En fin, desde hace largo tiempo, ninguna civilización consiguió dar al hombre reglas de conducta enteramente conformes a su estructura, y un ambiente que fuera igualmente adaptado a ello. En una palabra, no tiene éxito la vida humana, como dice Alexis Carrel: parece que se metió en una calle sin salida como en el tiempo cuando la evolución creadora produjo los dinosaurios, esos animales con proporciones gigantescas, monstruosas y con el cerebro pequeñísimo, incapaces de adaptarse al medio ambiente. El entendimiento en su desarrollo egoísta, aislado del sentimiento, es una monstruosidad que parece deber volver al hombre: incapaz de sobrevivir. Es la quiebra total, de la cual el Dr. Carrel tan bien describió las razones y los medios para asegurar el éxito de la Humanidad (Consideraciones acerca de la Conducta de la Vida. París 1950. Ediciones Plon).
Una esperanza, sin embargo, anima ya a un número importante de comisionados, estos seres que se agrupan por casi todas partes para establecer de nuevo una verdadera colectividad humana, según las reglas milenarias, pero que son siempre válidas cuando se trata de aprender la Ciencia de Vivir realmente. La nueva educación de la humanidad está emprendida desde hace algunos años y podemos asistir al Nacimiento de una Raza que, por fin, habrá encontrado de nuevo su verdadera misión.
Desde la caída de Roma, se habría podido creer en el advenimiento del cristianismo, pero este no ha sabido implantarse en una época que llega a ser más y más científica, en tanto que el antiguo budismo no sólo logró resistir a todas las perturbaciones que a través de los siglos se verificaron en Asia, sino que también ha sobresalido en el Occidente, donde sus adeptos son más y más numerosos gracias a su filosofía muy humana. Ya vimos por qué este sistema logró satisfacer casi a un cuarto de la población de nuestro planeta: porque llama al buen sentido para probarle que todo empieza con el sufrimiento. No se trata de convertir a toda la humanidad a esta filosofía, ¿y si se pudiese?- No, porque una vez más, la doctrina budista trata de hacer aceptar dogmas que son incompatibles con la psicología moderna. Sin embargo, la rebusca de una Moral Universal debe tomar su base en el Manantial del Saber Antiguo a fin de formar un sistema aplicable a las reglas de conducta de la vida actual. Parece que sería una paradoja buscar tan lejos, en la historia del hombre, para encontrar una solución a los problemas contemporáneos, pero es porque nuestros males no son nuevos y la Ciencia del Vivir queda fundada sobre esas mismas grandes leyes.
¿Cuáles son esas grandes leyes? Ante todo son leyes de correspondencias, sobre las cuales no hemos acabado de insistir desde hace largo tiempo. Todo está enlazado y si los planetas pudiesen compararse a las glándulas de Dios, seríamos sus glóbulos. Es obvio recordar que la composición de un átomo es comparable a un sistema solar de escala microcósmica, o que nuestro cuerpo se identifica con el mecanismo astral (las 72 pulsaciones por minuto de un corazón normal se identifican con los 72 años que emplea el sol para retrasar un grado su movimiento aparente sobre la eclíptica; las 25.920 respiraciones de nuestros pulmones en un día, se comparan con los 25.920 años que emplea una estrella llamada "fija" para dar la vuelta al cielo, etc.).
Mejor aún, los descubrimientos, hechos por el hombre para mejorar su vida llamada "organizada" ¿no son precisamente las aplicaciones del mecanismo mismo de su propio organismo? La máquina de vapor es una reproducción de nuestra alimentación que se descompone y fabrica el calor capaz de mantener en marcha nuestro organismo. Todas las aplicaciones de la mecánica y de la maquinaria son más o menos copias de la armadura humana (osamenta, musculatura); aún la electricidad puede ser comparada a nuestro sistema nervioso.
Para impregnarnos aún más de la idea de la evolución volvamos una vez más a los orígenes.
Fred Hoyle y Arthur Lyttleton, dos profesores de matemáticas de la Universidad de Cambridge, explicaron el universo al gran público en 1937 ("The Nature of the Universe") y junto con Hermman Bondi y Thomas Gold, dieron en la radio un programa de vulgarización acerca de su nueva teoría ("The New Cosmology"). Según ellos, empezó el mundo hace 3 mil millones y medio de años cuando hizo explosión una estrella acompañando al sol (Supernova); el giro de su núcleo dejó una nube de gas (Fig. 1), formando un disco de revolución alrededor del sol, gas condensado que originó los planetas (Fig. 2); la rotación axial de los planetas primordiales les hizo estrellarse (Fig. 3) y formar otros astros más pequeños y satélites (Fig. 4).
El fin de este Universo está previsto dentro de 50 mil millones de años cuando la dilatación del sol se extienda y consuma a los planetas cercanos.
Las teorías acerca de la formación del sistema solar son numerosas y no podemos inclinarnos hacia una u otra de las nuevas concepciones emitidas, cada vez, por intrépidos investigadores.
En lo que se refiere a la aparición del primer hombre, hemos visto igualmente que nuevas suposiciones vienen a trastornar, cada vez más, las teorías bien establecidas previamente. En realidad, nada está clasificado de manera segura, ni en lo que se refiere a la edad de la tierra o de las grandes épocas que marcaron sus diversas transformaciones, ni en lo que se trata de los orígenes de la vida (desde las fechas de aparición de ciertos animales o de seres humanos) ni aún en lo que se refiere a las filiaciones.
Se encontraron en capas relativamente recientes restos de hombres, que se suponen hayan vivido en épocas muy lejanas; por el contrario, descubrimientos hechos en terrenos antiquísimos, probaron que los seres vivientes existían en un tiempo en que sus "pretendidos antepasados" (se les hacía proceder por ejemplo, de hominianos bastante recientes) no habían aparecido aún.
El enredo de diversas teorías con pruebas de apoyo de los fenómenos que hicieron sufrir transformaciones tanto en el planeta como a los que lo poblaron, permite, sin embargo, dudar de lo que fue imaginado hasta ahora, lo que deja libre curso a todas las nuevas investigaciones.
Sea lo que sea, resumamos rápidamente, la clasificación tal como se presenta generalmente.
Edad Paleozoica, con el Pelicosauro aquella especie de dragón todavía citado en las leyendas, y el Cotilosauro que originó el cocodrilo (las excavaciones efectuadas en Julio de 1956, en Bedford Scholl, en el norte de Londres, permitieron descubrir las osamentas de un Pliosaurio, aquel reptil marino que desapareció hace 160 millones de años, que mide cerca de trece metros, y cuya cabeza tiene dos metros, con dientes de treinta centímetros).
Hubo después los reptiles Mesozoicos con el famoso Brontosaurio y Diplodocus. Notemos también el Kanguro gigante, el Camtosaurio.
Entre los últimos reptiles Mesozoicos hubo: el Tiranosaurio, el Tracodonte y el Triceratops, que originó el rinoceronte.
Hubo después los Pterodáctilos, aquellos enormes vampiros, antepasados de las aves, y el Arqueoptérix que es verdaderamente la primera ave. Se debe mencionar también los Hesperornises, que marcan la época de los reptiles y de las aves acuáticas: llegamos a los mamíferos del Oligoceno, período en el cual se encuentra el Hienodonte (carnívoro), el Entelodonte o cerdo gigante y el Hiracodonte o rinoceronte corredor. Durante la época de los mamíferos del Mioceno, aparecen los Oxidáctilos (jirafas y camellos primitivos), el Tetrabelodonte (antepasado del elefante), el Dicrorero (ciervo primitivo) y por fin, el Neohipario (caballo del desierto).
En la Edad Pleistocena se encuentran el Mamut, los Renos, los Rinocerontes lanosos, el Caballo salvaje; es también en esta época que los paleontólogos sitúan la aparición del homo sapiens. Aunque se extienda la Era del Pleistoceno a 1'500.000 años, hay algunos que consideran el principio humano como originado mucho tiempo antes de esta Edad. Si el Parapiteco es el antepasado del hombre, debemos ascender al período oligoceno; pero aún esos "períodos" Holoceno, Mioceno, Oligoceno, Eoceno, son difíciles de situar exactamente en el tiempo; así hay muchos que admiten solamente 100.000 años como cifra para la aparición del primer ser inteligente y aún mejor: un "seudo hombre".
Al hombre de Neanderthal se le consideró durante largo tiempo como si hubiera vivido hace 50.000 años; y el primer "hombre verdadero" (el "Cro- Magnon") pertenecería quizá a la última parte del Paleolítico. Pero hemos considerado precedentemente (Propósito Psicológico No. V) que, gracias a nuevos descubrimientos, esas teorías acerca de nuestros orígenes son constantemente rechazadas a una edad mucho más alejada. Sin embargo, se establece todavía hoy el cuadro sinóptico siguiente:
Período Paleolítico |
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50.000 antes |
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4ta. y última Edad Glacial |
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Tipo Musteriano |
Neaderthal |
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35.000 antes |
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Período de las estepas |
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Edad Auriñaciense |
Estatuillas y Pinturas, Cuevas |
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Período Final del Paleolítico |
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Edad Solutrense |
Arte Paleolítico |
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Edad Magdaleniense |
Talla de los huesos arpones |
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Hombres de la Edad del Reno |
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Edad de la Civilización |
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15.000 antes |
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Epoca de las Selvas |
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(Período Transitorio) |
Edad Asiliense |
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10.000 |
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Edad Neolítica |
Piedra pulida |
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- 5.000 |
Condición Moderna |
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- 0 |
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Epoca actual |
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Edad del Hierro |
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Este es el punto donde estábamos hace 20 o 30 años, y lo que nos enseñaban nuestras escuelas quedó en su mayor parte sin más progreso; pero la Ciencia, poco a poco, viene en socorro del mundo profano y las mitologías religiosas se transforman aún, gracias a explicaciones menos misteriosas, a fin de ponerse al mismo nivel del conocimiento, el cual se instala cada día más en el cerebro humano del siglo XX.
Si quisiéramos anular todas esas ideas preconcebidas, no sería difícil admitir, por ejemplo, que grandes civilizaciones hayan podido florecer hace miles de años y que toda traza de este saber haya podido desaparecer, después de cataclismos. La historia del diluvio es un hecho histórico que se encuentra en la cultura de diversos pueblos, y si la Biblia habla de él, al otro lado del Atlántico, el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas, demuestra que no era ignorado el hecho por los Indios de América Central. No se trata ahí de conversión al Cristianismo, puesto que la Civilización Maya Quiché había alcanzado su apogeo, largo tiempo antes de la llegada de los europeos, en una época que, por otra parte, era la de la decadencia de la Gran Raza Roja. En realidad, se trata aún de numerosos diluvios (el que conocemos en Occidente estaría entre los más benignos y hubiera ocurrido aproximadamente veinte siglos antes de la era cristiana) pero, sobre todo, es verosímil que esos diluvios "parciales" no fuesen nada más que inundaciones que tomaron importancia en el espíritu de la gente de esa comarca y de esa época. Es posible, sin embargo, que los diluvios universales ocurrieran en ciertos períodos y no es extraño que no se encuentre ningún vestigio de los pueblos que podían vivir en esas épocas tan lejanas. Grandes Civilizaciones pueden así, haber alcanzado un grado supremo de Conocimiento y de Perfección, y si no se descubrió ninguna traza de esos Grandes Sabios, debemos acordarnos de que no poseemos muchos ejemplares tampoco, de los hombres de Neanderthal, o de otros elementos, pertenecientes a algunas épocas aun más próximas a la nuestra.
Los minerales son ciertamente los elementos que resistieron más a los diversos cataclismos; sería, sin duda, interesante estudiar más las piedras preciosas, por ejemplo. Se debería analizar mejor las propiedades de las gemas, que deben tener valores de influencia incontestables; se menciona su "poder" desde sus diversos orígenes y todos los pueblos las utilizaron en una u otra época. Hay muy pocos estudios serios acerca de los misterios de esas joyas, que parecen encerrar en su seno una parcela de la Luz Celeste. Todas las tradiciones citaron, o bien su poder mágico, o sus efectos curativos, o bien la protección particular que ofrecen a los que las llevan.
La Biblia habla en muchas partes de esas gemas; en el Génesis ya se escribe que el Pischon riega el país de Havela, rico en oro y en piedras preciosas (el ónix y el bedelio); otros pasajes bíblicos dan numerosos detalles también, acerca de las piedras que describiremos después.
Recordemos que el Pischon es el primer Río que sale del Edén; el segundo es el Guihon (que se escribe a veces Ginon), el cual se debe comprender, sobre todo, como el segundo principio (el movimiento formativo), más bien que como un curso de agua. El nombre del tercer afluente del río que sale del Edén (el que se dirige hacia el Este y Asiria) es Hidekel (rápido propagador) que sirve de vehículo al principio de la felicidad; es el tercer derivado del elemento adámico. El cuarto afluente de este "río" que sale del Edén, es el Eufrates, más exactamente el "Phrath", el cual es el cuarto principio de la esfera sensible, en potencia de multiplicidad, según un cuaternario. Es el nombre derivado para designar la fecundidad, de la cual es manantial (refirámonos a lo que escribimos ya acerca de la palabra "Eva" forma latinizada de "Evah").
La palabra misma "Edén", ciertamente designa mucho más un "Plano" o un "Grado", que una comarca geográfica. Este jardín del Edén, por otra parte es difícil de situar y las leyendas más diversas existen acerca de él. Por otra parte, la ortografía original para Edén fue: "Edin", que es una llanura de Babilonia. Según las personas cristianas autorizadas, esa comarca debe estar situada entre el Tigris y el Eufrates, pero existen muchas controversias acerca del sitio exacto de este famoso "jardín paradisíaco". ¿Sabéis por ejemplo que, para 6'500.000 miembros de la tribu de Yoruba, en el África Occidental, el Jardín del Edén estaba situado en Ifé (ciudad de Nigeria)? Muchos sabios americanos y europeos opinan en esta teoría, que los Yorubas habrían sido los descendientes del primer hombre que hubiera vivido en la tierra, y consideran que es un error grosero situar el paraíso terrenal en Persia (Irán), como lo indica la Biblia. Si ciertas contradicciones persisten aún (el Dr. L. S. B. Leaky del Coryndon Museum, sitúa el Jardín del Edén en el Uganda Africano), es casi cierto actualmente que el paraíso terrenal nunca pudo existir en el Cercano Oriente; los arqueólogos e investigadores notables están unánimes en indicar como primer índice de vida las herramientas de hierro empleadas por los negros de África cuando Asia pertenecía aún a la Edad de Piedra, y Europa no existía. Para los Yorubas, Dios creó el Jardín del Edén en el sitio mismo de la ciudad actual de Ifé, y fue ahí donde fue enviado el primer hombre (Orisanla), pero se embriagó con vino de palma, no consiguió cumplir con su misión, y Dios envió en su lugar a Oduda, quien, con su esposa Olukun, fundó la Humanidad. Los restos mortales de este primer hombre están enterrados en el palacio del Oni, que es el Jefe espiritual de la tribu y descendiente directo de Oduda, aquel Adam africano; se le puede igualmente asimilar a un Cristo, a quien Dios dio una compañera "virgen y madre" y "esposa" y para asistirles: diez y seis "Ancianos". En los jardines sagrados de Ifé, se pueden ver casi 400 estatuas (bronces de Olukum también). Entre los Yoruba, hay también una historia del Arca (idéntica a la leyenda de Noé) y aún permanecen trazas de él, aproximadamente a 5 kilómetros del palacio del Oni; en esta montaña, cerca de Ifé, se encuentran marcas en el suelo, huellas del Arca que, después del diluvio, se hubiera colocado allí. Por consiguiente, la mayor parte de los Sabios pensarían que sería dejada atrás la antigüedad de los pueblos de América. Sin embargo, se sabe que el templo de Chinchén-Itzá fue considerado durante largo tiempo como uno de los más antiguos del mundo, y el arqueólogo Le Plongeon probó que el alfabeto maya es anterior al alfabeto egipcio; también la iniciación de los egipcios habría sido debida a la herencia de los mayas (puesto que existía en esta época el continente Atlántido), cuya civilización reinaba cuando los pueblos de Asiria y de la India, eran salvajes todavía. La cultura Maya-Quiché relata que son esas comarcas de América las que fueron el origen de la Humanidad; la historia del Arca es conocida entre estos pueblos desde hace más de 20.000 años y la mención de la civilización humana se cuenta por numerosos miles de años, antes de las fechas en que las culturas judeo cristianas pudieran ser situadas. Para considerar de nuevo nuestro problema acerca de las piedras preciosas, debemos decir también que el profeta Isaías habla de la Ciudad Santa que se erigirá sobre zafiros y que tendrá almenas de rubíes, puertas de carbunclos, y un recinto de piedras preciosas; lo mismo Ezequiel quien, en su lamentación al rey de Tir, declara cuando él estaba cubierto con piedras preciosas: piedra sárdica, topacio, jaspe, etc... Todo ello puede hacer pensar en símbolos, pero ciertamente deben ser examinados en detalle, para descubrir en ellos el sentido verdadero. En el Apocalipsis se describen las murallas de la Nueva Jerusalem, con sus doce fundaciones que consisten en doce piedras preciosas.
En la descripción de las vestiduras sacerdotales (Éxodo XXVIII) el Racional de Aarón está compuesto de las 12 piedras equivalentes a las que son ya citadas en los otros pasajes bíblicos. El orden es claro: "Y llenarás de pedrería con cuatro órdenes de piedras: un orden de una piedra sárdica, un topacio y un carbunclo; el segundo orden, una esmeralda, etc...." (vers. 17 a 20). Hagamos pues, el cuadro y tratemos de aclarar el misterio de esa disposición, "primorosa obra" sobre el "racional del juicio" (Éxodo XXVIII-15).
PIEDRA SARDICA (roja) |
ESMERALDA (verde) |
TOPACIO (amarillo) |
1 |
3 |
2 |
CARBUNCLO (anaranjado) |
DIAMANTE |
ZAFIRO (azul) |
4 |
6 |
5 |
OPALO (reflejos como el rubí) |
AMATISTA (violeta) |
AGATA (marrón dorado) |
7 |
9 |
8 |
BERILO (azul dorado) |
JASPE (verde negro) |
ONIX (rosado) |
10 |
12 |
11 |
Si colocamos las piedras en cuatro filas ordenadas, y disponemos una a la izquierda, otra a la derecha y en fin otra en el centro, conseguiremos tres columnas con matices equilibrados de colores. Notaremos en esta figura que la línea vertical del "Centro" será la más oscura: es el Misterio de los Misterios; en los "Lados" tenemos la columna de Luz (amarilla) y la columna de Calor (roja en lo alto y azul en la base, como la llama de las candelas). Si de esta disposición, retiramos hacia arriba la piedra esmeralda (el 3) y bajamos el berilo y el onix (el 10 y el 11), conseguimos el diagrama muy conocido del árbol Kabbalístico de los10 Sephiroth. Las dos piedras de la base simbolizarán las dos columnas del Templo (J.˙. y B.˙.), así como en el Árbol Sephiróthico, a la derecha, son los 248 "Preceptos afirmativos" (columna de la Clemencia) y, a la izquierda, los 365 "Preceptos Negativos" (Columna del Rigor).
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Está escrito también en el (Éxodo) que el Arca Santa estaba en medio del Santuario, colocada sobre una piedra cúbica que en cada uno de sus lados llevaba una letra del nombre "indecible". El Santuario era cuadrado, completamente revestido de oro, como el arca y sobre este oro estaban grabadas figuras de Querubines, dispuestos de 4 en 4 de cierta manera. Había en el Santuario dos grandes Querubines, semejantes a los 4 del Arca. Debajo de la bóveda, que formaban los Querubines uniendo las alas, había una corona, sobre una mesa de oro, que se llamaba el "Propiciatorio". El Gran Sacerdote se aproximaba al Arca, sosteniendo a dos manos el Racional, cuyos 2 corchetes, hechos con grandes perlas, se llamaban "Urim" y "Thumin" (Luz y Sombra). Cuando llegaba al Arca, pasaba sus manos debajo de las alas de Oro de los Querubines, que le impedían ver cómo colocaba el Racional. Lo tornaba rápidamente 4 veces, pronunciando en voz baja las 4 letras del Tetragrama Divino (Yod-He-Vaw-He) y después lo depositaba sobre la Mesa de Oro, en el círculo de la corona.
Se comprende muy bien que todo ese ritual está lleno de símbolos, que se deben transponer, así como las descripciones bíblicas que son "Claves" que se deben conocer, para aclarar los numerosos misterios teológicos. Todas las órdenes dadas a Moisés, son otras tantas indicaciones esotéricas, de las cuales se debe apreciar todo el alcance. Que se lean de nuevo las reglas para la construcción del tabernáculo, la descripción del Arca, de la mesa y del candelero con sus 7 lámparas, por ejemplo, que deja subentender los 7 planetas, sobre todo cuando se puede leer: "mira y hazlo conforme a su modelo que te ha sido mostrado en el monte". (Éxodo XXV, 40).
En la descripción de las vestiduras sacerdotales se dice también (Éxodo XXXVIII, 21): "Esas piedras estarán engastadas en oro en sus encajes. Y serán aquellas piedras según los nombres de los hijos de Israel, doce según sus nombres; como grabados de sello cada una con su nombre, vendrán a ser según las doce tribus".
Esas doce tribus, en un orden especial, tienen una significación que expresa el conjunto y la evolución de la vida humana:
GAD: El hombre preparado al trabajo y al combate.
RUBEN: La paternidad, la familia.
SIMEON: Civilización, educabilidad.
ZABULON: Domicilio y patria.
JUDA: Triunfo y gloria.
ISSACHAR: Recompensa cívica.
DAN: Juzgamiento y penalidad.
EPHRAIM: Progreso.
BENJAMIN: Fruto del dolor, religión.
NEPHTALI: Comparación, razonamiento, prudencia.
MANASES: Olvido de los errores pasados.
ASER: Felicidad y paz profunda.
Evidentemente, una vez más esos nombres pueden ser relacionados, no sólo con las piedras preciosas sino también con los 12 signos del Zodíaco, los Dioses del Olimpo, etc.
Se puede establecer relación también con el ángel Rafael y el oro, el carbunclo, el Sol, el signo del León, Apolo, etc., Gabriel con la plata, el cristal... Zafkiel con el plomo, el ónix... Zadkiel con el estaño, el zafiro... Camael con el hierro, el diamante... Haniel con el cobre, la esmeralda... Micael con el mercurio, el ágata...
En resumen, constantemente hay que acordarse de que todas las cosas están estrechamente unidas y se debe comprender que el fenómeno de las vibraciones actúa por correspondencias.
Los metales y las gemas no pueden vivir sin el influjo planetario, el "Silem" como dicen los alquimistas árabes. Los minerales, así como los vegetales, los animales y el hombre están sometidos a leyes astrales que se desconocen demasiado a menudo. Todos los reinos están íntimamente unidos entre ellos por efecto de un orden superior; las zonas magnéticas influyen a ciertas categorías de una especie, en el mismo punto en que éstas son influenciadas por cosas que pertenecen a otro reino; y al contrario, hay vibraciones que alcanzarán a tal otra cosa en el mismo punto que alcanzan a un elemento de un plano muy diferente. Así los papagayos, los zorros, los monos, son muy sensitivos a Mercurio, ese planeta que gobierna las plantas de condimento y que penetra el ágata con sus rayos; Júpiter tiene el halcón y el elefante en su imperio, pero obra grandemente sobre el roble y la viña, y se concentrará más particularmente en el zafiro oscuro. Se conoce que las mujeres son mucho más sensitivas a la luna, que se manifiesta tan particularmente en cada una de sus evoluciones mensuales; es el astro que influye sobre el mar y que rige sobre todas las hierbas; su influencia es muy grande sobre los gatos y los moluscos. Por su parte el Hombre está gobernado sobre todo por el sol, que domina las cosechas, los árboles frutales e influye tanto sobre los animales feroces. Así, siempre y por todas partes, elementos diversos entran en juego en los diferentes planos del Universo, y es lástima que el hombre no considere más este fenómeno, a fin de obtener de él todos los beneficios que pudiere, tanto en el punto de vista de establecer de nuevo el equilibrio de su organismo, como en ayudarse para progresar en dominios, que sus sentidos, poco desarrollados, no le permiten alcanzar ordinariamente.
A título documentario, señalemos unas piedras preciosas cuyas significaciones son explicadas por la tradición.
ABESTO (o ABESTUS): tiene el color del hierro y viene de Arabia; se llama inextinguible, porque una vez encendida queda incandescente. Los Antiguos la colocaban como arañas en los Templos.
AGAPIS: Piedra de color amarillo azafrán que, se dice, origina el amor. Cura sobre todo las mordeduras de los escorpiones.
AGATA: Oriunda de Sicilia; se dice que calma la sed una vez puesta en la boca. Se debe beberla en el vino para combatir los venenos de las víboras.
ALABANDINA: Es el nombre de una comarca de Asia, donde se encontró esa piedra por primera vez. Rojiza y azulada, es un antídoto contra el envenenamiento. Provoca el influjo de sangre en el organismo.
ALABASTRITES: Es de color blanco, veteado de amarillo (variedad de alabastro). Cuando está quemada con sal y pulverizada disminuye el dolor de muelas y las cefaleas.
ALECTORIA: es un bezoar animal, más bien que una piedra; el que se encuentra en la molleja de los gallináceos. Es bueno para el dolor de garganta.
AMBAR: Que se parece al ágata y a la resina. Es amarilla y translúcida. Se encuentra en Britania, en Inglaterra y abunda en las orillas del Océano. Es una receta para la boca y para asegurar las muelas. Causa la micción y facilita la menstruación.
AMATISTA: Es la piedra que adorna la sortija de los obispos; disipa la embriaguez y los vapores del vino, aleja también los malos pensamientos. Se dice que cuando se le tritura y se le bebe, hace fecundas a las mujeres.
AMIANTO: De color claro, transparente, se parece al alumbre de pluma, pero tiene más consistencia y dureza. Se le atribuye el poder de triunfar sobre los venenos y los mágicos.
ANDRODAMAS: Piedra muy dura que tiene la consistencia del diamante y tiene el color de la plata tomada. Se le encuentra en las arenas del Mar Rojo. Oriunda sobre todo de la Arabia, se dice que apacigua la lujuria. Es, sobre todo, un calmante para los estados nerviosos.
ANTRACITA: De color ardiente y centellante como el carbón, chispea con un brillo muy vivo cuando se le riega con agua. Esa piedra rechaza la pestilencia del aire.
ARABIGA: Piedra que tiene el color del marfil, que cura el sistema nervioso, la ciática y las neuralgias. Tiene el olor y el color de los arrayanes. Quemada, es un dentífrico excelente.
ASINIUS (piedra de asno): Es un bezoar que se encuentra en el cuerpo de la cebra. Hay dos especies: la que se encuentra en la cabeza y la que se encuentra en la mandíbula del animal. La primera cura la epilepsia, la segunda es un reconstituyente contra el cansancio.
ASIUS: Piedra blanca y ligera como la piedra pómez. Tiene un gusto salado y cae en polvo después de manipularla. Proviene de Alejandría. Cura a los tísicos, es buena para las fístulas y combate el escrofulismo.
ASTRITA (o ASTERITA): Que tiene la transparencia del cristal y cuando está colocada en la luz parece que contiene una estrella moviente. Viene de Tracia y mejora la vista defectuosa.
BERILO: Tiene el color de la aceituna; se dice que alegra y que, llevada al cuello, rechaza los sueños. Es buena especialmente para la boca y la garganta. Mezclada con una sal de plata, cura la lepra, y el agua en la cual está el Berilo, combate eficazmente las afecciones de los ojos; bebida, alivia a los asmáticos.
BOL ARMENICO: Es una tierra especial de ese país. Su color se acerca al pardo; es caliente y seca. Es un medicamento contra las fiebres y los flujos del vientre; obra también contra la hemoptisis.
BORAX (o Estelión): Es un bezoar que se encuentra en el cuerpo del sapo (blanco o negro). Se le saca cuando el animal todavía vive y un fragmento de esa materia tiene renombre como medicamento eficaz contra los venenos. Se emplea como loción en las enfermedades del estómago y de los riñones.
CALCEDONIA: La cual viene de Etiopía. Tiene un color pálido. Esclarece la vista y la ronquera de la voz. Se dice que impide las caídas.
CELIDONIA: Es otro bezoar que se encuentra en el vientre de las golondrinas. Hay dos especies: la roja y la negra. Cuando está envuelta en una tela de lino, la roja es útil a los hemáticos y a los locos. Se puede triturar en el agua a manera de colirio. Cuando está atada al cuello en una tela de lino, disipa la fiebre. Cuando está atada como un collar, cura a los epilépticos y a los ictéricos.
CORAL: Nace en el mar como un arbolito; tiene dos aspectos: el rojo y el blanco (existe aún una especie negra). El rojo se emplea en medicina. Detiene el flujo de la sangre y disminuye los dolores de estómago y las crisis cardíacas. Es útil contra las inflamaciones del bazo y de los intestinos; hace desaparecer las úlceras. Cuando está reducido a polvo y bebido con vino, facilita la eliminación de los cálculos. Cuando está triturado a introducido con delicadeza en la boca de los recién nacidos, impide la epilepsia.
CELONITA: Piedra que se encuentra en la cabeza de las tortugas y que alivia las cefaleas. Cuando se tritura en el agua, la especie que se encuentra en el hígado del animal y que se la bebe antes de los ataques, cura la fiebre cuarta.
CRISOPRASO: Tiene un color verde y dorado. Viene de la India y de Etiopía, con la virtud de alejar las pasiones. Es buena para la vista.
COGOLITO: Es una piedra de Judea que se parece al hueso de la aceituna. Triturada y disuelta en el agua, se puede beberla para destruir los cálculos y eliminar la arena de la vejiga.
CRISTAL DE ROCA: Es un remedio contra la disentería.
DIAMANTE: La más preciosa entre las piedras. Rechaza del cuerpo los venenos, pero llega a ser ella misma un veneno cuando se le absorbe sola.
ESMERALDA: Es un antídoto contra la mayor parte de los venenos; impide también la caída del cabello y cicatriza las lesiones cutáneas.
CARBUNCLO: Brilla como un carbón ardiente en las tinieblas; combate los miasmas envenenados y las emanaciones pestilenciales.
GALACTICA: Es originaria del Nilo. Tiene el color de la leche, cura la sarna y combate la carie de las muelas.
GRANATE: Esa piedra roja de Etiopía, cura la peste y tiene renombre para favorecer los partos.
HELIOTROPO: Tiene un color verde y es la piedra de los nigrománticos. Sumergida en el agua hace aparecer la imagen del sol, color de sangre. Es sobre todo un antídoto contra los venenos; tiene el poder de detener los flujos de sangre.
HEMALITA: Tiene el color de la sangre, detiene las hemorragias y cura el hígado así como la disentería.
JASPE: Combate la fiebre y la hidropesía, cura la epilepsia y neutraliza los venenos.
PIEDRA DE LINCE: Existen 3 especies: una especie brillante, otra más oscura y otra verde. Es una materia que proviene de la solidificación del orín de ese animal. Alivia los dolores del estómago, combate las ictericias, aborta las crisis epilépticas, y quema los cálculos.
PIEDRA DE LIMAZA: La cual se encuentra en la cabeza de ese animal. Tiene un color blanco, es pequeña y parece una uña humana. Colgada al cuello, combate la fiebre.
PIEDRA DE MENFIS: Es llamada así porque se le encontró en ese sitio y se le utilizó allí en cirugía, por primera vez. Triturada y bebida con vinagre, tiene el efecto de un anestésico; se frotan también con ella los miembros heridos o cortados del paciente para que no padezca en la operación.
MALAQUITA: Se parece un poco a la esmeralda por su color. La única propiedad que se le conoce es de preservar a los chicos de las caídas; se dice que protege contra el rayo.
MARCACITA: 1º se parece al oro; 2º a la plata; 3º al cobre; 4º al hierro. Su propiedad es la de reforzar la vista.
ONIX: Es generalmente rosada, y su color se parece un poco al de la uña humana. Se dice que aumenta la saliva de los niños y acelera los partos. Cuando está colgada al cuello de los epilépticos les impide caerse. Combate especialmente los humores y detiene los ardores sensuales.
OPALO: Se encuentra especialmente en la India y tiene a menudo un color cambiante; no es más grande que una avellana. Su virtud está en las afecciones de los ojos, aunque se le emplea también contra los males del corazón. Es eficaz además contra los insomnios.
ORFITA: Forma parte de los mármoles; está manchada como una piel de sierpe (de aquí su nombre). Colgada al cuello, calma los dolores de cabeza y alivia a los frenéticos y a los letárgicos.
PERLITA: Piedra de color amarillento, que cura la gota.
PERLA: Nace en el seno de una concha y sirve más bien como adorno. Tiene propiedades terapéuticas considerables, disipa las películas (cataratas) y los oscurecimientos de la vista. Detiene las hemorragias, combate las palpitaciones del corazón. Triturada con la leche, y bebida, cura las úlceras malignas e impide las crisis epilépticas. Detiene también los flujos del vientre.
RUBI: Piedra que excita al que la lleva; puede acelerar y turbar la circulación de la sangre. Causa generalmente el insomnio, pero preserva de la peste y hace resistir a los venenos.
RUBI BALAJE: Sería eficaz para restablecer la salud. Triturada y bebida con agua esa piedra es un medicamento contra los dolores hepáticos.
ZAFIRO: Es llamado a veces "la gema de las gemas". Fortifica el cuerpo e impide los excesos de sudación. Refrena también los ardores libidinosos. Alivia los dolores de la frente y limpia los ojos. Bebida con leche aplaca los cólicos y protege contra la viruela loca.
PIEDRA SARDICA: Se encontró por primera vez entre los Sardescos. Aplaca el flujo de sangre y rechaza la neurastenia.
SELENITO: Se debe administrar en cuarto creciente para ser útil a los tísicos.
PIEDRA DE SAMOS: Combate la locura. Tomada como una bebida, impide los abortos; llevada sobre sí mismo evita los antiguos lagrimeos; cura los efectos oculares, si se le aplica sobre los ojos después de haberla triturado y mezclado con la leche.
ESTUXITA: Triturada y dada en bebida con satirión, goza de un poder afrodisíaco.
SAMOTRACIO: Tiene un color vivo que se parece a la madera quemada. Se emplea su humo para curar las afecciones de la matriz.
TOPAZ: Tendría la particularidad de aplacar el agua en ebullición, si se le echa adentro. Cura los excesos de los frenéticos, alivia las hemorroides y los trastornos cerebrales. Tendría la virtud de preservar de las muertes súbitas; en Oriente se emplea para hacer cesar las hemorragias de las heridas.
TURQUESA: Es buena para la mayor parte de los trastornos psíquicos.
IDRINUS o bien SERPENTINA: Aplaca los reumatismos y combate los gusanos y la litiasis vesical. Podría hacer adelgazar a los hidrópicos, si, llevándola, pudiesen quedarse, por lo menos, tres horas al sol; emitirían entonces una sudación en gran cantidad con secreción fétida.
ZARITA: Se parece al vidrio; colgada al cuello detiene la sangre de las heridas y combate el ataque de la locura.
Naturalmente, no se pueden estudiar aquí todas las preparaciones minerales que pueden servir como medicina; en los límites de nuestros pequeños resúmenes, se trata sobre de todo de "retentivas", de "memorandums" o de "claves". No podemos extender estos "Propósitos" a un tratado de magia; sólo podemos llamar la atención acerca de elementos que se deben considerar en el cuadro de las investigaciones esotéricas. Recordad de nuevo mi libro III de la serie de los Grandes Mensajes, en el cual llamo al sentido común para que no se caiga en una baja hechicería; los textos, muy a menudo crípticos, necesitan un estudio profundo de las reglas de correspondencia. Recordad a los espantosos brujitos de la Edad Media que tomaban las órdenes de las fórmulas mágicas literalmente, y degollaban a los niños para obtener la sangre necesaria a sus ceremonias, cuando se trataba de un símbolo empleado en los textos para significar que se debía sacar el jugo de pequeños pimientos rojos!
El empleo de productos en la Magia debe hacerse también según un orden bien establecido por la tradición, en un cierto tiempo, con una orientación particular y, sobre todo, en lo que se refiere a las fórmulas, su vibración es mucho más importante que las palabras mismas. Aumentarán las propiedades de una materia, si se observa el momento cuando se toma posesión de ella, y una planta medicinal debe ser cogida, por ejemplo, en un período muy determinado. Se conoce todo el ceremonial de ciertas tribus para ejecutar un totem, el "rit" observado para hacerse un arma: el indígena cortará una rama en un momento dado, trabajará su metal en otro momento, y esperará tal o cual época para utilizarla.
En fin, no son vanas esas precauciones y son muy comprendidas por los ocultistas. Cada hora está gobernada por los "Genios", es decir, que las influencias particulares toman efecto en ciertos momentos del día o del año.
Los pescadores, por ejemplo, conocen bastante esa influencia planetaria; lo mismo sucede con los leñadores, sin hablar de los campesinos que hacen sus cultivos, muy a menudo, de un modo empírico, pero cuyos grandes lineamientos, están fundados aún sobre este conocimiento astral de los antiguos. Sea lo que sea, habría gran ventaja en vigilar mejor aún nuestras producciones. Así, la preparación de la tierra debería siempre hacerse cuando la Luna se encuentra en los signos de Aries - Géminis - Leo - Virgo - Sagitario o Acuario. La siembra de los guisantes, de las alubias, de las coles y de las flores, se hacen desde la Luna Nueva de Marzo hasta la Luna Llena; las zanahorias, las cebollas, los rábanos y otras raíces se siembran desde la Luna Llena hasta la Luna Nueva. Los fresales, las ranunculáceas, etc..., se siembran durante el cuarto creciente. Para plantar o replantar se debe respetar el paso de la Luna en el signo fértil (Tauro, Cáncer, Libra, Escorpio, Capricornio, Piscis). Basta sólo sembrar tomates 48 horas antes de la Luna Llena para observar la diferencia con los que sembraron después de esa Luna Llena. Se debe notar también que por la tarde la tierra "inspira". Los rábanos deberían ser productos naturales de los animales, viejas hojas y detritos de legumbres (se pueden añadir la valeriana, la manzanilla y otras hierbas con efectos muy benéficos). Las recolecciones y cosechas deberían hacerse temprano, por la mañana, cuando la tierra es buena para estercolar o regar.
La Magia (de "Magisterio") consiste en captar y canalizar las fuerzas radiantes magnéticas, eléctricas, gracias a la ley de las afinidades, de las simpatías, de las analogías y de las correspondencias. La Magia consiste en la Maestría de los elementos, elementarios, elementales; consiste en "atraer" y "concentrar", a fin de perfeccionar sus mejores fuerzas para dirigirlas hacia una acción más eficaz.
Las causas de las enfermedades se resumen, sobre todo, en un desequilibrio de nuestros elementos, que es debido en gran parte a la mala calidad de nuestra alimentación. Por el alejamiento de los métodos naturales y una falsa repartición de nuestros productos alimenticios, la enfermedad es una discordancia, una anormalidad, y la curación es el problema que consiste en llenar esas lagunas. (El momento más favorable para tomar medicinas o medicamentos es cuando Marte y Júpiter están en el Ascendente).
Se nota cada día más la debilidad de nuestro organismo, y eso es debido a las ventajas constantes de las comodidades modernas; departamentos demasiado calientes, camas muy mullidas, vestidos múltiples, etc... Nuestros pies están escasamente en contacto con el suelo bienhechor; poco tiempo se está consagrado al aire libre, a la marcha, al ejercicio, al descanso verdadero en relajación completa. Nuestro cuerpo es menos resistente a causa del progreso, que le anima a la pereza sometiéndolo, al mismo tiempo, a un esfuerzo nervioso constante. La recuperación de esa energía no puede hacerse, a causa de la pobreza de los productos que se le ofrece como compensación. Ya las malas costumbres son adquiridas y se necesita una gran maestría para tomar de nuevo el control. Así, las comidas espirituales vienen a veces a ayudar al ser humano, descontento de su lucha diaria y que sufre casi automáticamente.
El hombre, aquel Adán eterno, debería, sin embargo, tomar de nuevo su sitio verdadero en el Universo, eso, sobre todo en el sentido psíquico. Los sistemas intentaron establecer un orden social, pero el problema no es tan orgánico como espiritual.
Cada hombre es un Adán en el Oriente de su vida, es decir, en su Nacimiento y llega a ser ISA-ak en su Poniente, a su Muerte. Adán, emblema de Jehsu o de la Luz; Isaac, ojo de Isa o de la Luna (sol del occidente). El verdadero Pueblo Humano está siempre de pie, siempre encima del horizonte, siempre en su mediodía como el dominador indo IS-wara y como el Gran Sol: IS-ra-el.
Iswara es el Ser Universal, a la vez como objetividad y poder de la Belleza (correspondiente a Prakashavimarsha, de la Doctrina Tántrica o aún a uno de los 3 "middoth" supremos de la Kabbalah).
El Absoluto continúa la objetivación de esa Belleza, ejerciendo esa potencia gracias a una emanación de su propia Bondad: la Voluntad Creadora. Esa voluntad se polariza en el doble Purusha-Chit, que es uno de los 7 aspectos "en profundidad" de Shakti, en relación con Sakala-Shiva. Como él, es una objetividad dinamizada de Prakashavimarsha, siendo también el principio inmediato de la Manifestación que produce, por el juego de la emanación polarizada, a: Purusha-Prakriti e Iswara-Tattva.
Israel es el Hombre-libre-el Rey-el Dios, es el que se sustrae a la cautividad de la materia. Se dice que "Es gracias a la reencarnación, que todos los hombres (que llegaron a pertenecer así a la colectividad de Israel) realizan la promesa del Zohar" (II-69 b.).
Este término esotérico de "IS", se encuentra en numerosos nombres sagrados, nombres de divinidades, etc... Por otra parte, el Génesis en su segundo capítulo (versículo 22-23) lo menciona en el momento de la explicación de la creación humana: "Esta será llamada Ischa porque del Ish fue tomada". Lo que se tradujo también a menudo por: "Esta será llamada Varona porque del Varón fue tomada" (Versión Osterwald), o bien: "Será llamada mujer porque del hombre fue tomada" (Biblia, Versión Louis Second). Brevemente los términos deben considerarse con su sentido original (como las traducciones de Maimónides, por ejemplo) y saber que la creación humana por Dios, se define claramente como teniendo una esencia doble.
ADAM consta de "A" (Aleph = Alma, soplo de vida) y "DAM" (sangre, cuerpo) y ese primer elemento de vida humana materializada está, pues, bien compuesto, de un fluido astral (psichicon) y de una materia física (somaticon). ADAM es el hombre Primordial (primer generador), a la vez mundo fenomenal y numenal, y es Noé quien será el "segundo" Padre de la Humanidad, el que tendrá la misión de la transmisión del reino de las especies. Adam fue creado a imagen de Dios (Génesis, 1-27); es decir, pues: varón y hembra. Por otra parte ¿no habla el Creador en plural? (Génesis, 1-26): "Y dijo Dios: Hagamos..." y eso implica que, si Dios hizo a Adam a su imagen y a "nuestra semejanza" (como está escrito), se trata de una creación andrógina, una operación por 2 esencias divinas. Isch (Aleph-Yod-Shin) es el hombre, e Ischa, la hembra; en hebreo, se escribe con la letra Yod suprimida ("Yod" siendo el principio varonil) y también con la letra "He" (signo de la pasividad y principio de la feminidad).
Isis, aquella Virgen Madre de los Egipcios (los griegos le rindieron culto también), era la diosa de los "Parisíi" (Parisinos!), y estaba representada a veces por una nave con 7 pilotos (los 7 planetas); es en esta figura que se debe ver a IS-is como matriz universal (la nave, el Arca es la Thebah, la reserva cósmica). Los parisinos tienen todavía como emblema de su ciudad una nave y la capital francesa se llamaba antiguamente: Lutece, Lutecia (en hebreo: Lukotaim) que quiere decir nave, pero que también, en el sentido Iniciático, se podría referir al contenido divino o a una asamblea de Guías Espirituales que se pueden representar por diferentes símbolos: el Vaso del Santo Graal, una cuna en un establo, un cáliz sobre el altar, etc... Un barrio alrededor de París se llama todavía hoy en día: Issy-les-Moulineaux (Isis y los Molinos).
ISSA, aquel Santo Monje del cual se habla en las comarcas del Himalaya, habría sido Jesús Nazareno durante sus iniciaciones en Asia. Se encuentra todavía su celda de meditación en el Ladhak (pequeño Tíbet) y en el convento de Hinis en Leh (Tíbet Occidental). Hay un libro "Vida de San Issa", que es el relato del que fue considerado como el Cristo en Palestina. Issa es también el nombre que dan los musulmanes al Mesías de los cristianos; su nombre está citado (19 veces) con los otros grandes profetas en el Corán.
El IS-lam se considera también, por su nombre, como el único pueblo elegido y el origen de la comunidad de los Musulmanes (Meslemoun: consagrado a Dios) es muy difícil de establecer. El islamismo presenta una gran similitud entre su esoterismo y la Kabbalah. Unos querrán atribuirle, a menudo, un origen extranjero puesto que muchos Sufíes eran Persas; se pensó en el Mazdeísmo, pero su "ciencia de las letras" se acerca mucho a la nomocracia judaica. Las afinidades pueden provenir, por otra parte, de una idea tomada de una doctrina "pre-islámica" y no "árabe".
El Islam es importante ya, como término simbólico, y su emblema del creciente es muy significativo, por una parte a causa de la influencia lunar de ese pueblo (su calendario está basado en los movimientos de la luna y no del Sol), y, por otra parte, por su asimilación a Isis.
IS-l-Am puede descomponerse en "IS" que se refiere a "Isch" e "Isis" ya analizadas; en "Lameth" del cual vimos ya el misterio en el número 24 (ver Propósito No. III) y, finalmente en "AM" aquella onomatopeya que formaba las primeras expresiones de expansión (AM-bar-ar; embar, empar, imperio) de los Faraones (Bharan; Phar-on; Faraón).
Si se quita la "l" (lameth) central, que sirve de "Unión", tenemos ISAM, cuya primera letra (el Yod), está representada por el disco solar llevado por Isis, la luna sagrada con toda su Potencia. Ese "Luminario-SAM" es "Sem-ele" o "Sim-ilis", semejante al Sol, sólo cuando ella está en su nivel, en su "llena"; es su mes: "más"o "mens", en su tabla, masa o mensa. En las Tablas de Mosa (llamadas de Moisés), "mas" se relaciona a la palabra "mens" (el mes, el espíritu de la luna).
Vimos ya que SEM (Sam) es el nombre propio de una cosa, es el signo que hace conocer un sitio notable o una época alejada, el renombre, el brillo. No es en el sentido de un hijo de Noé que se le debe considerar, sino de un modo extendido, que sería entonces el espacio del éter, el empíreo y, a veces, Dios mismo (en siríaco o en caldeo).
Se sabe que "Salem" quiere decir saludo, en árabe, y los mahometanos tienen la costumbre de saludarse con las palabras: "Salam Aleikum" (la Paz sea con Usted), poniendo la mano derecha sobre el corazón, la contestación es: "Aleikum Salam" (que sea con Usted la Paz). Pero dirigida a un cristiano, la palabra "Salam" no se pronuncia (no insistiremos sobre el valor de la palabra: Shin-Lameth-Mem, que tiene un concepto sacratísimo, del cual ya hemos analizado los símbolos). A un descreído (así considera un musulmán a un cristiano), se contentará con decirle: "Sebac el chair" o "Zaheb Zalamat": ¿Cómo está usted?
El "Khi" (aquel Gran "X", del cual hemos examinado el misterio, bajo el título "Principios sobre la Verdad" en nuestros Propósitos precedentes) es también el signo cristiano del saludo (Selam!), aquel signo de la Cruz que da eternamente a los hombres el No-el, el nuevo sol o nuevo dios, cada año (sal), aquel signo de la luz "hamúlica" o solar de los Guebros, que era para ellos un amuleto tan sagrado como el "Tau" de los Egipcios, signos de los tres "Tot" eternos de Moisés, y que es para ellos un glorioso "T" de saludo (T-selam, Talismán, el Tau-Islam).
El Gran Lazo es este "Lameth", tan simbólico en las asociaciones secretas, emblema de los altos Grados Francmasónicos. Esta palabra "enlazar", se dice "qescher" en hebreo; ese término se designa por las tres letras: Qoph-Shin-Resh; que caracteriza los tres sonidos sacados del "schofar"; Qescher es la llamada nueva a la vida, el "yeshida" anual, si vale la palabra. Qescher es el anagrama de "sheqer" (que significa: mentira), lo que indica la relación de las cosas materiales (ilusiones), tomadas en el sentido del espejismo (la teoría del "maya" de los Yoghis) y de las representaciones en el mundo espiritual y divino.
En las figuras que representan a Moisés, a Isis y a otras divinidades o héroes, vemos a menudo esos caracteres legendarios cuya cabeza está adornada con cuernos; ese cuerno de morueco que se usa todavía entre los hebreos, es el importante símbolo del Schofar. El Schofar se emplea en las Sinagogas para la celebración del Rosch-Hachana (principio del Año). El oficiante saca de él 3 sonidos muy simbólicos en un Rit muy esotérico; ese cuerno de morueco no es un juego del azar, sino que recuerda que el morueco (rosch) es la cabeza, el principio, el jefe del rebaño, la potencia generatriz, cuyos cuernos irradian la fuerza. Ese signo de Morueco (Aries), es también el primero del Zodíaco y marca el equinoccio de la Primavera, el principio del año verdadero (es el primer grado de la pista eclíptica).
Los Egipcios también empleaban ese símbolo para caracterizar al sol; el jefe y los dioses Amonianos arborecían una cabeza de morueco o bien, simplemente un caso en forma de cuernos de morueco.
El cuerno de morueco es un sinónimo de fuerza, puesto que la Biblia misma emplea sin distinción la palabra "cuerno" o "fuerza" con la misma significación en el Salmo XVIII-3: "el cuerno de mi salud" o "el fuerte de mi salud". En fin, el terrible sonido del Schofar caracteriza el "rigor", la "clemencia" y la mezcla de ambos (conjunto del árbol sephirótico); caracteriza también el Soplo divino, el Logos, su vibración, siendo un poco como el Yehida, aquel término hebraico que designa el alma de las cosas. El Yehida es el equivalente del "sutratma" en sánscrito, es el instrumento de liberación tras el cual es accesible la Shekina. En física, sería el hilo de latón por el que pasa la carga eléctrica, cuyo átomo de energía está aprisionado en la opacidad "tinieblosa" del aire atmosférico (mal conductor de electricidad). Esa solución es el instrumento de salvación para la energía eléctrica, que encuentra su vía, su vida, la Verdad (recordemos nuestro análisis sobre la Quinta esencia, el EAther, el Avir, etc.).
El morueco se caracteriza bien en su hieroglífico por la letra "Aleph", la cual se caracteriza ella misma, como un "Yod", un "Vaw", y otro "Yod", dando así el valor de 26, número equivalente al tetragrama divino (I e v e). El morueco (rosh) es bien el emblema del principio y hay una razón profunda para que sea elegido el cuerno (schofar), para anunciar el Rosch Hachana (principio del Año religioso).
Los 3 sonidos sacados del Schofar (simbolizan el nombre divino en su trigrama (Yod-He-Vaw); el segundo "He" es la representación humana de la matriz universal (lo hemos invocado ya en nuestro Propósito No. II).
Ese nombre de Dios (I E V), que se expresa por su triple manifestación, se encuentra en todas las trilogías: Buddha-Dharma-Shanga; Padre - Hijo - Espíritu Santo; Brahma - Vishnú - Shiva, etc...
El "Rosch Hachana", o Jefe del Año, es la celebración que tiene lugar a cada renovación del año religioso entre los Israelitas; es la conmemoración del principio del mundo. La ceremonia reviste un carácter muy simbólico y contiene numerosos hechos esotéricos; es en esta ocasión que el oficiante toca el Schofar para sacar de él los 3 sonidos que son el "the qui á", el "theron á", y el "schebarim", que simbolizan la llamada nueva a la vida de todas las cosas sacadas del "Ain". Esta vibración está considerada, por otra parte, lo mismo en su aspecto audible como en su aspecto visible, pues, como lo dice el Zohar (III-231 a): "El arco iris es también la imagen de 3 sonidos diferentes, del sonido del Schofar, los 3 colores principales que corresponden a los 3 nombres sagrados".
Esta clase de ceremonias se practica desde la antigüedad más remota, y es en una concha también que numerosos jefes de tribus llaman a la iniciación a los miembros de la secta. Es, aún, el mismo "Jobel" que utilizaban los Antiguos, a manera de trompeta, para anunciar el Año Santo y del cual nació la palabra: "Jubileo". Por extensión se comprenderá la vuelta del Manifestado al No-Manifestado, es la resorción de la multiplicidad. El año jubilar simboliza la vuelta de todas las cosas al principio primero. El Jubileo es el tiempo especial que los Antiguos instituían en épocas regulares para administrar la justicia. Jubileo viene pues del hebreo Yobel, cuya forma latina es "Jubilens": su objeto es evitar las desigualdades excesivas de las fortunas e impedir que la tierra llegue a ser la propiedad de algunas familias; gracias al Jubileo, Dios quiere hacer iguales a los ricos y a los pobres. Son borradas las deudas, los esclavos poseen la libertad, las tierras empeñadas son restituidas. Es el año santo, el Jubileo es el restablecimiento de todas las cosas a su estado primitivo. El eco del Yobel era el anuncio de la abolición de los contratos con especulaciones excesivas, el símbolo del restablecimiento del equilibrio. La característica en esoterismo es: después de haber caído en la ilusión (el mundo del espejismo o "maya" de los hindúes), el mundo necesita volver a su estado primitivo de pureza primera; sin embargo, es la vuelta a empezar sin retrogradación, porque la humanidad evoluciona según una curva espiriforme.
La forma espiral es, sin duda, la más importante de todas en nuestro mundo; es en una curva espiral que se vierte el influjo de la energía vital en el Universo materializado. Ciertamente, la forma espiral es la más frecuente en la Naturaleza; se le encuentra en los reinos vegetal, mineral o animal; bien sea la concha marina, el carapacho de los crustáceos o las circunvoluciones cerebrales, la curva espiral existe en la Naturaleza entera y hasta en nuestro cosmos, en el tipo dominante de las nebulosas espirales.
Se comprende, entonces, por qué su concretización en ciertas cosas haya sido empleada por las religiones y estudiada durante largo tiempo por los Colegios Iniciáticos. Se debe recordar que nuestro planeta en sus movimientos diversos (rotación, revolución, dilatación, etc...) no escapa tampoco a esta regla en su proyección en el espacio con un movimiento espiral. La forma helicoidal del interior del cañón en las armas, imprime también en la bala esa trayectoria en espiral; en fin, se debe insistir en la subida del "kundalini" en el sistema Yoga, en el cual, a pesar de su forma abstracta, se dice: seguir un camino según un espiral. Se debe notar que "espira", de donde deriva "espiral" (del griego "speira"), originó la palabra "spiritus"; espiritualidad tiene, pues, la misma etimología que espiral; los repliegues espiriformes de "Kundalini" bien ponen en evidencia, pues, una "forma de espíritu". La tradición Iniciática insiste mucho acerca del tiempo necesario a la evolución espiritual; pues, la evolución en un período de tiempo: "speirama" hace pensar, al mismo tiempo, el término "speiro", que significa "sembrar", engendrar, producir, etc. Esto hace comprender mejor el uso del Yobel y también las alusiones a la sierpe que hizo caer a Adam y a Eva en el ciclo fenomenal; la espiral es, pues, la representación matemática de todas las energías universales. Dios no abandonó a las primeras criaturas que cayeron en la trampa de la sierpe tentadora (el contacto con el mundo fenomenal, con propósito de adquirir el conocimiento): un "lazo" (quescher) les retenía al mundo celeste, y ese lazo es el "spiritus" (de donde viene la palabra espiral) llamado también el "hilo de la Gracia", (Yehida); este vehículo divino (shekina) existe completamente y es con el propósito de hacerlo realizar a los fieles que, en el momento de las ceremonias del Rosch Hachana, el oficiante de la Sinagoga, aún actualmente, sopla (Rit del Logos) en el cuerno de morueco simbólico.
Saint Ives de Alveydre es muy fiel a la Prudencia de la Antigüedad. Este erudito es de los más entusiastas, en lo referente al amor y a la admiración a la Humanidad; su doctrina abraza todo, renueva sin turbar nada, y con un espíritu más liberal, establece una síntesis bastante verdadera para satisfacer a todos, porque cada elemento concurre en la unidad armónica del conjunto. En sus "Misiones" enuncia:
"El hombre individual sube hasta la cumbre de los Cielos, gracias a la facultad que le dan la ciencia y la conciencia de formar aquí abajo su cuerpo de luz astral, para evitar su segunda muerte, conservar su individualidad y volver hasta los orígenes inteligibles del Ser".
El hombre está constituido de un cuerpo físico, de un cuerpo de luz astral, y de un espíritu. Antes de la caída, como lo dice la Biblia, y como lo dijeron también Pitágoras y Platón, Adam no tenía necesidad de un cuerpo físico: el de la luz astral le bastaba para el cumplimiento de su misión, porque ese cuerpo corresponde a la región cósmica donde se elaboran todas las formas, donde se efectúan todas las transformaciones esenciales de las individualidades terrestres; región donde reinan las fuerzas de disociación encargadas de arrastrar el Bien al Mal, el Ser al No Ser, y a todo lo que se rehusa a Ser. A causa de su imprudencia, Adam, cediendo a la inclinación de esas fuerzas, fue vencido por ellas y su cuerpo de luz astral se encontró encadenado a la forma física y, por consecuencia, llegó a estar sujeto como ella a la transformación. Eso es por lo que Dios dice acerca del primer hombre... "Serás el agente de la Muerte misma y no más de la Vida" (Moisés en su versículo 17, Cap. II).
En consecuencia, el hombre caído sufrirá la transformación, es decir, que su cuerpo será disuelto como toda forma terrestre; es la muerte física que conocemos. Y puesto que su cuerpo de luz astral está encadenado a la materia terrestre, él también será disuelto. Esa es la segunda muerte, mucho menos conocida; ocurre poco más o menos, después de la primera y la vemos sólo en condiciones excepcionales, porque se verifica en la comarca propia de su materia especial. El resultado de aquella doble muerte, es que el alma vuelve a la comarca cósmica que le pertenece, sin conservar la memoria de su vida terrestre, excepto la conciencia de la individualidad que había formado allí, por su unión con la materia; la unión del espíritu a la materia no ha sido completa, la misión del hombre fracasó.
Los dos elementos que debía asociar para el amor eterno de las Bodas Divinas, se dividen y vuelven rápidamente cada uno a su estancia. Pero, con la ayuda y por el efecto mismo de la redención providencial (la Gracia), esa doble muerte, esa quiebra del hombre, puede ser rehabilitada, si hace el esfuerzo necesario: por la Ciencia y la Conciencia reconstituirá un cuerpo de luz astral capaz de arrastrarse en la disociación, y aún cuando fuera disuelto su cuerpo, su individualidad será salvada por esa misma razón, y en el mismo estado donde es formado el Hombre Universal; el aguijón de la muerte será vencido.
Es en ese orden de ideas, y con el propósito de prepararse a la Obra Magna, que tienen lugar las operaciones teúrgicas. La Teurgia es el acto, cuando la Voluntad del sacerdote, su ontología, hacen UNO con el Reino Celeste y con su Ley; es el manejo de la Naturaleza y de las fuerzas biológicas con la voluntad del Teurgo. Es posible esa operación para cada individuo. La Psirurgia es el ejercicio de las facultades humanas trascendentales, que permiten recibir la Prudencia Divina, el Conocimiento, la Ciencia o, mejor dicho, la "Sapiencia" (comunicación de la Divinidad a la Humanidad gracias a la Inteligencia). Es aquí donde nace la "Magia", que es la enseñanza luminosa a la cual se sometían los iniciados: esa Gran Lección era dada sólo a sabiendas y sólo se recibía arrodillado, con el corazón puro y un Amor a la Humanidad y a la Divinidad, que alcanzaba hasta el Sacrificio absoluto de su propia vida: Los Colegios de Iniciación, hoy en día, guardan todavía esa tradición de la Antigua Sapiencia.
Todo el sistema está fundado sobre una Realización personal, que viene después de una Enseñanza Tradicional repetida por los Maestros y perpetuada por un método arqueométrico, un léxico universal resumido en 22 significaciones esenciales, que son como una clave de lenguaje, construida naturalmente partiendo de alfabetos sagrados.
Esas lenguas madres tienen un sentido figurativo, positivo y común; comparativo (o simbólico), filosófico (o superlativo) y espiritual (o esotérico). El secreto de esa construcción está en los idiomas primitivos, porque son ideados de tal modo que cada letra es un hieroglifo que corresponde a un "principio" cósmico o psíquico. Esos alfabetos son comparables al teclado del verbo humano, un reflejo del Verbo Divino que se dirige a nuestros diversos sentidos: por la Forma, por el Color, por el Sonido y aún nuestra facultad intelectual más elevada: la de la Abstracción.
El conjunto se resume por el Principio de la Verdad: I-E-V-E, que puede traducirse también por I-N-R-I. Es aún otra vez el axioma hermético: Saber-Querer-Osar-Callar, que es el emblema de la Institución Iniciática cuyo programa se establece por la Ciencia, la Religión, el Arte y la Didáctica, evolucionando a través de las diversas experiencias de la Tesis, la Antitesis, la Síntesis y la Matesis. Aquel Saber, tan comprendido en el sentido de Conocimiento como en el sentido de Prudencia, se simboliza en un cuaternario, cuya lista puede prolongarse en las diversas situaciones, planos, grados, reinos, estados, etc...
Indoles |
Bilioso (Ambicioso) |
Activo |
Flemático |
Pesimista |
Humores |
Cólera |
Sangre |
Pituita |
Melancolía |
Complejos según temperamentos |
Impetuosidad |
Alegría |
Pereza |
Lentitud |
Cuerpo |
Espíritu |
Carne |
Humores |
Huesos |
Elemento humano |
Conciencia |
Espíritu |
Alma |
Cuerpo |
Potencia |
Comprensión |
Razón |
Fantasía |
Sentido |
Grados |
Prudente (Sabios) |
Espiritualista |
Idealista |
Materialista |
Virtudes |
Justicia |
Templanza |
Prudencia |
Fuerza |
Calidades |
Experiencia |
Fe |
Opinión |
Ciencia |
Sentidos |
Vista |
Oído |
Gusto-olfato |
Tacto |
Almas |
Natural |
Vital |
Engendrable |
Animal |
Reinos |
Humano |
Animal |
Vegetal |
Mineral |
Especies |
Andante |
Volador |
Nadador |
Reptante |
Físico |
Aire |
Fuego |
Agua |
Tierra |
Tiempo |
Primavera |
Verano |
Otoño |
Invierno |
A esta lista se pueden añadir los 4 elementos de ritual de Magia: Cetro (para mandar al Genio del Fuego), la Espada (para ordenar a los espíritus del Aire), la Copa (para comunicar con el elemento líquido) y el Pántaclo (como elemento de base que simboliza la tierra); esos emblemas se encuentran en el antiguo (Naipe) Tarot: Bastos, Espadas, Copas y Oros, que engendró nuestros naipes actuales en sus cuatro elementos llamados de los colores: Corazón, Ladrillo, Trébol, Espadas.
La Religión Católica Romana no excluyó estos elementos de magia ceremonial, y en las iglesias siempre arde el Santo Sacramento (principio ígneo) como una vieja herencia de los adoradores del fuego, porque no debemos olvidar que una parte de sus dogmas y rituales fueron copiados del Mazdeísmo, por ejemplo. Por esta razón, además del culto del fuego, como en el Zoroastrismo, el católico cree en la vida eterna, en la venida de un Salvador, en la remisión de los pecados, etc... que son todas teorías provenientes de la Religión, de la Magia y del Parsismo Oriental.
Se notará sobre el altar de las iglesias católicas los 4 elementos, bajo las formas siguientes: Fuego (cirios encendidos), Aire (incienso en fumigación), Agua (vino en el cáliz), Tierra (elemento sólido representado por la Hostia, así como las osamentas de los Santos, colocados en relicarios sobre el altar mayor). Esos elementos están naturalmente en correspondencia con otros principios para las analogías habituales.
Si en el Zodíaco llamado "terrestre", los 4 signos cardinales (Aries, Cáncer, Libra, Capricornio) marcan las Grandes Festividades de los equinoccios y solsticios, en el Zodíaco llamado "estelar", los 4 signos fijos (Tauro, Leo, Escorpio y Acuarius) simbolizan a los 4 evangelistas, que se encuentran a menudo con esos atributos. San Lucas es representado con un toro, porque habla extensivamente de los sacrificios; San Marcos con un león, puesto que anuncia al precursor que predica en el desierto; San Juan con un águila (signo del Águila-Escorpio) a su lado, el anunciador de la sublime elevación; en fin, San Mateo con un ángel (El Aguador) para recordar a Gabriel, que anuncia la llegada de Cristo así como la segunda llegada del Mesías, porque el signo del Acuarius (El Aguador) es verdaderamente el signo del Hijo del Hombre, que las escrituras mencionan en los Evangelios (Mateo XXIV-30). En el Zodíaco, llamado "celeste", los 4 signos restantes (3 por 4 dan los 12 signos del Zodíaco), se aplican a los elementos esenciales de la religión católica: Signo de Piscis (el Cristo), signo de Virgo (María, la Madre), Géminis (San José), y Sagitario (San Juan Bautista). Se deben comparar también esos 4 elementos con las gemas y se pueden comprender fácilmente los símbolos con los 4 atributos de la Misa, que se pueden completar por los emblemas de los querubines en los ángulos del Arca, o los 4 Evangelistas, porque tienen un conjunto de 12 atributos litúrgicos en relación con el cuadro de las 12 piedras preciosas y establecido precedentemente (la patena es negra, soporta el pan u hostia que es el cuerpo del Mesías; el cáliz es verde y contiene el vino, la sangre de Cristo: es el diamante o el carbunclo; el JaSpe se asimila a José (JoSePh), etc...
En fin, en el arte religioso, además del judeo cristiano, se encuentran de nuevo aún esas indicaciones simbólicas; así, las estatuas de los Buddhas, Avatares y otras deidades personificadas, a menudo están adornadas con pedrerías, por una razón más profunda que la de dar un valor material a la obra. Ciertas esculturas de bronce o de madera, frecuentemente engastadas de rubíes, turquesas, esmeraldas, etc... hacen creer a los profanos que se trata de adornos que el artista hubiera colocado para hermosear su obra; se ve que las joyas ocupan sitios muy definidos y esas piedras representan los centros de fuerza del hombre, el sitio de los Chakras.
La cueva de Toueng-Huang, que se acaba de descubrir en China del Norte, está pintada desde hace cerca de 2.000 años y permite poner en evidencia los 1.000 Buddhas que sonreían misteriosamente en las tinieblas, hasta ahora; otras grutas y monumentos se encontrarán a medida que avancen las investigaciones y cada vez más el examen de este arte remoto hará comprender mejor ese conocimiento antiguo acerca de las leyes de correspondencias y de analogía.
Anulando todas las ideas preconcebidas, no sería difícil creer que las gemas tienen un alma, porque, en fin, todo lo que exista debe evolucionar según un cierto Principio Inteligente, o sea: un principio molecular en la reacción mineral, una inteligencia celularia en la sensación vegetal o una conciencia colectiva en el instinto animal. Es muy lógico pensar que el Espíritu humano está unido al plan mental inferior y al Substratum Divino. Es muy verosímil creer que el Espíritu Universal sea algo coherente y que toda la Naturaleza esté unida, así, en comunión total, para participar la vida, cuya esencia es "Una", cualquiera que sea su manifestación exterior. En esto, los Yoghis tienen una actitud muy particular para todas las cosas, que consideran como originadas de un Gran Todo; de lo cual proviene esa consideración que ellos tienen por todo lo que Es, sin inclinarse especialmente hacia una u otra forma de la existencia.
Desde hace siglos en la India y en las comarcas en las cuales penetró la cultura india, se construyeron hospitales para los animales, y cuando llegaban a ser viejos, tenían aún casas de reposo lo mismo que los humanos. Se sabe que la filosofía de no agresión es la base del pensamiento indio, y que la pena de muerte se abolió en el siglo IV. Pero el hecho único en la historia es, sin duda, la promulgación de las leyes del Emperador Asoka. Ese emperador de la India, que vivió en el siglo III antes de la Era Cristiana, dio un ejemplo magnífico y se le venera aún hoy día como un Rey casi legendario. (El símbolo en el centro de la bandera India: verde-blanco-naranja, es precisamente la rueda de Asoka). En fin, promulgó edictos, por los cuales se renunciaba a la guerra y a la caza, y reglamentó su pueblo al régimen vegetariano, y al respeto grandísimo a toda especie viviente.
Cómo nos gustaría ver a nuestros contemporáneos, animados un poco con esas concepciones, evitando la destrucción, tanto desde el punto de vista de los actos como de las palabras o del pensamiento también. La doctrina del Asparsha es un hermoso ejemplo del pensamiento continuamente dirigido hacia la no destrucción de cualquier cosa que sea. El Yogi, aún, evita alcanzar el dominio del "Yo" interno, por miedo de destruir su propio "Si", que es parte de todo el resto viviente. En principio, el Yogi no destruye nada; intenta meramente eliminar el YO personal que le une a la materia.
Una vez dominada la personalidad, ella deja sitio a la verdadera individualidad, para la cual practica el "asparsha", que es el método de "no tocar" porque la destrucción del "Si" puede privar del Atma-Sakshatkara y del Asmita Anaguma.
"Asmita" es el término sánscrito para designar el principio de existencia. La vida es "maya" (ilusión, espejismo) y realizar eso es ya avanzar en el camino iniciático; pero queda por recorrer el camino de la "vida", de la "existencia" (eterna, se comprende), es el punto de adelanto de los grados del esoterismo. Se ve muy difícilmente aún, cómo el ser puede comprender eso sin tener la experiencia del "Samadhi", que le conduce a la identificación de su Yo Interno con el Yo Todo, el Infinito-Magno-y-Siempre. Tomando conciencia de su impersonalidad y realizando concientemente que El existe, el Hombre experimenta verdaderamente el Asmita. Hace entrever, pues, la magnitud del Ser al mismo tiempo que "no es"; es la subida hasta el "No Ser", es la obra de perfeccionamiento sin esperanza de recompensa, es, en resumen, el sistema Yoga en su aplicación total para la vuelta al Absoluto. Realizar, es "Asmita", primeramente en el sentido de "Atma-Sakshatkara", y la experiencia (el anaguma) de esa moción misma, es el "Asmita-Anaguma", porque, en realidad, la existencia es una experiencia que debe ser realizada, si no, no hay existencia sino simplemente "vida", cuando mucho.
"Atma-Sakshatkara" es la revelación del "Sí", pues el Ser vive sin realizarse completamente y se contenta con aspiraciones que sigue más o menos sinceramente, pero, es incapaz de comprender su propia persona y, menos aún, su individualidad.
El principio divino que existe en él, debería caracterizarse mejor a través de las diversas doctrinas que, al contrario y demasiado a menudo, hacen atestiguar su egocentrismo, su vida y su función, únicamente en el plan material, y eso mismo, cuando se trata de la filosofía llamada espiritualista. La vida, aquel espejismo que el hombre cree ser real, es en realidad un obstáculo a su evolución; sin embargo, sin ella, no hay experiencia posible, y eso gracias a las pruebas que debe sufrir y de las cuales deberá sacar lecciones. Sin embargo, la vida (dominio del "maya") ofrece también la posibilidad de hacer evolucionar al ser humano a causa de los principios que deben ser aclarados aún; es entonces, que las primeras visiones acerca de la verdadera misión del hombre (puesto que es una partícula divina) deben realizarse completamente fuera del plan de su personalidad a fin de que se separe la Individualidad (el "Yo" superior). Lo que se revela entonces es el estado del Atma (el Espíritu Santo).
Si se dice que todo es "maya", y que la única experiencia verdadera es el "samadhi", se debe comprender aun que el espejismo es necesario para la experiencia, a condición de que se comprenda que todas esas experiencias son también "maya", y que pertenecen a un todo. "Maya", que significa "espejismo", podría asimilarse pues al "UNO", puesto que la Naturaleza y todas las cosas son las manifestaciones diversas del "Uno-Todo", (la Multiplicidad en la Unidad) y de esa Unidad debemos salir también para reintegrarnos más allá del número mismo, aún cuando fuera el más pequeño! Se debe salir del Uno (del "maya", pues) para alcanzar el Absoluto, el "Ain-Soph" según la Kabbalah, la Nada, el No Ser (el "Samadhi").
Si el origen de la palabra sánscrita se conoce perfectamente entre los hindús, sin embargo, no podemos menos de pensar en ese pueblo de la América Antigua, los Mayas, cuyo nombre mismo, Maya, en aymara, significa: Uno, Único, El mejor y el más brillante del mundo.
El Aymara es el lenguaje sagrado del Imperio Maya.*
Su nombre viene de la denominación que se dio a los Amautas o Sacerdotes: los Aymaras (los que alzan la voz). Es un idioma clave que resume las otras lenguas y resuelve sus enigmas. Sería originario de la Atlántida como el Sánscrito y el Hebreo.
Durante largo tiempo se llamó a la Península de Yucatán: el Mayab (tierra del pequeño número de elegidos), pero el vasto imperio Maya se extendía mucho más allá en la América Central. El Sabio Spinden atribuye más de 150 siglos de existencia a la civilización americana y Le Plongeon escribe en "Los Misterios sagrados entre los Mayas y los Quichés": Doce años de excavaciones en Yucatán prueban la prioridad incontestable de la civilización Maya sobre todas las otras de los diversos continentes. Hace más de 11.500 años que ese pueblo difunde en el mundo el ritual sagrado de sus creencias, la síntesis original de sus conocimientos, el código de sus leyes, la tradición de sus costumbres, su civilización.
El Dr. Girgois, autor de "Lo oculto entre los aborígenes de la América del Sur" presenta una historia detallada de estas grandes civilizaciones, desde Inti-Kapak, el 5to. Monarca pirhua, que reinó en el siglo XV antes de la Era Cristiana.
Pero se pierde de vista, demasiado a menudo, que largo tiempo antes de esas culturas (ya decadentes en nuestra época histórica), reinaba una verdadera edad del Oro, en un período de Teocracia Iniciática, del cual, casi nada nos llegó, y que algunos tenaces investigadores intentan reconstruir a grandes líneas.
El fin de la monarquía Tecpa Neca anunciaba el principio del poder militar Azteca en 1425, y cuando se descubrió América en 1492, Cristóbal Colón sólo encontró indios ya muy alejados de la Prudencia de los Grandes Maestros, los cuales instruyeron a sus antepasados miles de años antes. Cuando Alfonso de Ojeda descubrió el centro de la América en 1499, los Indios de la Costa de Cumarra designaban el continente entero con el nombre de "Amérrikua" que en idioma Maya quiere decir "País ventoso". Es entonces la época del imperio de Huayna Cápac (1496-1515) y Garcilaso de la Vega relata las palabras de ese Rey: "Nuestro Padre el Sol, debe tener otro Señor mucho más superior y poderoso que él y que demanda hacer este giro diario sin pararse, porque si fuese él mismo el supremo maestro, una vez u otra, descansaría a su gusto, sin que hubiera necesidad por eso...". Eso es una lección mayor, y, sobre todo, un hecho muy educativo para los que siempre consideraron a esas razas como simples ignorantes que adoraban el Sol.
El saludo al sol siempre fue un testimonio de respeto para con el símbolo tangible de la materialización de un Principio Superior. Invocar una abstracción siempre pareció difícil al ser humano, que buscó entonces en la Naturaleza una fuerza más visible, a la cual podría ofrecer sus encantamientos; pero no debe creer por eso en una adoración directa para esa cosa que se toma como intermediaria para alcanzar al Substratum Divino. Respetar la vaca en la India (aunque en aquel país de sequedad, es necesario preservar ese animal a causa de sus productos tan bienhechores), tiene ciertamente un carácter tan "sagrado" como el cordero invocado en los Himnos religiosos de la Iglesia Romana (canto litúrgico del "Agnus Dei"). A menudo la devoción no se inclina más a reproducir el Ser que es objeto de la adoración, sino a reproducirle más bien por uno de sus atributos o según un emblema simbólico. Es así como se encontraron en las religiones de Asia: monos, elefantes o también aún animales imaginarios, que representaban a los Boddhisatvas, a los Grandes Rishis, etc... Lo mismo en los sistemas crísticos: los Grandes Instructores se emparentaban con el Sol y fueron después asimilados a los atributos, principios o manifestaciones de aquel luminario real. El Judeo Cristianismo tomó como emblema un triángulo radiante adornado del ojo de Dios en el centro. Los primeros cristianos emplearon el pez como signo de reconocimiento (se encuentran esos peces en las pilas arcaicas de agua bendita) después fue la cruz, primero sin personaje, y después con Jesús crucificado.
En el templo del Cuzco (del cual los grandes arquitectos Incas se llevaron consigo los numerosos misterios de construcción - misterios que quedan incomprendidos aún), había en la muralla occidental una figura humana que emanaba rayos, y que estaba al frente de la gran puerta, de manera de ser arrebatada por los rayos del sol naciente; las esmeraldas y otras piedras preciosas, con el oro, reflejaban una luz mágica. Se encendía el fuego sagrado con un espejo metálico cóncavo, que abrasaba el santo sacramento, gracias a los rayos solares así reflejados. Se encontraron muchos templos que practicaban aquel ritual y hay ciertas iglesias católicas que se orientaron aún en idénticas prácticas. Un ejemplo interesante es Nuestra Señora de París, esa catedral, tan rica en símbolos esotéricos y que tiene el centro de su altar situado exactamente cara al sol, y que podría el 21 de Marzo (equinoccio de primavera) encender con sus rayos el Fuego Sagrado, símbolo eterno de la voluntad de Dios. Existió también esa práctica en Roma, sobre todo con NUMA, el segundo rey, que se inició en los misterios de la Antigüedad; fundó en 715 antes de la era cristiana, un gran Colegio dirigido por los sacerdotes Dionisíacos, a los cuales confirió los 3 grados de iniciación y les concedió el privilegio exclusivo de erigir templos a la Gloria del Arquitecto Sublime del Universo. NUMA Pompilius dejó huellas en la tradición esotérica; dejó su nombre que fue a menudo sinónimo de "fuego sagrado", tanto en el punto de vista del sentido propio (en recuerdo de las ceremonias y del culto hecho) como en el sentido figurado que significa su Fe y su apego en perpetuar la misión que se le confió.
El nombre mismo de NUMA (o NOUMA) hace pensar en el término hebraico de "NOUNA", que significa "PEZ" y que es representado simbólicamente por el iniciado. Nouna caracteriza la letra "Noun" (14va. del alfabeto), es el Santo, el Sabio, el Iniciado, que se hace el conservador de Dios, porque conoce la Verdadera Ciencia Sagrada. A menudo ese Saber se relaciona al vino, pero para obrar así se debe ver en él un símbolo, porque, como el "pez" representa el conocimiento (Prudencia). El simbolismo del vino siempre desempeñó un papel importante, desde la antigua "Soma", hasta el vino de la ceremonia cristiana, que representa la transubstanciación.
Desde la América Antigua (Mayas, Incas) hasta el Oriente (India, Mongolia), el vino es la sustancia emblema del misterio. Pues, precisamente el término "Sod" (misterio) y el término "Yain" (vino) tienen el mismo valor numérico (70). Así, cuando la Biblia relata: "Noé bebió del vino, y se embriagó" (Génesis IX-21), se comprende fácilmente que realizó completamente la Santa Escritura (Torah), pues, como lo explica muy claramente el Zohar: "La Torah (santo conocimiento) se puede comparar al vino". La expresión "apretó las uvas" es una metáfora que expresa la idea de un examen profundizado de la esencia divina.
Así, los símbolos desempeñan un papel durante toda la historia de la Ciencia y de la Religión, y en todos los modos de expresión de los humanos.
Evidentemente, es fácil permitirse acrobacias lexicológicas, pero en fin, los términos de una lengua no fueron instituidos al azar, y si nos molestamos en estudiar las palabras, encontraremos de nuevo una misma idea, representativa de una letra en diversos idiomas. Así, acabamos de analizar la palabra hebrea "Nouna", la cual, si designa el pez en el lenguaje común, significa un Iniciado en la lengua filosófica; habíamos llegado a ese término por el nombre de Nouma, otro iniciado, sobre todo a causa de una similitud de la palabra misma, donde la letra "N" (el NOUN del alfabeto hebreo) entraba en valor. Sigamos, a través del enunciado de algunos términos, al "nadi" (el nervio, en sánscrito), ese canal sensitivo y no perdamos pues, el hilo de la vida (casi seríamos tentados a decir: el hilo de la Gracia). En fin, para comprender mejor, por ejemplo, el valor de esa letra "N", será necesario aun hacer un esfuerzo de imaginación, para extraer la quinta esencia de su significación esotérica, que une en diferentes lenguas un principio idéntico, aún en diversos planos.
Es NEWTON quien enuncia: "Todo pasa como si la materia atrajese a la materia en razón directa de la masa y en razón inversa del cuadrado de las distancias".
Los rayos "N", son el producto de una fuerza que existe en la Naturaleza entera, pero que se desarrolla particularmente en el ser humano, durante la actividad de los nervios y de los músculos. (No es útil insistir de nuevo acerca de la palabra "Nadi", que significa "río" en hindú, "nervio" en sánscrito, y que se aplica, por extensión, en Yoga a los grandes canales purificadores: Ida-Pingala-Shushumma).
Recordad que el NITRO es aquel elemento constitutivo de la mayor parte de los cuerpos naturales. Combinado con el principio alcalino, produce el "Natrón" o "Natrum" de los Antiguos, que es disolvente universal.
NOUS es la parte puramente racional, es la esfera de la inteligencia, y que Platón confirma que es una de las 3 partes de la personalidad psíquica humana (con el thumos y el epithumia, el "nous" forma el Psico).
NARA, es el "soplo divino" en sánscrito. Según los Vedas, es el espíritu de Dios que flotaba sobre las aguas del abismo, y de las escrituras de la India Antigua afirmaban, pues, ese símbolo del Absoluto sobre el cual se exteriorizaba el Primer Principio, y esto, largo tiempo antes del Génesis hebraico. Comprendemos entonces, lo que los griegos llamaron el NOUMENO, que es la realidad suprafenomenal; el "noúmeno" es el opuesto del fenómeno (es lo que el Absoluto es, con relación al Relativo), es lo Esencial, la Cosa en Sí, el mundo Noumenal, es lo único que existe realmente.
NIHIL VOCATUR, es el vocablo latino para designar la "Nada", en el sentido de lo Absoluto; así, por ejemplo, Scot Erígeno dice: "Deus propter excellentum suam non inmeritto nihil vocatur". Ese extraño erudito, de la Edad Media, define así a Dios, en el mismo sentido que en el plano del Ain Soph de la Santa Qabbalah, pero ese "nihil vocatur" puede compararse también al "Magnum Inane" de Virgilio, o también al Adi-Shakti de los Indúes. Quizás es ese principio que los Tibetanos intentan invocar con su NOR-BU, ese encanto protector que se encuentra un poco en todos los Lamas.
Aquí están, pues, esas transposiciones, de las cuales hablamos hace un momento; se notará que no es tan difícil ver un cierto lazo entre esos términos. Mejor aún, aunque tengan significaciones muy diferentes, se verifica a veces que, después de errores de pronunciación, los términos son asimilados el uno al otro; por ejemplo, la palabra "pan", en arameo, se dice "lehem" y habría sido comprendida (por los judíos convertidos) como "carne", que se dice "lehom", pero que se pronuncia de una manera casi semejante a "lehem". De aquí esa transformación del pan, en carne del Cristo (con el misterio de la hostia) en la Eucaristía. Pero volvamos a nuestra idea acerca de los valores atribuidos a la letra "N" (Na, Ne, Ni, No, Nu, etc...); es fácil así seguir la extensión de un punto de vista: individual, colectivo, y en fin, universal, y la sucesión de las palabras se hace tan fácilmente; consideremos por ejemplo, en tibetano: -NGA que significa "yo" (idea personal); -NEMO, que califica a la dueña de la casa (la pequeña comunidad se forma), y en fin -NHON, que quiere decir Humanidad.
Esa idea de una relación que une los diversos planos del mundo, hace pensar en el "NEPHESCH", aquel organismo físico-psíquico que está unido al mundo assyahtico (ver descripción de esos 4 mundos y el mecanismo, en los "Propósitos Psicológicos" No. II). Nephesh es, según los hebreos: el alma animal; es el resultado del principio instintivo que el hombre logra del mundo en acción.
En el plano físico, NEPHESCH está asimilado a la sangre; de aquí este orden muchas veces repetido en la Biblia de no comer la carne animal, porque sería comer el "Alma" ("que te esfuerces a no comer sangre: porque es el alma" dice el Deuteronomio XII-23). La sangre es, pues, el "nephesch" materializado y la acción es doble (física y psíquica) y así se prueba exacto el axioma, tantas veces repetido, que nuestros actos en el mundo material tienen una repercusión en el mundo psíquico, lo que Leibinitz define por: "El alma expresa el cuerpo y el cuerpo expresa el alma".
Es a causa del "nephesch" humano, alterado por el "nephesch" animal, absorbiendo carne, (cocida o cruda) que el hombre pierde su característica humana y, en cierto modo, se animaliza y no puede pretender ya pertenecer al "Pueblo" Humano (a "SU" pueblo). Así explica la Biblia (Levítico VII-27): "Cualquier persona que comiere alguna sangre" (el alma, pues) "la tal persona será cortada de sus pueblos". Y a fin de insistir sobre el orden, el capítulo XVII del Levítico (versículos 10 y 11) explica que no se aplica únicamente esa regla a los hombres de la casa de Israel, sino a todos.
En realidad, Nephesch es la parte metafísica superior del animal y la porción metafísica del ser humano; así, pueden reunirse, aún, en reinos diferentes y tener una influencia recíproca. Esa unión entre el físico y el psíquico será efectuada por "rouah" entre el psíquico y el intelecto, y por "neschamah" entre el intelecto y el Espíritu (que es caracterizado por "Hayah"). En fin, "Nephesch" es el alma viviente y todas las almas forman una Unidad (gracias a la Shekina), pero es en el mundo inferior que parecen partirse.
Sólo los Iniciados, los Maestros, los Yogis realizan verdaderamente ese Uno-Todo.
"Noé", ese gran patriarca de Israel, conocía las leyes de la formación y por su ciencia se puso en relación con la Prudencia Suprema y así llegó a ser el colaborador de Dios, haciéndose el conservador de las formas de la Naturaleza, durante el período del "Tohu va Bohu".
Noé (Nun-heth) es esencialmente compuesto de un "Noun", del cual vimos la relación con "nouma", el pez en el símbolo iniciático. En su carácter original "Noah", quiere decir "descanso" (o sueño de la naturaleza) y es la potencia morfogénica incluida en todo organismo. Durante el diluvio Noé conserva los arquetipos de los seres futuros; es el símbolo del estado virtual, la función generatriz de toda vida animal en sus manifestaciones.
Ese nombre de hombre (aunque sea un epónimo), que significa sueño, nos lleva a la palabra sánscrita "Nidra", una de las 5 grandes clases de reglamentación, en la actividad mental.
"Nidra" es el sueño considerado como experiencia del inconsciente. Primeramente, el Gurú enseña a su discípulo que el hombre pierde gran parte de su vida en la inactividad, empezando por el tiempo enorme que consagra a dormir y aún ese sueño no es a menudo reparador de las energías prodigadas en la actividad diaria. En realidad, no descansa más de 11 minutos y el resto del sueño no es nada más que un vago desvarío y reacción nerviosa. Durante una noche se cuenta, por término medio, que un durmiente se vuelva y revuelva otra vez en su lecho, hasta el punto de hacer hasta 1.500 movimientos. Así, 4 horas de descanso por noche serían ampliamente suficientes para reparar el cansancio del organismo en tiempo normal.
La Yoga enseña que no se debe dormir ni mucho ni poco, así como las reglas de comer y otras necesidades del individuo, que el sistema deja al sentido común de cada uno. Pero el Yogi, sin embargo, aprende pronto a controlarse a su descanso como en las otras cosas, porque rebusca el resultado máximo y no quiere desperdiciar en vano. La teoría que dice que durante el sueño, el espíritu aprovecha de la experiencia del astral, de cualquier manera aún no ha beneficiado a ninguno y nadie ha podido relatar un hecho tangible y nuevo de otro mundo. Por otra parte, puesto que la evolución del ser no puede hacerse sino "conscientemente" y debe obligatoriamente ser obtenida por la conciencia, el hombre debe evitar todo lo que pertenece al dominio del inconsciente, y consecuentemente, nunca consigue una ventaja del sueño y del ensueño para la evolución espiritual. Aun los estados mediummínicos nunca ofrecieron un verdadero beneficio espiritual, y, por esta razón, no se debe tener como recurso, aún para la aparente meditación de los occidentales, sino un método de maestría de larga duración que permita elevarse a los grados supremos de la Yoga.
En realidad, la rebusca de una MEDICINA UNIVERSAL, debe dirigirse, menos hacia los productos que existen para curar el organismo desequilibrado, que a analizar los principios superiores con los cuales podríamos lograr, "naturalmente" y por vía directa, una medicina real, completa, eficaz y valedera en todos los planos y en todos los casos.
Ciertamente, hay reglas de higiene que son siempre válidas, aunque se debería insistir acerca de la higiene mental, a saber, un espíritu puro, sin celos, codicia o idea de perjudicar a su prójimo. Se debería volver a un método más sano de vida, aprender a beber, comer, descansar, trabajar y divertirse con justas medidas, y sobre todo, aprender de nuevo a respirar, porque, si podemos quedarnos semanas sin comer, y aproximadamente treinta horas sin beber, es muy difícil quedarse algunos minutos sin aire; es, pues, muy importante conseguir el máximo de esta función, que desempeña un papel importantísimo en el organismo.
Se debería, en fin, leer de nuevo, con más interés, las obras antiguas que enseñan que el hombre podría aprovechar mucho más las cosas que están a su disposición en la naturaleza.
Los 2.000 remedios dictados en 52 volúmenes por Pun-Tsaon-Kang-Mu, las obras de Plinio como por ejemplo "Historia Natural", o aún la "Historia de las Plantas" de Thophrastus de Eresius y los 10 volúmenes derivados de Aristóteles, son otras tantas informaciones preciosas que se desdeñan a menudo. ¿Debemos citar también las "Afinidades de los minerales y de los planetas" de Agripa, y de la "Clavícula" de Raymund Lulle, que escribe acerca de "De conservatione Vitae", y, en fin, las obras de Paracelso con "Philosophia Sagase" (y su Herbarium), y tantas otras?
Sin embargo, a pesar de todo ese conocimiento técnico, queda un elemento indispensable en los remedios: el alma de las cosas, y, excluyendo esos remedios: un Principio. Ese "principio" no es un producto que pertenece a un reino cualquiera, sino una sustancia invisible que existe por todas partes y siempre, y que fue el objeto de todas las búsquedas. Aparece bajo nombres diferentes en cada investigación acerca del Ser como siendo una Fuerza Vital, la Energía Propia del Hombre, la Trascendencia, el Poder del Espíritu; es aquella Grande "X" que une lo humano a lo Divino, y cuando se realiza esa unión, es la iluminación del ser que llega a ser el Dios-Hombre, y su Vibración permite alcanzar la Conciencia Universal hasta su Reintegración en el Absoluto.
Fue simbolizado ese principio en todas las culturas y es el emblema de todas las filosofías herméticas; es más visible en el sistema Yoga, porque todo el método mismo de la Realización está construido alrededor de esa simbólica serpiente sagrada: Kundalini.
"Kundalini" es esa Diosa (que representa el canal más sutil del Ser) enrollada en forma de espira (recordad la comparación, que hicimos antes, entre la espiral y el espíritu).
Esa energía vital estaría situada simbólicamente en la base de la columna vertebral; es allí donde se hubiera adormecido Kundalini y que, una vez puesto en movimiento (él se despliega sobre 3 espirales y medio), vendría a iluminar los Chakras, a medida de su paso, hasta poner en acción el Loto con los mil pétalos (emanación de la glándula pineal) y tomar, por fin, el Brahma-Loka (camino de donde venimos y a donde volvemos, es decir, la Vía de Dios).
Es, gracias a su "Shakti" (energía dominada), que el Yoghi puede así poner el Kundalini en marcha, lo que se hace, por otra parte, a continuación de numerosas disciplinas para controlar el "Prana" (principio sutil de todas las cosas, Aire elementario, quinta esencia).
Ese super Prana, que eleva el Kundalini de los Yoghis, es conocido entre los cristianos bajo el nombre de "Fohat", aquel fuego astral que puede vitalizar el cuerpo físico, como fue el caso del Cristo Jehsú en su ascensión: el Maestre reunió su "aura" y su "atma" y fue "llevado arriba al cielo". Es evidente que se debe comprenderlo en el plano de la abstracción; es, sobre todo, un grado de consciencia, así como el Elías-Artista de los Rosacruces, o el Emeth de los hebreos.
El "Bastón de Esculapio" es el emblema de aquella fuerza benéfica que reina, es el símbolo de "Kundalini", que sube a través del canal central. Llegó a ser el signo de los doctores en medicina, quienes, antiguamente, eran Magos y cuyo sacerdocio era luchar contra las fuerzas del mal en los diversos dominios (tanto en el dominio psíquico como en el físico).
Asklepios, del cual los latinos hicieron Esculapio, era según la mitología de los griegos, el hijo de Hermes, cuyo "caduceo" es el atributo, y esa vara simbólica de los antiguos, servía de emblema a los investigadores de la verdad.
Es en el mismo sentido, que Moisés tiene una vara en la mano, según el relato bíblico en el capítulo IV del Éxodo (versículos 3 y 4); se trata de la serpiente sagrada que se menciona en todas las tradiciones antiguas y que se encuentra de nuevo en los emblemas egipcios (sobre la cabeza de los iniciados), en el casco de Vishnú en la India, en las decoraciones de los Mayas, etc... (repórtense a mi libro "Los Centros Iniciáticos", en lo que se refiere al mecanismo de la transformación simbólica de la vara de Moisés en sierpe).
El "Bastón Brahmánico", con sus nudos, representa también el Kundalini en erección, a través de los centros nervo-fluídicos (los Chakras) así como el "Bastón Compañérico", aquel bastón nudoso que los miembros de las sociedades de constructores llevan siempre como emblema del compañerismo francmasónico.
La "Sara", es aquel bastón con clavos de oro, que poseen los gitanos, y que tiene siempre su razón inicática, al mismo título que el "Báculo" de los Prelados de la Iglesia Católica, que se adornan de este atributo, en señal de su poder, que se materializa por el grado místico que alcanzaron.
El "Bordón" es el bastón de los peregrinos de Santiago, aquel sitio de peregrinaje importante, donde los devotos venían desde los lugares más remotos de Europa y se les reconocía, gracias a ese bastón simbólico, así como la concha (equivalente a la Lanza y al Vaso de los caballeros del Santo Graal). La peregrinación de Santiago de Compostela, en España, inició la construcción de numerosos caminos, que vienen aún de los países escandinavos. El Bordón, no sólo representa "geográficamente" la peregrinación, sino también el camino espiritual, que se había recorrido, la subida en sí mismo de la fuerza mística. Es algo como las 7 ciudades sagradas de la India, las cuales se deben recorrer al mismo tiempo que se debe desarrollar la iluminación de los 7 chakras, los centros de poder físico-psíquico, que como ya lo vimos, están igualmente representados por los 7 manantiales sagrados alrededor del monte Kailas que se alza como la Cumbre y en el cual se hubiera erigido el Kundalini del mundo.
Lao Tsé, Confucio, Gautama, Moisés, Jehsú, Sócrates, Apolonius de Tiana, Paracelso y todos los Verdaderos Iniciados, los que alcanzaron la Verdadera Ciencia, captaron sus conocimientos en el curso de sus constantes peregrinaciones, pero estas peregrinaciones deben acompañarse de un trayecto interno, porque es en nosotros que se encuentra esa Medicina Universal.
Conocer el mundo, es aprender todas las cosas que se refieren a la naturaleza tanto como a los hombres, y es así que se descubre uno a él mismo, y, al encontrar su verdadero "SI", se "Realiza" Dios, puesto que somos hechos a su imagen.
Agosto, 1956
* * *
* Nota del coordinador de la Literatura de la GFU.- Las aseveraciones científicas del S. Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière en este caso con el estudio de lejanas civilizaciones de oro en la pre-antigüedad han venido a ser apoyadas más tarde por investigadores en la materia. El filólogo y catedrático de lengua y literatura maya en La Universidad Nacional Autónoma de México y miembro de la Sociedad Mexicana de Antropología, D. Martínez Paredes, expone en “Un continente y una cultura”, México 1961, la unidad filológica de la América pre-hispana y dice: “Podemos observar un fenómeno semejante en los lenguajes desprendidos en diversos momentos del proto-maya y reconstruir el proceso histórico de esas lenguas”. El investigador suizo-francés Rafael Girard con sus viajes a la América del Sur, en su obra “Los chortis ante el problema maya”, Edit. Cultura, sostiene la unidad del las culturas americanas. D’ Orbigny sostiene que “los vocabularios tienen en América mayor valor que en las otras partes del mundo, debido a que las lenguas americanas comparten un mecanismo análogo”. Walter Krirkberg en “Las antiguas culturas mexicanas”, Fondo de Cultura Económica, México 1961, describe las formas de contacto marítimo entre los antiguos peruanos y mesoamérica y su intercambio desde las famosas conchas rojas Spondylus Pirnceps llegadas al Perú transportados desde la costa del Pacífico en México y América Central hasta los trabajos de orfebrería que se desprende llegaban a los pre-peruanos por los hallazgos en la antigua ciudad maya de Copán, en el cenote sagrado de Chihén Itzá (Chi-locativo, en; Chén = pozo fondo; Itzá = nombre del gran linaje de iniciados que fundaron la civilización maya. Sabio, santo, justo, según Jorge Luís Arreola) y en los estados de Oaxaca, Michoacán y otros lugares. El etnólogo inglés Joyce remontó la decoración geométrica de las paredes de Mitla a influencias peruanas, ya que presentan un notable parecido con los relieves en estuco de Chán – Chán, de la última época de la cultura Mochica Chimú, Paul Rivet, George de Crequi-Monfort, Pablo Patrón Espejo, Onffroy de Thorán, Raymondi, Carlos Prince, Julio C. Tello, Riva Agüero, Farfán, y otros han expuestos sus investigaciones alrededor de la importancia del idioma aymara y algunos de ellos han señalado algunas formas de pre-aymara en la lengua kauki o ácaro (aco = hombre, aru = idioma, idioma del hombre). Villar Córdoba toma en cuenta las posibilidades ancestrales del aymara en el idioma Arawac (aru = idioma, uac = surgimiento, erección, lengua del surgimiento, de la erección).
También es interesante que la palabra Yuk en maya, es Yok en quechua, significando unión, como Yug, Yoga, en sánscrito.
El filólogo León Douey en “Memoire sur les affinités du maya avec certaines langues de Amerique meriodional” presenta un cuadro del cual sólo tradujimos algunas partes, respetando la transcripción de ortografía fonética comparativa que usó Douey:
MAYA |
AYMARA |
QUECHUA |
Kak (fuego) |
Kakhchatha (tronar, hacer el ruido de un rayo) |
Kkakini (tronar, hacer el ruido de un rayo) Kkaklla (cacerola) |
Chhac (cortar con un filo o de golpe) |
Cchaccutha (martillar) |
Chaklla (viga de un techo) Chaku (roturar, desmontar) |
Cham (moler, triturar) Cam (mandíbula, quijada) |
Cchamuta (masticar, tascar) |
Camucu (triturar) |
Chalal (depositar sedimentos) |
Ccharaua (lodazal, pantano) |
Chara (barro, cieno, fango) |
Chul (mojar, bañar, regar) Chulub (lluvia) |
Cchua (claro, limpio) |
Chuy (lluvia) |
Zul (remojar) Zulaa (mojar, humedecer) |
Sulla (hierba mojada) |
Sulla (rocío) |
Uin (acrecida, completada) |
Ivun (crecer) |
Ulina (crecer, aumentar) |
Nakal (terminar enteramente extinguir) |
Naccatha (soflamar, consumir por el fuego) |
Nakkari (consumir por el fuego) |
Key (querella, lucha de estados) |
Kechuni (vencer, conquistar) (Probablemente ha formado la palabra: kechua) |
Quechuya (canto de torneo de caza) |
Peo (parte, porción) |
Pisi (poco) |
Pisi (pequeño, menudo) |
Tec (edificar, hilvanar) |
Tica (ladrillo) |
Tica (ladrillo) |
Ma (mano) |
Makhana (masa) |
Makana (masa) |
Yal (descendiente, tradición) |
Ayllu (tribu, linaje, raza) |
Ayllu (familia) |
Uok (escritura sagrada) |
Wilca (sol, templo, medicina) |
Uillka (sacerdote) |
Ohel (saber, ser sabio) |
Ullatha (leer) Ullattatha (saber) |
Uillani (relatar, contar) |
Hich (deshojar las ramas) |
Hichu (tipo de junco) |
Ichu (paja, junco, anillo) |
Chhab (cavar, excavar) |
Chapacta (preparar un espacio para sembrar o edificar.) |
Chapuri (amasar, dar figura o forma) |
Met, mit (rueda, dos cosas que hacen círculo) |
Mita (tiempo) Mitta (vez) |
Mitta (tiempo) Mita (vez) |
Chhihil (crecer, fortificarse) |
Chillquita (germinar, brotar) |
Chichini (brotar, germinar) |
Chen (solo, solitario) |
Cchinti (silencio de la noche) |
Chiniy (silencio, solitud) |
Chheneb (espiar, acechar) |
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|
Yab (mucho, muy) |
Yapa (aumento) |
Yapa (demasía, reserva) |
Y remontándonos a la tradición transcribiendo las declaraciones escritas en 1538 de los quince ancianos centuagenarios que declararon acerca de los monumentos de Aymaru-Ppuru, la ciudad vidriada de años eternos, y la fundación aymara de lugares”, el filólogo J. Vizcarra en “Documentos isografiados del Aymáru-Aymára, protógonos de los Pre-americanos”, pág. 180 y 181, Siglo XX, La Paz, proporciona una enumeración de topónimos aymaras en las Américas:
Alakska, de: alahska, diré arriba; de alaka, arriba y ska, 3a. persona del futuro simple del verbo saña, decir. Diré en el cielo.
Yukon, de: yukjunu, nieve amarilla; de yu, amarillo, y kjunu, nieve.
Canadá, de: kjhanatá, ha de alumbrar; de kjhanaña, alumbrar, en 3a. persona del futuro compuesto de indicativo.
Ottawa, de: utawa, es casa; de uta, casa, y el sufijo wa, es.
Michigan, de: mitchi hani, sin flecha; de mitchi, flecha, y hani, no o sin.
Apalaches, de: apal’hachi, llevador llora; de apala, llevador, y de hachi, 3ª. persona del presente del indicativo del verbo hachaña, llorar.
Oklahoma, de: ohlauma, agua bulliciosa; de ohla, bulliciosa, y uma, agua.
Potomac, de: phutu umaki, solamente agua de huecos; de, phutu, hueco, uma, agua, ki, sufijo equivalente a solamente.
Panamá, de: pa nama, dos direcciones; de pa, dos, y nama, dirección.
Caracas, de: Kjharahakka, próximo amanecer; de kjhara, amanecer, y hakka, próximo.
Cúcuta, de: kukuta, casa del duende; de kuku, duende, y uta, casa.
Así sucesivamente Missuri de Mysturi, Misisipi de Misizipita, Paraguay de Pharawayuk; Uruguay de Uruwayu, etc.
El aymara ha sido también conocido como jayamaru, lengua del lejano tiempo.
Gurú Dr. David Ferriz Olivares
1 Nota del Coordinador de la Literatura de la GFU: Se ha respetado este título de la edición original del S. Maestre en Nice, pues además de su acepción de la escudriñar, significa el fruto que queda en los campos después de alzada la cosecha y particularmante la vid. También por su acepción de búsqueda.