Serge Raynaud de la Ferrière

Los

Propósitos

Psicológicos

Tomo VIII



El Arte de Curar

Acupuntura







PREFACIO



En virtud de una de esas contradicciones habituales del espíritu humano, los pueblos calificados como primitivos o “salvajes” son a la vez encomiados, con frecuencia, por sus maravillosos conocimientos científicos. Se les atribuye la posesión de fórmulas secretas, cuya eficacia superaría a la de los productos utilizados por nuestros químicos o nuestros médicos. Las personas que, sin dejar de menospreciar a los pueblos indígenas, hablan con admiración de su saber casi sobrenatural, demuestran una credulidad y un candor excesivos, pero están más cerca de la verdad que aquellas que niegan a los pueblos indígenas toda ciencia digna de ser conocida.

Si bien es cierto que los indígenas de la América del Sur no poseen drogas milagrosas, no se les puede rehusar el mérito de haber descubierto las virtudes de la corteza de cascarilla o quina, de las hojas de coca y de las lianas y savias vegetales de las que se extrae el curare. La conquista de los trópicos no hubiera podido ser realizada sin la quinina y todo el mundo conoce el papel desempeñado por la cocaína en la cirugía moderna. En cuanto al curare, ese veneno extraordinario que actúa sobre el sistema nervioso, su aplicación es cada vez más decisiva en neurología. Estos tres descubrimientos son únicamente un ejemplo para determinar la magnitud de nuestra deuda a los pueblos llamados primitivos.

La lista de las conquistas científicas de esos pueblos podría llenar muchas páginas, si consideramos otras esferas del conocimiento y otras regiones geográficas; pero no es ése nuestro propósito. No hay que olvidar, sin embargo, que fueron los “salvajes” de la región del Amazonas quienes revelaron al mundo las maravillosas propiedades del caucho y que fueron los primeros en servirse de la savia de esta planta. Durante mucho tiempo los blancos continuaron empleando los métodos de los indígenas para transformar la savia del Hevea en caucho. Que no se diga que estos descubrimientos fueron fortuitos y que ningún espíritu científico se manifiesta en ellos. Para extraer el curare -por ejemplo- de la planta “Strychnos toxifera”, ha habido necesidad de muchos y largos experimentos, y sobre todo, de las cualidades propias de los sabios: sentido de observación, paciencia y gusto de la experimentación científica.

Los biólogos no siempre han sabido reconocer la contribución de los pueblos “primitivos” que les han trasmitido observaciones precisas y valiosas. Es natural que un hombre que vive de la caza o de la pesca, conozca profundamente las costumbres y hábitos de los animales de que se alimenta. Pero si en esta esfera, los “primitivos” son, en ocasiones, auxiliares preciosos para el sabio, no es menos cierto que, en lo que se refiere al desarrollo de los seres vivos, poseen nociones más fantásticas que reales, análogas a las que encontramos entre los naturalistas de la antigüedad y aún entre algunos hombres del Renacimiento. La credulidad y candidez de los pueblos “primitivos” no son peores que las de Plinio, el Viejo.







Alfred METRAUX


(De “El Correo de la UNESCO”, Editorial:

Julio-Agosto 1956).










INTRODUCCIÓN



Y quedo aquí con todo mi Saber: un loco que no sabe más que antes”.


(Goethe en “Fausto”).


No sabremos nunca animar suficientemente a los investigadores, e inclusive a los simples curiosos, a la lectura de “El Correo de la UNESCO”. En su número del mes de agosto de 1957, por ejemplo, dicho boletín contiene artículos del más grande interés para la cultura general de los hombres y especialmente para aquellos que ocultan su ignorancia recurriendo a la palabra “superstición” y a un levantamiento de hombros cuando se trata de cuestiones que exceden su intelecto mediocre.

Así el profesor Erwin H. Ackerknecht (quien dicta la cátedra de Historia de la Medicina en la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos), escribe particularmente: “El hombre occidental se inclina a desdeñar las actividades del curandero primitivo, considerándolas como meros trucos de ilusionista. Esta concepción es equivocada. Se trata en realidad de actos rituales mágico-religiosos...” Y continúa: “Es indudable que una gran parte de los indiscutibles éxitos del curandero primitivo, como los de los médicos modernos, se deben a una psicoterapia inconsciente, pero eficaz”.

El autor de este artículo (La medicina primitiva, Trucos de “ilusionistas”?) prosigue: “Es evidente que las farmacopeas primitivas como incluso las nuestras, contienen algunas substancias totalmente ineficaces; pero también contienen una sorprendente proporción de drogas de alta eficacia, a pesar de las nociones mágicas a que obedece su empleo. Impresionados por el conocimiento de las substancias medicamentosas del que los pobladores de América daban pruebas, los conquistadores españoles del siglo XVI emprendieron trabajos de investigación en estas materias. La ciencia moderna, por lo menos durante un siglo, dejó de interesarse por las prácticas de los “supersticiosos paganos”. Pero, más recientemente, la industria farmacéutica se ha interesado de nuevo en las posibilidades de esos estudios e invirtió considerables sumas en trabajos de investigación sobre las drogas primitivas”.

El Prof. E. H. Ackerknecht (es un especialista de la sicopatología de los pueblos llamados primitivos) señala también que los pueblos primitivos han descubierto técnicas de gran originalidad, como por ejemplo: la sutura de heridas con mandíbulas de hormigas gigantes decapitadas (somalíes e indios brasileños). Los Masais del África Oriental amputan los miembros en los casos desesperados de fractura y saben extirpar la córnea de un ojo dañado. En la misma región se han registrado casos de drenaje del empiema pleural por cateterización del tórax, de extirpación de los ganglios cervicales en la tripanosomiasis, de extirpación de pólipos uterinos y de sutura del intestino. Ciertos isleños de Polinesia (en las Ellice) se sirven de los dientes de tiburón para extirpar tumores y para tratar la elefantiasis del escroto, las glándulas tuberculosas y las viejas úlceras. El aspecto más desconcertante de la cirugía primitiva es la feliz ejecución de las operaciones que hasta fines del pasado siglo infundían verdadero pavor a los cirujanos occidentales: la cesárea y la trepanación. Se señalan casos de la primera en África Oriental y de la segunda en diversas regiones africanas, así como en la mayor parte de Oceanía y en las Américas, especialmente en el Perú. Ciertas tribus de esquimales y de Bantüs han inventado incubadoras individuales para niños prematuros, técnicas que los países occidentales no adoptaron hasta la segunda mitad del siglo XIX.

En fin, como lo hemos ya visto precedentemente en diversas ocasiones, se tiene hoy en día como cierto, que pueblos muy antiguos habían adquirido un grado de conocimiento que no podemos valuar. ¿No han sido encontrados acaso en China instrumentos quirúrgicos en vestigios que se remontan a la más lejana antigüedad? ¿Y quién podrá jamás elucidar los misterios que encubren todavía la cultura de los viejos pueblos de América? (consultar mis artículos sobre “Los continentes perdidos” y mi libreto “La Atlántida”).

En realidad, regresamos siempre a una conclusión, quizás demasiado rápida, pero que no deja de ser por ello una teoría que explicará muchas cosas, a saber: que nuestro planeta ha sufrido grandes catástrofes y que todos los vestigios de civilizaciones precedentes fueron destruidos.



* * *

Immanuel Velikovsky, autor de “Mundos en colisión”, ciertamente es un lúcido sabio que busca sus datos, tanto en las deducciones científicas como en la certidumbre basada en los escritos más respetables de la historia.

Algunos siglos antes de nuestra era, Herodoto hizo un viaje al Egipto del cual trajo sus conversaciones con los Sacerdotes-Iniciados. Estos afirmaron que “durante 341 generaciones que se habían sucedido después del primer Rey, 4 veces el Sol se había levantado contrariamente a sus hábitos”.

Podríamos comprender simbólicamente ese “contrariamente a sus hábitos” y proponer la explicación del paso del Sol de una constelación a otra, en su movimiento aparente de retrogradación, en el mecanismo bien conocido de la precesión equinoccial. Supongamos ahora la ubicación del Sol al final de la constelación de Leo: en la época del Primer Rey de Egipto. La situación del astro real (Ra-Dios-Solar de los egipcios) en el signo del “León” es muy significativa, ya que por un lado, en astrología tradicional, se reconoce que el domicilio fijo del Sol es el signo del León y, por otro lado, en simbología astral, ese signo se considera gobernando el corazón! Justamente, los egipcios denominaban su comarca con la palabra “Chemia” y la comparaban a un corazón. En fin, desde el final de la constelación de Leo hasta la constelación de Aries el Sol habría pasado CUATRO constelaciones (“contrariamente a sus hábitos de levantarse” en el León por ser regente de esa constelación) para llegar al signo del Carnero. ¿No habría pasado, pues, por la cúspide de la constelación de Aries (el carnero), después de ese recorrido cuya duración excede de 10.800 años y, Herodoto a su vez estima en esa época que ese periodo se extendió aproximadamente 11.000 años? Por otra parte, el Sol no podía encontrarse todavía en la constelación de Piscis que marcó la llegada del Cristianismo ya que eso sucedía durante la segunda mitad del siglo V, ANTES de nuestra Era, o sea, antes de que el Sol pasara a la parte de la eclíptica que corresponde al signo de los Peces.

Sin embargo, aunque sea difícil basarse en datos tomados de textos históricos, de todos modos en Egipto se pueden encontrar indicaciones serias. Así, Pomponius Mela escribía en el primer siglo: “Los Egipcios se vanaglorian de ser el pueblo más antiguo del mundo. En sus anales selee que, después de su formación, las estrellas han cambiado cuatro veces de dirección y que el Sol se ha acostado dos veces en la parte del cielo donde él se levanta hoy día...”

Una vez más, puede tratarse de ese mecanismo de la precesión de equinoccios que hace que el ascendente terrestre parezca recorrer las constelaciones de estrellas del Hemisferio Sur, y, después del Hemisferio Norte, mientras que estas parecen cambiar de dirección DOS veces durante el curso de la gran Era Sideral de 25.920 años, lo que haría CUATRO cambios de aspectos del cielo durante los 52.000 años que comprenderían a la época aproximada del origen del pueblo egipcio. El Sol que acababa de pasar por la constelación de Piscis (el signo de los Peces que marcó el nacimiento de Jesucristo) durante la época de Pomponius Mela, se había encontrado pues, DOS veces al lado opuesto de ese punto primaveral del Zodíaco (a razón de un signo cada 2.160 anos, habría recorrido dos veces la ronda sobre la eclíptica en 51.840 años).

I. Velikovsky no lo comprende así y ve más bien en los textos que él cita un sentido preciso y no simbólico.

Bien es cierto que algunos escritos no dejan duda alguna sobre las catástrofes cósmicas que han debido producirse durante el curso de la Historia de la Humanidad. Además de las anotaciones sobre el “derrumbamiento de la revolución del Sol y de las estrellas”, hechas por Platón, por ejemplo, en su “Política”, muchos autores griegos antes y después de él, hacen alusión a la inversión del movimiento solar, Sófocles (en “Atreo”), Eurípides (en “Electra”), Séneca (en “Thyeste”).

Reencontramos así las tradiciones de los pueblos de cinco continentes que mencionan cataclismos semejantes: Los Esquimales contaron a los primeros misioneros que antiguamente sus pueblos se encontraban en las antípodas. En Groenlandia (Green = verde, land=tierra) los nativos temen aún que la tierra se vuelva de arriba a abajo.

Los chinos dicen que es solamente después del establecimiento de un nuevo orden de cosas, que las estrellas se mueven de Este a Oeste!

Ya sea en el Compendio de Won-Che-Sing, en los poemas de Ras-Shamra en Siria, o en la Voluspa de los Islandeses, se pueden leer algunos detalles sobre esos cambios cósmicos ocurridos antiguamente. Los aztecas hacen declaraciones semejantes y las fuentes hebraicas sobre ese asunto son innumerables. Fuera de las descripciones hechas en el tratado Sanhedrín del Talmud, otras antiguas fuentes rabínicas hablan de grandes perturbaciones en el movimiento solar, en la época del Éxodo, del paso del Mar Rojo y de la revelación sobre el Sinaí.

Pero, varias teorías entienden por “cambio del movimiento del Sol” las transiciones de una “Edad” a otra (“Tout Savoir” - septiembre 56): “El cambio por el movimiento solar, a cada edad sucesiva, explica que numerosos pueblos empleen la palabra Sol por la palabra Edad. Todos estos textos no se referían a una sola y misma época (dice esa misma revista página 90). El Diluvio, el Fin del Imperio Medio Egipcio, la época de los tiranos de Argos, estuvieron separados por numerosos siglos. Los jeroglíficos mexicanos citan cuatro movimientos del Sol que designan cuatro “períodos del mundo”, acompañados de un trastorno de los puntos cardinales. ¿Hubo entonces una inversión total de los puntos cardinales o solamente un traslado importante?”

Sabemos que el rayo al caer sobre un imán invierte los polos: el globo terráqueo se comporta como un enorme imán. Un cortocircuito con otro cuerpo celeste provocaría la inversión de los polos magnéticos Norte y Sur. El enfriamiento y la solidificación de la lava, después de una erupción volcánica, toman una imantación permanente en función de la orientación del campo magnético terrestre de la época. A. Mc Nish escribe: “El examen de la imantación de ciertas rocas ígneas, revela que han sido polarizadas en sentido contrario del campo magnético local. Podemos inferir que la polaridad de la tierra ha sido completamente invertida en las épocas geológicas recientes”.

El autor de “Mundos en colisión” concluye: “La inversión de los polos de la lava sugiere la inversión de los polos magnéticos de la Tierra durante el curso de las épocas geológicas recientes. Nosotros pretendemos, pues, que la órbita de la Tierra ha cambiado más de una vez y al mismo tiempo la duración del año: que la posición geográfica del eje terrestre y su dirección astronómica han sido alteradas en diversas ocasiones, que Venus, Marte y la Tierra han cambiado descargas eléctricas cuando se han rozado, que sus atmósferas han entrado en contacto y que, los polos magnéticos de la Tierra han sido invertidos hace apenas unos millares de años”.







EL ARTE DE CURAR



Vivimos en plena época del re-descubrimiento y, como una eterna repetición de la Historia humana, podríamos citar como réplica de Pitágoras y Demócrito, al Sabio Albert Einstein y en Oriente, al matemático U-Ba-Sein; como paralelos de Aristóteles y Platón: al filósofo Jean-Paul Sartre por el Occidente y a Sri Ramana Maharshi en el Oriente.

Una vez más la Ciencia parece escrutar el Pasado, en busca de la solución de problemas que le impiden progresar, de la misma manera que al comienzo de nuestra Edad de la Cultura, los sabios de Grecia se hacían iniciar en los Misterios del Egipto, e inclusive, algunos iban a perfeccionarse a los santuarios del Asia.

La teoría de las mareas1 atribuye el origen de la rotación de la Tierra a la acción de los meteoritos2.

Si la velocidad angular de los diferentes estratos o segmentos del globo fuera trastornada por una acción cualquiera, esos estratos o segmentos se trasladarían y la fricción crearía el calor”. Immanuel Velikovsky deduce que “las acciones ejercidas entre los diferentes estratos que resultarían, podrían igualmente convertir una parte de la energía de rotación, no en calor, sino en otras formas de energía incluyendo la energía eléctrica. Una descarga eléctrica de gran intensidad podría pasar de ese modo, entre la tierra y el cuerpo exterior (o la nube). Lo cual hace una catástrofe posible, sea la de modificar la órbita de la tierra, arrastrando cataclismos increíbles o aun de reducir a polvo nuestro globo”.

A pesar de las afirmaciones del autor de “Mundos en colisión” que concluye que la tierra no ha seguido la misma órbita, es posible que se trate simplemente de calamidades locales, como el “Diluvio”, mencionado en la Biblia, y que es considerado por muchos como un simple desbordamiento del Eufrates, que conmovió vivamente a los Beduinos a la salida del desierto. De todos modos, ¿quién podrá decirnos las razones exactas de la sumersión de la Atlántida, por ejemplo? Nosotros hemos ya estudiado las coincidencias que se presentan entre la desaparición de ese continente y la explosión del planeta Juno en esa misma época (los restos de este astro, que estaba situado entre Marte y Júpiter, se presentan hoy día bajo la forma de polvaredas astrales aún muy visibles). Se ha dicho que los Atlantes habían alcanzado un grado muy superior de Conocimiento y que ciertos Iniciados degradados usaron su poder con orgullo, provocando el cataclismo. Si es cierto que su Saber era especialmente grande en lo concerniente a la “Magia del Verbo”, no hubiera sido imposible que hubieran intentado las “experiencias nucleares”.

Después de algún tiempo, los sabios se vuelcan sobre un problema particularmente espinoso, ya que acaba de encontrarse que las vibraciones radiactivas se han infiltrado por todas partes... Últimamente, se ha descubierto el “Estroncio 90” con sus depósitos en el organismo, especialmente por el calcio difundido en la leche. Se ha notado el producto de radiaciones nefastas, por televisión, rayos X, etc.

Es cierto, un cataclismo atómico es siempre posible y las fuerzas desencadenadas pueden no ser circunscritas a un cierto momento. Por las simples experiencias nucleares, las emanaciones están ya infiltradas en todas partes y la Ciencia registra esas radiaciones en todos los organismos humanos que pueblan la Tierra! En ciertos momentos y, bajo ciertas condiciones atmosféricas, los aparatos registradores han marcado la cuota “máxima”.

De todos modos, es preciso agregar también que algunos sabios han concluido que la primera consecuencia de la Edad Atómica desarrolló facultades nuevas en los individuos; las emanaciones de un orden medio tendrían por efecto el despertar capacidades supra-normales, debidas a una nueva tonalidad de vibración de las glándulas endocrinas.

Evidentemente la consecuencia de ese “desarrollo” del ser humano, podría dar el mismo resultado que en las civilizaciones anteriores, cuando se presentaron los grandes cataclismos, debido al demasiado saber de los hombres. En lo que nos concierne, digámoslo una vez más: creemos mucho más en el fin de UN mundo que en el fin DEL mundo... El final de una Época, el comienzo de una Nueva Era, como el inicio de la Época Acuariana que se manifiesta después de algunos años (Edad del Acuarius que sigue a la Era de los Peces, Época Pisciana).



* * *



Una nueva política3 se hace necesaria y ésta debería basarse sobre una verdadera psicología de los hombres actuales. Como dijo Cousin: “La verdadera política reposa sobre el conocimiento de la naturaleza humana”.

Los seres de hoy buscan de nuevo en la Sabiduría Antigua los antecedentes de una existencia más de acuerdo con las necesidades psicológicas del momento. Nosotros profesamos esas ideas desde hace casi 20 años y, Dios sabe si los espíritus estancados han intentado crear obstáculos a nuestra obra, que como todas las obras de Precursores ha sido calificada de utópica. Sea como sea, la Ciencia oficial viene cada día más y más a atestiguar sus búsquedas hacia el Saber de los Antiguos. Aun en los detalles de la dietética, vemos una verdadera revolución y la última palabra de los especialistas en la cuestión viene a unirse a nuestro punto de vista: es necesario regresar a una vida natural más adaptada.

Sería mucho más normal que el ser humano se nutriera de cosas que están al alcance de sus manos y siga así el consejo ofrecido desde el comienzo en la Biblia (Génesis, Capítulo I, versículo 29): “Y Dios dijo: He aquí yo os doy toda hierba que da simiente que está sobre el haz de toda la tierra y todo árbol en que hay fruto de árbol que da simiente, ese será vuestro alimento”.

El sabio señala: “Por todo el tiempo que exista la verdura sobre la tierra, tú te abstendrás de la carne de los animales”. Esas palabras son confirmadas en diversas ocasiones por las Sagradas Escrituras; sin embargo, estaría mal el querer “convertir” a todo el mundo al vegetarianismo y, sobre todo crear un elemento de discordia con una cuestión sobre la “manera de comer”.

En sus preceptos de tolerancia San Pablo sugiere: “No nos juzguemos más los unos a los otros; pensad más bien en no hacer nada que sea para nuestro hermano una piedra de escándalo o una ocasión de caída. Yo sé y estoy persuadido por nuestro Señor Jesucristo, que nada es impuro en sí y que una cosa no es impura sino para aquél que la cree impura. Pero, si por un alimento tu hermano está triste, tú no marchas más según el amor: no cauces, por tu alimento, la pérdida de aquel por quien Cristo murió. Que vuestro privilegio no sea un motivo de calumnia, ya que el reino de Dios no es el beber y el comer, sino la justicia, la paz y la alegría a través del Espíritu Santo”.

En su “Epístola a los Romanos”, Pablo dice aún (Capítulo XIV, 20-21) “No destruyas por un alimento la obra de Dios; en verdad, todas las cosas son puras, pero no es bueno para el hombre convertirse cuando come, en una piedra de escándalo. Es bueno no comer carne, no beber alcohol, etc.”

Evidentemente las razones de una vida naturista son numerosas, tanto desde el punto de vista de la higiene alimenticia como en el sentido moral. Ha sido bien repetido (Colosenses II, 16): “Que nadie os juzgue pues, en lo relativo al comer y beber, etc.” Pablo se alza contra la intolerancia de ciertas disciplinas: “No cojas! No pruebes! No toques!”. Preceptos que se convierten en perniciosos con el abuso...

En efecto, nadie piensa negar los beneficios de una alimentación naturista y nosotros hemos sido los primeros en animar no solamente a los vegetarianos o vegetalistas, sino aun en encarar el regreso a una existencia más en contacto con la Naturaleza, en la cual evolucionamos y a ese título hemos buscado las posibilidades de un alimento “primario”. La Ciencia viene en ayuda de esas búsquedas hoy día, y, desde ahora, se entrevé un futuro en el cual el hombre se podrá nutrir de Chlorella, sustancia unicelular. Se trata de algas que se encuentran en los estanques y que, después de seguir una preparación en un agua que contenga soluciones basadas sobre la acción del oxígeno y el carbono, se convertirá seguidamente en artículo capaz de servir como nueva alimentación.

El refinamiento moderno de ciertos productos (como el azúcar especialmente), no es en verdad una ventaja, y en los países en los cuales el pan es la base de la alimentación, se ha observado que si los trabajadores, los soldados y los prisioneros de hace doscientos años podían vivir no comiendo más que pan, este único alimento no bastaría hoy. Por otra parte, el consumo ha bajado fuertemente (los franceses comen 3 veces menos pan que a principios del siglo). El 6 de Junio de 1956 se reunieron 3.000 personas en París (Sala Wagram) y los médicos y técnicos discutieron sobre la búsqueda de un alimento normal.



El problema alimentario existe verdaderamente y nuestro aparato digestivo es realmente la base de muchos inconvenientes fisiológicos tanto como de otro gran problema: la higiene.

En efecto, los dos están a menudo íntimamente ligados y llevan a tristes consecuencias como la tuberculosis. Ciertos médicos creen inclusive (en Francia, por ejemplo, el eminente especialista, el Dr. Tisseuil) que los seres marcados por la tuberculosis están predispuestos a la lepra. Otros por el contrario (el profesor Chaussinaud, por ejemplo, Jefe del servicio de lepra del Instituto Pasteur) consideran las dos enfermedades como antagónicas. Se calculan en más de diez millones los leprosos que hoy han podido ser señalados más fácilmente debido a los nuevos métodos, los cuales, al mismo tiempo, dan una gran esperanza en el tratamiento de esta enfermedad que ya no se considera más como incurable. Existen dos tipos de infecciones debidas al bacilo de Hansen. 1.- La lepra tuberculoide (benigna) con sus lesiones cutáneas con bordes delimitados acompañados de disturbios sensitivos. 2.- La lepra lepromatosa (más grave) con lesiones cutáneas mal delimitadas, que comienzan con máculas eritematosas y se acompañan de insensibilidad al calor de los miembros atacados. Después de la aparición de las sulfamidas (en 1941) la terapéutica fue transformada dando a los Hansenianos grandes posibilidades de curarse, si el mal es conocido a tiempo; por otro lado, la profilaxis se armó del famoso B. C. G. (vacuna contra la tuberculosis). Recordemos, sin embargo, que la protección contra el bacilo (el contagio actual no pasa del 3%) fue definida simplemente por Hansen: “El mejor agente de profilaxis contra la lepra es: el jabón”.



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Cuando hablamos del arte de curar nos encontramos en presencia de dos cosas bien distintas: las enfermedades, cuya fuente es microbiana, y lo que se llama los disturbios funcionales. Y si se puede comprender fácilmente (se verá en la continuación de nuestro texto) que los antiguos llegaban al término de esos últimos disturbios, se percibe difícilmente cómo podían, no solamente desterrar la enfermedad sino, aun, descubrir su origen. El organismo es un mecanismo de hermosa precisión, pero bastante complicado, no obstante que el valor intrínseco del hombre sea poca cosa: 45 litros de agua, materias grasas con las cuales se puede hacer una buena media-docena de jabones, carbón suficiente para confeccionar cerca de 10.000 puntas de lápices, fósforo en cantidad suficiente para un poco más de 2.000 cerillas, un poco de cal que serviría apenas para blanquear el techo de un cuartito, una pulgarada de magnesio, hierro por valor de un clavo ordinario y azufre que llenaría un saquito como los que venden los farmacéuticos.

Esos productos son aquellos que componen el organismo de un hombre medio. Sin embargo, debe existir “otra cosa” capaz de dar al ser lo que constituye el gran misterio, es decir: la Vida! Entendemos esta palabra en su más amplio sentido y no en lo concerniente al automatismo de una vida mecánica. Fue de esta idea que nació la medicina mágica, como se llama a veces, a esa medicina natural que reclama las Leyes Universales y el carácter supra-normal de las enfermedades. Desde la más lejana antigüedad se conocen diversos métodos para curar por medios extra-naturales y, aún hoy día, son muy numerosos los sabios que reconocen que fuerzas invisibles (a menudo desconocidas por la ciencia) nos rodean y que sólo es posible dominarlas por intermedio de un sistema oculto.

Inmediatamente una palabra viene al espíritu: Brujería!





La historia de la brujería ha sido muy mal escrita en casi todos los tiempos y es, sobre todo, a través de trabajos mínimos, (poco serios) que ha sido vulgarizada, o por obras criticas que no dan jamás una idea exacta de este arte.

La brujería es una operación menor (no confundirla con la Magia) y sus actos consisten a menudo en sugestiones o en el empleo de maleficios o contra-maleficios. El brujo es a menudo llamado así por simple rumor popular, sin que él posea, a veces, las cualidades necesarias. De ahí que el charlatanismo sea grande.

De todos modos, existen verdaderos brujos y no solamente entre las tribus negras, ya que la brujería ha sido utilizada en todas las épocas y, aún hoy día, no menos que durante la Edad Media, tanto en el campo como en las grandes ciudades. Cada vez se trata de ridiculizar a los brujos y de hacer creer que la brujería es una simple superstición, pero no es menos cierto que las prácticas marchan a toda vela tanto a París como a Nueva York, Río de Janeiro, Tumbuctú, Urumchi o en las Islas Polinesias. En nuestros viajes alrededor del mundo, hemos sido testigos de este estado de cosas y, en fin, la buena fe de los Tribunales no puede dar lugar a ninguna duda, cuando regularmente se pueden ver juicios contra los “brujos”. (En algunos países de Europa se han ordenado algunas condenaciones, probando así que la brujería es reconocida por las Autoridades Oficiales).

En Occidente, la brujería fue una especie de renacimiento del paganismo antiguo y fue naturalmente el espíritu cristiano el más apto en aceptar la “maravilla diabólica”, después de haber aceptado “la maravilla cristiana”.

Los cuentos de Plutarco sobre la aparición de Teseo en Maratón, sobre el Demonio asesinado por los habitantes de Cheronea, sobre los espectros que aparecieron a Brutus antes de la batalla de Filipos y las historias similares de tantos otros griegos y latinos, son vecinas de las “maravillas” contadas por Gregorio de Tours, Sulpicio Severo, etc. De ese modo, los Milagros Paganos y los Milagros Cristianos se acercan totalmente.

La brujería es el arte de “echar suertes” y la acción típica es, ciertamente, la operación llamada comúnmente de “anudar las agujetas”! En esta operación de “brujería” se trata sobre todo de impedir a dos seres la consumación del acto carnal, pero, ciertos “brujos” traspasan el marco de ese género de trabajo de venganza (hecho a menudo a cuenta de una tercera persona) y se consagra entonces al estudio de plantas y diversos productos, a fin de obtener conocimientos sobre el arte de enfermar o de curar a la gente, lo cual alcanza el dominio de la “magia baja” (calificada a menudo de Magia Negra y hasta de Magia Blanca). Ciertos brujos poseen verdaderos “poderes” que pasan ya sea a un hijo, a un pariente o a un amigo en el momento de la muerte; lo cual es el acto de la “transmisión del poder”, la “entrega del don”, aún practicada simbólicamente con un principio de idea más elevado, en las órdenes Místicas (traspaso del abrigo o la capa, entrega del cordón honorífico...). Esta entrega del poder se hace a menudo con la ayuda de una fórmula o de una simple palabra, que, como en las Sociedades Esotéricas, corresponde al ligamen mágico (es la “palabra sagrada” que no debe confundirse con la “palabra de pase”), es la transpersonalización psíquica como acto de iniciación (una de las razones del anillo que se pasa al dedo durante el matrimonio).

Se ha confundido casi siempre a los “brujos” con los “‘magistas” (adeptos de la filosofía hermética, que practican el ceremonial y los ritos ocultos), a quienes no se debe confundir, por otra parte, con los discípulos del “Magismo”, ese otro nombre del Zoroastrismo o, aún, con los llamados seguidores de la Magia que, con los Fetichistas, cuenta con más de 200.000.000 de miembros en el mundo.

En fin, los Magos (aquellos que han llegado al Magisterio), son los verdaderos “Maestros” de esta ciencia, que pone al Ser en contacto directo con las Fuerzas invisibles. La Magia no es una religión o una filosofía, ya que se trata de un Estado de Maestría, de Conocimiento Perfecto, de Saber Absoluto. (Hemos dado ya su definición en los Propósitos Psicológicos Nº IV).









Sea como sea, en lo que respecta a la confusión relativa a los términos de brujería, magia, teurgia, etc., las numerosas ordenanzas que fueron lanzadas durante siglos contra los adeptos de la ciencia oculta, prueban por ese mismo hecho su existencia y que, clasificarla en el dominio de la imaginación, sería al mismo tiempo ignorar a todas las autoridades que han luchado en contra, negando con ello toda la historia.

Ya en el 213 de nuestra Era, el Pretor Attilus hizo leer, en la Asamblea del Pueblo, una ordenanza que conjuraba a todo poseedor de libros de adivinación, plegarias o ritos, a entregar esas obras antes de las Calendas de Abril, etc.

En 186, antes de nuestra Era, las Bacanales importadas de Etruria por un griego y de allí a Roma, dieron lugar, según el rumor público, a escenas de libertinaje análogas a aquellas que se reprochaban a todas las sociedades secretas (T. Liv. XXXIX 9 seq) y a propósito de las cuales fueron prohibidos los magos una vez más.

En el año 295, Dioclesiano adoptó también varias medidas represivas. En su expedición militar (encargada de liquidar la sublevación de Egipto) ordenó prender y quemar todos los libros de ciencias ocultas. La misma idea hizo lanzar una Ley contra los Astrólogos (medida ineficaz), pero que, insertada en el Código Justiniano, a partir de ese momento ejerció una cierta influencia sobre nuestros padres y sobre su conducta respecto a las Ciencias Sagradas.

En el año 319, una ley prohibió la entrada en las casas particulares de todos aquellos que se ocupaban de la adivinación, pero no se impedía practicarla en los Templos. En el 321, una nueva orden rigió los “encantamientos”. “Se debe castigar y corregir a través de leyes severísimas, dice el Emperador Constantino, la Ciencia de aquellos que, entregándose a las artes mágicas, sean declarados culpables”, etc. En el 337, Constantino dio un paso adelante, tolerándolas por necesidad en Italia (donde el politeísmo era aún temible), pero lanzó al mismo tiempo numerosas leyes, destinadas a molestar el culto pagano y es en el 357 que dijo:“Que nadie consulte un arúspice o un matemático (astrólogo)”.

No podemos consultar todas las órdenes aparecidas, pero, esa lucha contra los “brujos” prueba, ante todo, que prohibir con tanta fuerza una cosa es indicar su poder, la eficacia de sus actos y, sobre todo, la realidad de su existencia. Esta “caza a las brujas”, permitía al mismo tiempo luchar contra los hombres de ideas “avanzadas” o contra todo aquel que podía molestar el establecimiento de una religión oficial. ¡No se ven acaso ordenanzas en las cuales se mezclan la Ciencia y la Moral! Es así que en el 450, durante el Concilio celebrado en Irlanda bajo San Patricio, se encuentra la frase “el cristiano culpable de homicidio o fornicación, aquel que a la moda de los Gentiles haya consultado un arúspice, hará un año de penitencia” (!) Ese Canon XIV y XVI del Concilio hace poca diferencia entre un crimen, un atentado a la virtud o una curiosidad...

En el año 470 los Obispos de Gran Bretaña reunidos en Vannes, prohiben la práctica de la adivinación y ordenan echar al culpable de la Iglesia. Se trataba de la práctica del paganismo, en la cual los poemas de Virgilio jugaban el mismo papel atribuido ahora a la Biblia. San Agustín lo había ya prohibido.

A veces uno se pregunta si la “superstición” no se encuentra más bien del lado de aquellos que toman sanciones en su contra! un ejemplo lo tenemos en ese Canon célebre del Padre Born (en el Concilio de Soissons en el 744) que castigó a muerte al hombre que había matado y comido a una bruja con el pretexto de que las brujas se comen a los hombres!

Es penoso ver, por otra parte, una gran religión como el Catolicismo, que se dice inmutable (?), regresar sobre los llamados errores de texto, sobre todo cuando se trata de bases para las reglas de conducta eclesiásticas. Por ejemplo, en el año 900, algunas colecciones canónigas del siglo X insertadas en el Decreto de Gracián, (vasta compilación del siglo XII que ha servido largo tiempo, como Código a la Iglesia, atribuido al Concilio de Ancyra) y que fueron redactadas en ese año sobre escritos antiguos, de los cuales uno titulado “Del Espíritu y del Alma”, se remontaría al siglo VI, fueron estimados falsamente como obras de San Agustín. En todo caso, ese Canon famoso refleja la opinión reinante en los primeros años del siglo X.

En fin, en el 997 (y hasta el 1035), la Ley de Esteban 1 de Hungría, contiene disposiciones señaladas en el sentido que distingue la brujería de la Magia. Pero, el Concilio de Londres en el 1075 (así como el siguiente en el 1125) considera la Magia como una superstición sin importancia en una época en la cual existían muchas otras... Por el contrario, en el 1197, Pedro el Grande, chantre de la catedral de París, en su “Verbum Abbreviatum” (especie de catecismo en el cual todos los puntos de la moral son considerados sucesivamente), no dice absolutamente nada sobre la brujería o la magia.







Pero los grandes procesos comenzaron sobre todo en el siglo XIII (de triste memoria) y el primer documento que ordena buscar activamente a los “brujos”, es el Tratado de Paz firmado por el Rey de los romanos (Enrique), más tarde convertido en Enrique VI, y los señores del Imperio en 1230. Su padre había ya comenzado a condenar a los “heréticos” a la hoguera (en efecto, Federico II dio el ejemplo que la iglesia impuso rápidamente a todos los Príncipes y esa fue la apertura del Gran Libro de la Persecución). En el 1236 el concilio de Turena ordenó a todos los Curas, bajo pena de excomunión, la lucha contra el ejercicio de no importa qué “brujería”, lo cual marca la apertura de la lista de suplicios, cuyas anécdotas demasiado numerosas han llegado hasta nosotros. En 1239, ciento ochenta personas fueron quemadas con una cátara de Champagne, de la cual el inquisidor Roberto le Bougre quería vengarse.

Un poco más tarde, tocará el turno a los Caballeros de Cristo de ser perseguidos bajo la acusación de practicar la magia!, cuando esos Caballeros del Templo (Frater Militae Templi) eran los fidelísimos servidores de la Verdad! 4. En fin, es en 1304 que Nogaret (Ministro hácelo-todo de Felipe el Hermoso) empezó a detener a los Templarios.

Guy Foulques, que fue Papa de 1265 a 1268, bajo el nombre de Clemente IV, había predicho ya la ruina de los Templarios, si estos no se decidían a una sumisión total. El era enemigo de todo movimiento fraternal entre religión y raza y, durante su corto reinado, se ingenió para obstaculizar todas las tentativas de universalizar los principios humanos. En fin, Bertrand de Got, Arzobispo de Bordeaux, fue nombrado Papa (con el nombre de Clemente V) bajo la presión de Felipe el Hermoso, Rey de Francia, el cual necesitaba ampararse de bienes y aseguraba el poder habiendo elegido como Papa a un ser débil que podría ayudarlo en la persecución contra los Templarios. El 14 de Septiembre de 1307, cartas emanadas tanto de la Cancillería Real como del Gabinete del Inquisidor, advertían a las diversas autoridades civiles y eclesiásticas detener a los Templarios o ayudar con mano fuerte a los agentes encargados de arrestarlos. En fin, el 22 de Noviembre de 1307, el Papa Clemente V anunciaba a todos los Príncipes de Europa cómo Felipe el Hermoso había actuado, a pedido del Inquisidor, deteniendo a los Caballeros del Templo sometidos al juicio de la Iglesia! En consecuencia, ordenaba a todos los soberanos a seguir el ejemplo del Rey de Francia, retener a los caballeros prisioneros y poner bajo secuestro sus bienes, en espera de la decisión de la Santa Sede (Bula “Pastoralis Praeminentie”).

La Bula del 12 de Agosto de 1308 prescribía a todos aquellos que habían puesto la mano sobre los bienes de la Orden del Templo, devolverlos a la Santa Sede en el curso de dos meses, bajo pena de excomunión.

En 1312 el Papa Clemente V se decide a suprimir la Orden de los Templarios por la vía de decreto apostólico: el decreto supresivo fue, pues, leído en sesión plenaria del Concilio, en el cual el silencio general podía pasar por una tácita aprobación, permitiendo de ese modo poner, al final del documento, la fórmula ordinaria protocolar “con la aprobación de la Santa Sede”! (Bula del 22 de Marzo de 1312 “Vox in excelso”).

Y la lucha continuaba contra otros “brujos” o movimientos que se suponía practicaban la Magia! Encontramos así en 1321 el Concilio de Maguncia, que excomulga a los adivinos, y el Concilio de Ruán celebrado el mismo año, que coloca el empleo de sacramentos entre los “sortilegios” y a la Magia entre los pecados reservados al Obispo! Los Papas Calixto III, Pío II y Sixto IV, continuaron lanzando bulas contra los “brujos”, adivinos y otros encantadores...

Sixto IV condena el empleo de los talismanes (en 1478), pero autoriza los suyos ya que una bula pontificia estipula: el solo contacto de esos medallones puede servir para la remisión de los pecados. El famoso Papa Borgia (Alejandro IV) decreta también la persecución de los “brujos” (bula del 31 de Enero de 1500). Ese mismo pontífice ordena, con no menor seriedad, el castigo de las personas de ambos sexos que se ocuparan de hechizos y de supersticiones diversas.

¡Por supuesto, viene en seguida la lucha contra los protestantes, considerados como seres diabólicos! ¡En el año 1528 el Concilio de Burgos, bajo la presidencia de Francisco de Tournon, ordenó al Curato denunciar a sus Obispos a aquellos miembros de las parroquias que fuesen afiliados a la secta de Lutero, o se diesen a cualquier práctica mágica! Y la lista continúa con Gregorio XV (Bula del 26 de Marzo de 1623), Clemente XI (Bula “Unigenitus” en 1713), Clemente XII en 1738 que abre una serie de condenaciones contra los “brujos” de siempre. En 1751 será Benito XIV. En 1821, Pío VII (Bula Ecclesian). En 1829: León XII (Bula “Tuo Graviora”). En 1832, Gregorio XVI (Bula “Mirari Vos”). Sin embargo en 1840 el Santo Oficio decidió que a su parecer el hipnotismo, la sugestión, el uso del magnetismo, debían ser dejados a la discreción del médico y que por consecuencia se podía estimar como natural y capaz de servir a la cura.

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¿A dónde hemos llegado en nuestros días? Hemos llegado a que no solamente la ciencia se incline sobre esas cuestiones de brujería y magia con gran seriedad, sino aún a que la Iglesia forme a algunos de sus representantes para practicar ese arte. Desde hace tiempo la Santa Sede ordenaba cursos especiales de Ciencias Ocultas y el Vaticano poseía una Escuela donde venían a instruirse sus miembros, los cuales quedaban a menudo con un conocimiento solamente teórico. Pero después de algunos años, representantes de la Iglesia ya se forman especialmente en el Saber de las Ciencias Sagradas (magnetismo, astrología, magia).

Hace dos años se organizó en la Gran Bretaña una reunión de eminentes investigadores, comprendiendo 5 Obispos y un doctor de la Reina de Inglaterra, para examinar la cuestión de las curas por la Fe (Faith Healing).

Bajo el patronato del Arzobispo de Canterbury y de York, la Comisión de la Iglesia de Inglaterra (Church of England), no ha establecido aún, pero ya encara, el poder de la fe y de la plegaria en las curas, tan a menudo calificadas mágicamente de “Cura Divina”. Tres puntos fueron decididos: 1. Guiar la Iglesia hacia una mejor comprensión. 2. Ayudar al Clero en el ejercicio del Ministerio de curar. 3. Alentar un interés creciente entre el Clero y el Cuerpo Medical. En conclusión la Comisión ha hecho saber que eso permitirá a 15.000 “clergymen” anglicanos ponerse en acción al lado de los doctores, en la guerra contra la enfermedad.

Esta Comisión de “Curación Divina” reconoce que la imposición de las manos ha obtenido resultados espectaculares y que ciertas plegarias especiales pueden acabar con las enfermedades. Así mismo, ha sido anunciado que algunos ritos han sido practicados por sacerdotes, incluyendo la aplicación de los Santos Oleos (reservada generalmente a la extremaunción, sacramento practicado a la hora de la muerte).

Estamos bien lejos del Concilio de Turena que decretaba que: “Los sacerdotes deben advertir a los pueblos fieles y no dejarles ignorar que las artes mágicas y las plegarias no pueden servir de remedio a ninguna enfermedad de los hombres”.

La Comisión (en la cual participaron 4 psicólogos especialistas y que tiene su sede en Lambeth Palace residencia del Arzobispo de Canterbury) ha declarado que numerosos exorcismos han sido practicados públicamente en Inglaterra; por otra parte, la prensa ha comentado también el exorcismo hecho en 1954 por un viejo cura de parroquia en Italia. Se trataba de una jovencita de 17 años, residente cerca del Lago de Como. Siguiendo el Ritual estipulado por la Iglesia Católica de Roma, el sacerdote, en cuatro mañanas sucesivas, ha expulsado: 8 “demonios” que él, por otra parte, ha identificado como Ostaroth, Belzebu, Samuel, Pitón, Asmodeo, Beal, Lucifer y Satán!

Una relación publicada en Londres por dicha Comisión “Divine Healing”, ha reconocido oficialmente que numerosos enfermos estaban realmente poseídos por los demonios! La relación que ha sido publicada por un diario de Londres, ha mencionado también que la evidencia había sido dada por los miembros del Clero Anglicano, expertos en descubrir y exorcizar dichos demonios.

En el Concilio de París, bajo Luis el Bondadoso, se recurrió al brazo secular, ya que los Cánones de la época dejaban entender claramente que esos poderes no eran quiméricos...

En nuestros días se recurre a la Psiquiatría para resolver esos problemas, pero es interesante ver a la Iglesia tomar la cuestión muy seriamente y si la religión se basa un poco más sobre los datos científicos, no queda duda que pueden provocarse resultados sorprendentes. Sea como sea, los representantes de la Iglesia hacen ahora un poco figura de magos, ya que para “expulsar” los malos espíritus es preciso saber “hablarles” o actuar con otros espíritus (buenos esta vez!) superiores. Nos vemos bien lejos, pues, de la ordenanza de Kenneth, Rey de Escocia, que condenaba a los hacedores de prodigios y a los magos y a aquellos que invocan los espíritus o imploran los Manes en su ayuda.

El Reverendo M. M. Martin es una de las grandes autoridades de la “Church of England” en lo que concierne a las curas por la Fe. Rector de Saint James Colchester, él ha dicho: “el artrítico y sus padecimientos pueden ser considerados como el pecado de orgullo, de la envidia y de la intolerancia”. Varios desórdenes nerviosos son la consecuencia de un origen pecaminoso. Él reconoce que el hecho de estar a menudo de mal humor puede ser la causa de desórdenes digestivos, pero, agrega que las úlceras gástricas son debidas en larga medida a la ansiedad provocada por la desobediencia a la exhortación de Cristo: “Hazlo hoy no lo dejes para mañana”...



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El poder de la plegaria no ha sido jamás puesto en duda por los verdaderos hombres de Ciencia y el gran Sabio Alexis Carrel lo define bien en su obrita “La Oración”. Ella no debe ser comparada a la morfina...

En el mundo no hay sino un número ínfimo de individuos que sepan orar de manera efectiva... Algunos niñitos aún incapaces de hablar y algunos incrédulos, han sido curados, pero cerca de ellos, alguien oraba...

En fin, el autor de “El Hombre, ese desconocido” nos da esta bella definición: “Es preciso recordar que el hombre no puede conducirse sin peligro al capricho de su fantasía. Para triunfar, la vida debe ser llevada siguiendo reglas invariables que dependen de su misma estructura. Corremos un grave riesgo cuando dejamos morir en nosotros alguna actividad fundamental, ya sea de orden físico, intelectual o espiritual”...

El hombre vulgar no tiene conocimientos suficientes de estas fórmulas mágicas de los hechizos, de los mantras, de las oraciones... Así, la misma Iglesia Católica, a falta de componer nuevas oraciones, se ha contentado a menudo con poner en latín fórmulas hebraicas. Por ejemplo, aquella con que comienza la Misa en el momento de la aspersión: “aspergesme hysopo et mundabor” que es simplemente la orden de purificación señalada en la Biblia (Números XIX - 18) y que, según el ritual judío 5 pide ser respetada.

Un hombre puro tomará el hisopo y lo mojará en agua, después deberá rociar el lugar, los utensilios y las personas presentes o que hayan estado en contacto con el muerto. Esta costumbre israelita, como tantas otras, fue tomada por los cristianos y colocada inclusive en el ritual de la Iglesia Católica.

El muérdago era honrado por los Druidas y, al sexto día de la última luna de invierno, los sacerdotes iban al bosque en busca de la planta parásita verde que crece en las ramas desnudas del roble (imagen simbólica de la vida surgiendo de la naturaleza muerta). El pueblo se agrupaba alrededor del Árbol considerado como sagrado6 y, en gran ceremonia, el Jefe de los Druidas (en túnica blanca) cogía con una hoz de oro la planta santa que era recogida por otros sacerdotes, a fin de que no la tocara el sol. El muérdago era también mojado en el agua para convertirlo en “sagrado” (origen del agua bendita ofrecida a la entrada de las Iglesias católicas).

Los Druidas eran igualmente grandes terapeutas, pero muy pocos de sus conocimientos han llegado hasta nosotros. Esos Iniciados tenían un Saber extenso y eran ciertamente muy versados en las leyes naturales, los efectos magnéticos (Ver: Magia druídica en mi libro “Los Centros Iniciáticos”) y sobre todo conocían las virtudes de las plantas y el poder del verbo (los hechizos).

Una organización que dio gran amplitud a la cura por la plegaria es el movimiento fundado por la Señora Baker Coldy en 1866, bajo el nombre de “Christian - Science”. Comenzada en los Estados Unidos, la “Ciencia Cristiana” se expandió en el mundo gracias a los dones ofrecidos por los enfermos curados; esta sociedad se enriqueció también con la ayuda de ricos simpatizantes y varios templos fueron erigidos tanto en América como en Europa. Los “Christians Scientists” pretenden restaurar la salud por la confianza en Cristo y la ayuda de la oración. La organización llegó a extenderse en tal forma, que hoy se inscribe junto a las sectas importantes y en ciertos países anglo-sajones cuenta con un número imponente de miembros y rivaliza con las otras sectas protestantes.



La mayor parte de las sociedades religiosas utilizan naturalmente la sugestión. ¿Qué cosa es la sugestión? Es la acción que hace nacer un pensamiento, una idea, para imponerla al cerebro. De ese modo se puede sugerir a alguien un hecho o inspirarle un acto, colocar en su espíritu una imagen. Es el acto de colocar en el inconsciente de otro, una cosa que no existe.

Cuando el espíritu del sujeto encuentra una idea que hasta ahora era inexistente y que se hace más nítida a causa de una sugestión, el hecho es más tarde madurado y reflexionado, por la misma persona y nace así la auto-sugestión.

Hay sugestión cuando una tercera persona insufla la idea; ayuda, pues, la imaginación del paciente y esto puede caracterizarse por las diversas variedades que eso comporta. Así la educación es una lenta sugestión por medio de la palabra, por el ejemplo; es en cierta forma una serie de sugestiones a largo término... (Son los mismos fenómenos que entran en el entusiasmo de las muchedumbres, los pánicos, la furia general, las conquistas).

Cuando la sugestión se ejerce durante la hipnosis, toma el nombre de “intra-hipnótica”. Cuando se trata de sugestión por actos que deben realizarse después del despertar, se llama sugestión “post-hipnótica”. Cuando la sugestión debe hacerse a una época determinada, realizándose tardíamente, se le llama “a vencimiento”.

El hechizo es a menudo una sugestión a vencimiento, que toma el aspecto de la auto-sugestión. Aun las acciones mágicas son (solo para algunos) únicamente una sugestión a distancia y a espaldas del sujeto. Es el practicante quien, por su voluntad, puede hacer actuar a las personas sin entrar en contacto con ellas, simplemente se apodera de su psiquismo

Una vez más los espíritus llamados escépticos gritarán superstición.





¿Qué es la superstición? Es una palabra derivada de “aquello que sobrevive” es decir, que es una derivación del sentimiento. La superstición es el hecho de olvidar el verdadero sentido de una cosa, por no tener más que una idea (falsa) de las obligaciones a crearse. Se ignoran demasiado a menudo las leyes de “causa a efecto” que han hecho tomar ciertas disposiciones; y uno o bien tiene solamente conocimiento parcial o no recuerda sino la disposición del hecho. Se trata del temor o de la esperanza, mal fundada, ya que es sin base, sin conocimiento. Las ideas (como las prácticas) supersticiosas son demasiado numerosas para ser mencionadas: es el número trece, la herradura del caballo, los cubiertos puestos en cruz sobre una mesa, la sal volcada, el grito de la lechuza en el bosque, etc. Serie de indicios que tienen una base cierta de predicción, de advertencia, pero que han pasado al uso popular sin haber tenido en cuenta otros elementos indispensables a las coordinadas. Hay prácticas llamadas supersticiosas en lo que concierne al uso de objetos de protección, desde el gri-gri de los negros, el collar de coral, las piedras porta-fortunas, los escapularios de los católicos, las medallas de las Iglesias o las reliquias diversas. Son amuletos que se clasifican en el culto del fetichismo, en cuanto que no son confeccionadas según las reglas mágicas bien establecidas como se requiere para la composición de un verdadero talismán.

El talismán no es una figurilla cualquiera, sino un gráfico generalmente sobre pergamino. Es una representación mágica, una especie de “llave”, una fórmula esotérica del mismo tipo que la Yantra de los Hindúes, esa figura geométrica del mismo tipo de la ESDAOI ESDLAROîO ESLDL, geométrica y simbólica, empleada para la meditación. (Ver la fotografía del Mandala personal del autor en el libro Yug, Yoga, Yoghismo)7.

A menudo se confunde al Talismán con las medallas talismánicas (o los talismanes pantaculares), pero ya hemos analizado esta cuestión hace tiempo8.

Los talismanes son compuestos a menudo de letras o de otros símbolos abstractos y no de representaciones de personajes, animales u objetos, como, por otra parte, lo prohiben los hebreos. El Antiguo Testamento está lleno de prohibiciones de ese género (imágenes talladas, representación de la divinidad en metal o madera, altar en piedras trabajadas, etc.) Encontramos numerosos ejemplos en: Éxodo: XX-4, 23, 24, 25 y 26. Éxodo: XXXIV - 17. Levítico: XXVI - 1. Deuteronomio: XVI - 21, 22. Deuteronomio: XXVII - 15 y 17.

Uno puede sorprenderse a justo título, cuando en su cuarta sesión (el 8 de Abril de 1546) el Concilio de Trento, condena bajo anatema, a los fieles que no recibieran por sagrados y canónicos TODOS los Libros ENTEROS enumerados como componentes del Antiguo Testamento y todo lo que ellos contuvieran.

El Concilio del Vaticano, en su tercera sesión del 24 de Abril de 1870, enuncia la misma doctrina prescrita 324 años antes y confirma que: “Esos Libros Sagrados y Canónicos de la Biblia han sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo. Dios es su autor y como tal han sido confiados a la misma Iglesia”...! (?) No es solamente rendir homenaje a los grandes Profetas de Israel y a todos los judíos, pero se aplica mal la doctrina: adornando las Iglesias de numerosas estatuas e imágenes talladas... Cristo enseñaba que se debe adorar en espíritu y no en los templos (Juan IV -21, 22, 23, 24). Jesús dijo: “Creedme, la hora llega en la cual no será más ni sobre esta montaña ni en Jerusalem que vosotros adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis: nosotros adorarnos aquello que conocemos ya que la salvación viene de los judíos. Pero, la hora llega y ella ha llegado ya, en la cual los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, ya que son ellos los adoradores que el Padre pide. Dios es Espíritu...”





Pero regresemos a la Magia, en la cual las figurillas juegan un gran papel. La cuestión fue ampliamente popularizada sobre todo después de la Edad Media, para que nadie ignore la práctica del hechizo por el “simulacro” de hacer mal y aún matar una persona obrando sobre una figura representativa del hechizado. Se trata generalmente de una estatuilla de cera modelada en la cual el celebrante hunde agujas o “realiza suertes”! La estatuilla que era la base de un ritual especial es asimilada a la persona a quien el mago o la persona por cuenta de la cual él actúa, desean un mal, trabajando de ese modo a distancia, como si la persona estuviera realmente en su poder. La cera que servía generalmente para la composición de estas figurillas de hechizo era generalmente de grasa animal (y aun humana, se ha dicho). En realidad la eficacia mágica no puede tener lugar sino con la “cera blanca”, materia constituida de alvéolos de abejas domesticadas. Esta cera se corta en capas delgadas decolorándose ligeramente al sol. La decoloración más fuerte se logra con el Cl2. Esta cera es un producto blanco mate y su densidad es de 0.960 (punto de fusión 65º), parcialmente soluble en el alcohol. Pero, como el producto es bastante caro, se falsifica generalmente por la adición de sebo, de hidrocarburo y de parafina con ácido esteárico.

El empleo de “blanco de ballena” se hace también en magia; se trata de la sustancia extraída de la nariz de un cachalote de la familia de los cetáceos. Punto de fusión: 45°. Está formado de éter, de alcohol cetilito y de ácido palmítico.

Es preciso confesar que, para activar la indisposición o aún, el fin del hechizado, se le administraba generalmente un veneno, y con el motivo de una indisposición cualquiera, el brujo le preparaba un elixir debidamente tóxico.



Elixir (de “Al-iksir” en árabe: medicamento) es la mezcla de sustancias en alcohol o, a veces, un medicamento edulcorado (elixir antiséptico). Varios medicamentos existen bajo la denominación de elixir (carminativo de Dalby, elixir de Garus, elixir odontálgico, etc...). El término elixir es empleado sobre todo para bebidas familiares. Pero, en farmacia, el Codex ha abandonado esta denominación por aquella de “tintura compuesta”. Las preparaciones diversas (lo más a menudo muy azucaradas) conocidas aún en nuestros días, provienen en todo caso de antiguas farmacopeas 9.

(El elixir paregórico es una tintura de opio benzoinado).

El elixir de Larga Vida, es todavía el nombre de la tintura de áloe compuesta, del Codex, pero el término se refiere más a menudo a una preparación mágica. Ese “elixir” puede ser biológico o químico y tendría el poder de prolongar la existencia más allá de los límites habituales y aun según algunos de dar la inmortalidad!. Hoy día, gracias a los nuevos descubrimientos (extractos de glándulas internas, metal precioso reducido en soluciones coloidales) se puede concebir científicamente la posibilidad de esta virtud. La Brefoplástica hace cada día nuevos progresos; se trasplantan sobre un animal adulto el embrión o las células del tejido cerebral, o glándulas para regenerar las funciones. Así la ablación de la hipófisis detiene el crecimiento, los testículos cesan de desarrollarse en los machos y los ciclos sexuales desaparecen en las hembras. Si se injerta en ese momento una nueva hipófisis, algunos días más tarde los resultados son espectaculares y efectivos. Los injertos brefoplásticos, sin embargo, no dan todavía resultados positivos en todos los casos y es por eso que no se beneficia a gran escala con esta nueva técnica, a todos aquellos deficientes glandulares graves, como los cretinos, retrasados mentales, etc.

Sabemos que la “placenta” es el bolsillo que rodea el embrión, pero la placenta no es un tejido que provenga del organismo materno, sino que constituye un anexo fetal y debe ser totalmente asimilado a los tejidos fetales.

Los injertos de membranas de placenta van a encontrar aplicaciones muy útiles en la cirugía moderna, gracias a los nuevos descubrimientos del Dr. Douglas, de Nashville (U.S.A.), quien ha sido el primero en tener la idea de emplear membranas fetales para tratar quemaduras extensas; el éxito de su operación abre un vasto campo de acción con la placenta de las paridas para utilizaciones preciosas en operaciones quirúrgicas.

En 1910 Alexis Carrel dio al cultivo de tejidos un gran empuje agregando el “jugo embrionario” en medio del cultivo utilizado. Esta sustancia rica en citoproteinas (o trefones) aumenta lo prolífico de los cultivos en grandes proporciones. (El “jugo embrionario” es una molienda de muy jóvenes embriones, obtenidos triturándolos íntimamente y filtrando el líquido resultante).

La Ciencia de la embriología hace enormes progresos con sus experiencias “in vitro”, en las cuales se trata de aislar un órgano a fin de observar su desarrollo fuera del organismo. Fueron Harrison y Carrel quienes pusieron en punto un método de cultivo en tejidos “in vitro”. Otros, como Etienne Wolf, Hafen y Raoul Michel May han realizado con este método cultivos de órganos enteros al estado embrionario. Sabemos ahora que la diferenciación de las glándulas sexuales (en el sentido de testículo u ovario) es una auto-diferenciación que solo pone en juego el órgano en si mismo y no el conjunto del organismo. Así, por la inyección de hormonas, es posible “feminizar” o “masculinizar” a voluntad el embrión, que edificará glándulas de tipo hembra o macho. Es decir, que si una dosis suficiente de sustancia es introducida precozmente en el embrión macho, por ejemplo, este se feminizará infaliblemente al punto de presentar glándulas de tipo femenino y no masculino, como lo quería su constitución genética. Este experimento fue realizado “in vitro” como “in vivo”.

En fin nuestra Elementología 10 va a encontrarse bien transformada, pero ¿puede esperarse todavía que el hombre en general sea el beneficiario de los nuevos descubrimientos médicos del progreso de la cirugía?

¿Sabremos jamás si los Antiguos, con métodos quizás más simples, no habían llegado a resultados idénticos y aun superiores? Las facultades que empezamos a reconocer en el ser, estaban quizás adormecidas durante el recorrido que la humanidad ha hecho hacia el progreso. Ocupados sólo en el perfeccionamiento material, los hombres han perdido, sin duda, esas capacidades supranormales que poseían antiguamente, así como el ser humano habría perdido el instinto, a la salida del reino animal...

¿No ha dicho acaso Hipócrates?: “El alma ve claramente la enfermedad interior del cuerpo y puede seguir su curso con anticipación”. El Padre de la Medicina era originario de Egipto, donde fue iniciado en los Grandes Misterios por los sacerdotes que ejercían la medicina como ciencia secreta y es él quien la convirtió en un Arte de libre observación. (Murió en Larissa a edad muy avanzada). Si él es reconocido como fundador de la medicina, no se puede ignorar, sin embargo, que existía una ciencia completa antes de él y de la cual él extrajo solamente algunas documentaciones.



En la revista “El Aguador” (Agosto 1956) un hermoso artículo de Don Carlos Brandt informa largamente sobre la cuestión de la práctica de la medicina por los egipcios hace millares de años. Athotes, precursor de Menes, habría sido el primero en escribir sobre la medicina, hace 8,000 años!... (El papyrus de Prisse, descubierto en Tebas, data, según los expertos y el egiptólogo Chabas, de 5.318 antes de nuestra era. Contiene ya reglas que están en perfecto acuerdo con los principios modernos de la vida racional).

El Prof. C. Brandt hace notar también que si el antiguo sistema de curar por la medicina natural (baños, masajes, dietas, etc...) era considerado legal, los egipcios fueron los primeros en descubrir el empleo de las drogas y consideraron el nuevo sistema (o alopatía) como ilegal! Así, el paciente podía escoger, pero si el enfermo moría después de un tratamiento legal (naturismo), el médico no era perseguido; al contrario, si el paciente moría después de un tratamiento alopático (medicina con medicamentos), el médico, a pesar de la libertad de profesar los diversos métodos, era condenado a muerte... Y el autor de “La Medicina natural en el Egipto Antiguo” se alza evidentemente contra el hecho de que ahora, médicos naturistas sean condenados porque no son graduados “doctor en medicina alopática”. Por otra parte, el artículo insiste sobre un pasaje de Diódoro que definía el ejercicio de la medicina en Egipto de este modo: Los médicos no percibían ningún pago personal por sus servicios; eran pagados directamente por el gobierno. Así el servicio de seguridad social existía millares de años antes de que Alemania, en primer lugar, después Inglaterra, Francia y los Estados Unidos, lo instauraran en nuestra sociedad moderna.

De ese modo, nuestra medicina oficial, nacida de la ciencia ilegal del Egipto, ha luchado después contra todos los métodos que intentaron establecer el antiguo sistema de medicina natural. Pero, desde hace poco, la ciencia de los antiguos Taumaturgos 11 parece interesar al arte medical y bien pronto no se mirará más a los Doubthob tibetanos como “brujos”, sino como Iniciados que han conservado poderes reales al alcance mismo de todos aquellos que quieran darse la pena de trabajar la voluntad hasta el perfecto dominio y control de las cosas. Un nuevo método (la psicokinesia) es ya empleado en la producción del fenómeno de la influencia del pensamiento, a fin de reducir, por ejemplo, la parte del azar. El Dr. Rhine acaba de vulgarizar el método psicokinésico, que es la acción del espíritu sobre los sistemas materiales. La P.K. (abreviatura bajo la cual se designa generalmente este método) del Dr. Rhine, fue muy criticado naturalmente durante las primeras demostraciones que probaron la posibilidad de atraer la suma deseada por el simple tiro de dados ordinarios sobre el tapiz. Toda idea de fraude fue rápidamente rechazada cuando, bajo la dirección del Dr. Fratt, se utilizó una caja rotativa movida por mecanismo, demostrando así que la P.K. era totalmente independiente de los medios de lanzamientos empleados por el experimentador. Durante unas experiencias en la Duke University (marzo 1949) sobre 562 juegos de doce lanzamientos cada uno, la probabilidad que dejaba esperar un total de 2.810 puntos fue largamente dejada atrás, ya que las pruebas dieron: 3110!. Ciencia aún nueva, la P.K. tiene ya, sin embargo, muy serios adeptos (el matemático inglés Dr. Knowles, el Dr. Thoulers de Cambridge, Prof. Mash de la Universidad de California, etc.).

Braid había ya experimentado la excitación de ciertos puntos sensibles (“ideógenos”) sobre sus enfermos, a fin de producir en sus espíritus, pensamientos bien definidos. Esas ideas impuestas al espíritu se impregnan de la conciencia y duran todo el tiempo de la excitación del punto ideógeno.

El Dr. Broca, célebre cirujano, ha dejado notas muy hermosas sobre el sueño nervioso, y sus trabajos fueron continuados por numerosos investigadores. El Dr. Broca ha dado una excelente documentación sobre la cuestión de los centros nerviosos y de las facultades supra-normales 12.

Últimamente se ha abandonado bastante a la frenología, ciencia que enseña a descubrir las disposiciones naturales y los elementos del carácter de cada individuo. Esta ciencia permite entrever las inclinaciones, las pasiones y las facultades de la inteligencia. La base de estudio de la frenología (del griego phren = espíritu y logos = tratado) reposa sobre las 27 circunvoluciones encefálicas, a las cuales se les atribuye facultades fundamentales.

Por supuesto, las experiencias han sido siempre practicadas primero en los histéricos, seres no solamente más débiles sino sobre todo más receptivos.

Primeramente se pensaba que esta enfermedad se debía a un estado patológico del útero, pero después de numerosas discusiones, se acordó que se trataba sobre todo de un trastorno psíquico, un estado de neurosis. La neurosis es una enfermedad que afecta al sistema nervioso. Como en la práctica el sistema nervioso cerebro-espinal parece ser el órgano intermediario entre las facultades psíquicas (o el alma espiritual) y los actos musculares y, por otra parte, las afecciones materiales del cerebro y de los nervios parecen reaccionar sobre la mente humana, resulta difícil precisar en muchos casos si la enfermedad psíquica tiene su sede en el espíritu (psicosis) o en el sistema nervioso (neurosis). La histeria presenta, sin embargo, diversas fases o grados clasificados. Así, bajo el término de Psicastenia, se incluye una infinidad de trastornos mentales, que sin ser propiamente la demencia, no significan menos una atenuación de la disposición de la voluntad (neurastenia, por ejemplo). El trastorno más importante de ese aspecto es, quizás, la obsesión.

Entre las enfermedades histéricas se cuenta la artralgia de la rodilla, la enfermedad del sacro, la angina de pecho, el peritonismo, los vómitos de todo tipo, la meningo-encefalitis, la meningitis en apariencia tuberculosa, las hemiplejías o apoplejías, la ataxia locomotriz. Hace algunos años las convulsiones (los ataques) eran calificados de “gran histeria”.

A menudo se han buscado las relaciones con el sonambulismo, ese estado de sueño natural o provocado, que permite actos que no ocurren jamás en el estado de vigilia. Los ejemplos de sonambulismo son clásicos hoy día: los ojos abiertos no ven y los oídos no perciben más el sonido (aparte raras excepciones de gritos o estrépitos de voz demasiado brutales). Citamos el caso típico de un seminarista que se levantaba por la noche para escribir sermones, hacía correcciones minuciosas, escribía también música, distinguiendo bien las notas, ya que releía lo que acababa de trazar, todo ello en pleno sueño. Cuando se interponía un cartón entre la hoja y sus ojos (bien cerrados por otra parte) él continuaba su trabajo y lo más curioso sucedía cuando se le quitaba la hoja sobre la cual escribía sustituyéndola con otra blanca del mismo tamaño; colocaba las correcciones sobre la hoja virgen en el lugar preciso donde hubiera debido ponerlas sobre la hoja escrita del original.

Se puede llamar “sonambulismo natural” aquel estado de una persona que se levanta en pleno sueño para caminar sobre un tejado o a tocar el piano; y “sonambulismo provocado” el estado de sueño hipnótico. Los antiguos eran muy prácticos al realizarlos en el Somniatricismo, ese sonus medicus de los romanos, que es el estado sonambúlico, pero en lugar de contentarse con caminar o hacer actos sin importancia, se trataba de curar! (existe todavía la Brizomancia o predicciones, según los movimientos efectuados durante el sueño).

Hay, además, la catalepsia, especie de trance, o mejor, estado segundo del hipnotismo. Existen, por otra parte, numerosos grados catalépticos. Los miembros del sujeto caído en ese estado, se mantienen en la actitud en la cual el sueño los ha sorprendido; inmóviles, pero no rígidos, no ofrecen ninguna resistencia al movimiento venido del exterior y se quedan inclusive un momento en la posición deseada por el experimentador. Los miembros del cataléptico parecen ligerísimos; las facultades mentales del paciente son atacadas grandemente, pero como la sensibilidad general subsiste en parte, el hipnotizador puede ponerse en comunicación hasta cierto punto con el sujeto. Se pueden intentar algunos actos llamados de “fascinación”, que hacen que el sujeto quede con la mirada fija sobre la del experimentador y si éste último camina, el cataléptico caminará también, etc.

El paso de la catalepsia a la letargia (y recíprocamente) se produce por la “sugestión” o, también, por medios mecánicos tales como bajar los párpados de un cataléptico para hacerlo pasar a la letargia; se puede inclusive probar no bajar sino un solo párpado y se verá pasar la mitad del cuerpo solamente al estado letárgico, mientras que el otro continuará en catalepsia. Con una ligera fricción encima de la cabeza (vértex) se cambiará la catalepsia en sonambulismo, el más común de los estados hipnóticos.

La Hipnosis fue descubierta en 184l, pero la Mekheness (tomar la responsabilidad) es una Ciencia Antigua de poder supra-normal, de dominio psíquico y de control, de la cual se desconoce el origen.

Algunas operaciones quirúrgicas han sido hechas bajo el efecto del hipnotismo y sin utilizar ningún anestésico, lo cual había sido practicado corrientemente en otro tiempo. La anestesia tiene por efecto privar de la facultad de sentir (contrariamente a la hiperestesia que vuelve más sensible). Se puede anestesiar a una persona de diferentes maneras y siempre con el fin de quitar la sensibilidad del sujeto. Los antiguos anestesiaban con plantas o fumigaciones, como ciertos “brujos” de tribus actualmente. En Egipto existían también los métodos infraneúricos. Una vez más, ciertos sujetos son naturalmente más predispuestos que otros para practicar esas experiencias, al igual que algunos son más aptos para recibir los efectos. Unos tienen el poder de la sugestión y los otros son influenciables. El Dr. Luys de la Salpetriére 13 en París, conocía bien a sus enfermos, a los cuales daba una llamada poción calmante, que era en realidad agua coloreada (nombrada “la fulminante”). Pero su fuerza de sugestión resultaba suficiente para calmar a los pacientes, ya que se trataba principalmente de histéricos muy sensibles, pues, a todo género de influencias. De ese modo varias experiencias han sido hechas con plantas y otros productos, colocados sobre neuróticos que sentían inmediatamente sus efectos. Por ejemplo, la ipeca es esa rubiácea de la Uragoga Ipecacuanha, de la cual se utilizan las raíces en farmacia y que es un irritante para las mucosas, provoca lágrimas, estornudos y vómitos y es un anti-disentríaco específico de la amibiasis (en pequeñas dosis es un expectorante).

Un paquetito de Ipeca colocado sobre la cabeza de un neurótico (y aun sobre una persona bajo efecto hipnótico) provoca náuseas; y aplicándolo sobre el vientre, el sujeto siente la necesidad de realizar sus actos fisiológicos. La atropina (planta medicinal) tiene propiedades asombrosas, particularmente sobre los histéricos: un paquetito conteniendo esta planta produce sobre las personas dilatación de las pupilas, la sequedad de la garganta y otras funciones especiales. La valeriana, el laurel cerezo, etc. son plantas de propiedades extraordinarias que fueron experimentadas sobre los neurópatas. El clorhidrato de morfina no pide más que ser colocado en un tubo pequeño, detrás de la nuca, para provocar emociones violentas de terror; colocado cerca de la mejilla derecha produce la alegría. El ioduro de potasio, en pequeña cantidad, da lugar a bostezos en los sujetos y a la exteriorización de la sensibilidad bajo la hipnosis.

Otros productos tienen efecto sobre puntos hiperalgésicos (lugar de un dolor exagerado) o poseen un poder de hiperestesia (desarrollar exageradamente la sensibilidad, que es lo contrario de anestesia); esta producción es naturalmente más fácil en los puntos llamados “hipnógenos” (zona en la cual la presión o los pases magnéticos pueden producir el estado de hipnosis). Otros puntos sensibles son llamados hipno-frenadores y son los lugares que uno toca para despertar al enfermo dormido bajo el estado de hipnosis.

El magnetismo, ciertamente, conocido desde la más lejana antigüedad fue, sin embargo, puesto en práctica verdaderamente por Mesmer, al punto que ha sido llamado a menudo mesmerismo. Francisco Antonio Mesmer nació en 1734 en Weil, Alemania; ese doctor en medicina se hizo notar por la tesis que él presentó sobre la influencia de los planetas. Más tarde abrió una casa de salud en la cual trató a sus enfermos por medio de imanes y después por medio de las manos solamente. Fue él quien emitió la teoría de la existencia del magnetismo animal (o gravitación, según se le decía en 1773). Los sabios de Viena, donde él trabajaba, naturalmente se sintieron molestos y protestaron tanto, que Mesmer se vio obligado a viajar. En París (1778) publicó varios artículos (en particular “Memorias sobre el descubrimiento del magnetismo”) e inventó, en fin, su famosa cubeta que tanto éxito tuvo en las curas colectivas. Vino, después, la lucha contra los antiguos alumnos y, a pesar de todos sus esfuerzos, Mesmer no pudo obtener el apoyo de las autoridades francesas y regresó a Alemania donde murió en Merseburgo en 1813.

Deslon, médico del Conde de Artois, fue uno de los alumnos más conocidos de Mesmer, y sostuvo luchas vigorosas en favor de la nueva ciencia en la Facultad de Medicina. Fue el autor de “Observaciones sobre el magnetismo animal”, que hizo furor, pero que le valió la expulsión de las deliberaciones de la Facultad durante un año y la amenaza de ser borrado del cuadro de la Orden.

Los discípulos de Mesmer crearon una Institución (Sociedad de la Armonía) y fue el abogado Bergasse y el banquero Kormann quienes se encargaron de ella. La Sociedad de la Armonía fue fundada algunos meses más tarde con una suscripción de 340.000 libras. Como una consecuencia de la presentación ante la Facultad de un acto de magnetismo en ausencia de Mesmer, éste se conmovió por la divulgación de sus secretos y encargó a sus discípulos más devotos crear una asociación por lo menos de cien personas. Dicha asociación se comprometía a mantener el secreto, pero en cambio recibía las comunicaciones del Maestro. Esta sociedad hizo mucho ruido y la lucha comenzó entre los “deslonianos” (partidarios del magnetizador Deslon) y los “mesmerianos” (discípulos del Maestro), querellas inútiles, por otro lado, ya que los dos jefes se habían reconciliado desde hacía tiempo! Durante cuatro años las cosas se prolongaron largamente hasta el día en que el Gobierno Real designó una comisión, en la cual los “comisarios” fueron escogidos por los miembros de la Sociedad Real de Medicina y de la Academia de Ciencias (De Jussieu, Franklin, Lavoisier, Bailly, Guillotin, Darcit, etc.). Andry, “comisario” de la Real Sociedad de Medicina confirmó sin embargo, en 1771, la acción real de los aparatos del Abate Lenoble (al igual que el comisario Thouret) y eso dio comienzo al reconocimiento oficial del magnetismo.

El Jesuita P. Hell, profesor de Astronomía, realizaba maravillas alrededor del 1774 en Austria; curaba con barras imantadas y como él se había desembarazado por sí mismo de un reumatismo conocido por todo el mundo, ese curandero vienés obtuvo rápidamente una buena reputación con pruebas de apoyo. No queda ninguna duda de que se había documentado en las fuentes del célebre Paracelso, que fue ciertamente el primero en profesar la fisiología humana y natural.

Hemos tenido ocasión de citar varias veces a ese gran taumaturgo, iniciado valioso, médico-hermetista, nacido cerca de Zurich en 1493, el cual supo dar todo su valor a la Gran Ciencia Sagrada. Paracelso (su verdadero nombre fue Aureolus Ph. Theophrastus Bombast von Hohenheim) no tiene equivalente sino con Heinrich Cornelius Agrippa, ese otro gran sabio nacido el 14 de Septiembre de 1486, cerca de Colonia. Filósofo-médico, profesó en todas las condiciones y escribió numerosos libros, que son ejemplo de enseñanza (“De incertitudine et vanitate scientiarum”, “De occulta philosophia”, “Declamatio de nobilate et praecellentia feminei sexus, etc.). Hablaba 8 lenguas y demostró ser un verdadero maestro del esoterismo. Su “Tratado de filosofía oculta”, bajo “clave” iniciática resulta magnífico, pero pocas personas pueden captar su importancia. El mismo declaró que todas sus obras sobre la astrología, las virtudes del magnetismo, la alquimia, etc. resultarían falsas si se quisieran interpretar a la letra y que se debía buscar en ellas el sentido místico. Murió en Grenoble, después de haber dejado a Francia una bella colección de obras sobre medicina y, sobre todo, varios estudios sobre las plantas.

Es preciso citar aún a Caste, el magnetizador que trabajaba sobre cadenas de 150 a 200 personas por medio de electrizaciones sin aparatos. Caste probó, sobre todo que por la concentración se pueden obtener efectos galvánicos comparables a los de la pila Volta y las botellas de Leyden. Otro alumno del “mesmerismo”, que fundó por otra parte una escuela de magnetismo en Lyon (Francia), es el Caballero de Barbarin (su hermano fundó una “Sociedad de Armonía” en Holanda). El Caballero de Barbarin curó bastante, pero a distancia, y su agente para operar era el Alma. Debido a ese hecho, los sectarios de Barbarin tomaron el nombre de magnetizadores “espiritualistas”, en oposición a los “fluidistas” de otras escuelas magnéticas (que cuentan aún con los “polaristas”, los “voluntistas”, etc. según el método empleado).

En fin, el magnetismo nació verdaderamente (o renació de nuevo si se prefiere) y el Conde de Szapary escribió “Magnetoterapia”, una de las obras más importantes sobre esta ciencia. Varios aparatos fueron rápidamente construidos, como los “dinámetros vitales”, que revelan la electricidad animal denominada a veces como fluido vital, ondas nerviosas, magnetismo, etc. el biómetro, el magnetoscopio, el estenómetro, el magnetómetro, y otros medios, fueron rápidamente encontrados para medir la fuerza magnética humana.

El Barón de Reinchembach, químico de Viena, concibió la idea de un principio especial de fuerza, denominado el OD. La fuerza “ódica” es el efluvio que se puede constatar con el galvanómetro del Conde de Puyfontaine, que en 1876 estableció un aparato para verificar el fluido de la voluntad. Sosteniendo los electrodos y, por un efecto de voluntad, es fácil constatar las desviaciones de la aguja, debido al fluido que recorre el circuito (neuricita, nombrada a veces, agente néurico) 14.

El OD es el principio especial de fuerza que se encuentra en todos los cuerpos de la naturaleza, pero especialmente acumulados en ciertos puntos en circunstancias determinadas. El OD tiene polaridades positivas y negativas en repulsión o atracción sobre un péndulo y se puede emitir por medio de “pases”, como el fluido magnético. Reinchembach da el nombre de “Hoheo” al chorro de la extremidad de los dedos de ese agente, que se puede percibir por medio de un airón flameante (con los colores azulado, rojizo, amarillo o gris).

Los “voluntistas” son los magnetizadores partidarios de la emanación del pensamiento y de la voluntad, como únicos agentes de la acción. Los “ondulacionistas” explican todos los fenómenos con la ayuda de la sugestión o de la trasmisión del pensamiento. Los “polaristas” son los doctores del género mesmeriano que comparan las células del cuerpo a otro tanto de pequeñas pilas, ligadas las unas a las otras formando baterías de pilas poseedoras de polos como las baterías eléctricas. Esas familias se agrupan y constituyen baterías más grandes provistas también de polos. El agrupamiento final de todas las baterías magnéticas celulares (es decir los cuerpos enteros) tendrá sus polos igualmente. Están surcadas por corrientes en direcciones diferentes, corrientes análogas a aquellas de pilas e imágenes.

Recordemos que la célula (originalmente llamada nervio-célula) o ganglio-célula y después cuerpo celular en el sentido erróneo de nervio-célula, ha dado nacimiento a la palabra neurona para nombrar las células enteras. Las neuronas (células nerviosas) tienen diferentes formas y volúmenes; todas consisten en un núcleo que, con una cantidad de protoplasma alrededor, constituye el cuerpo de las células15.

En fin, es preciso mencionar todavía la “metaloterapia” con el Dr. Perkins, que en 1779 inventó unos pequeños flujos llamados tractores. Esos pequeños instrumentos hechos de metales diferentes, eran reunidos por su extremidad más gruesa y terminaban en punta, mientras la otra extremidad quedaba obtusa. Esas espigas deslizadas sobre la espalda de ciertos enfermos, calmaban el dolor. El Dr. francés Burq demostró las polarizaciones del cerebro por medio de métodos de metaloscopia. Con un diapasón de vibración, o ciertos metales sobre todo, la electricidad puede también operar la transferencia como los imanes. Los tratados de los doctores Douglas Aigre - L. H. Petit y Dumontpallier son muy interesantes a ese respecto. Burq se hizo de cierto renombre, sobre todo por su tratamiento con los metales; su método terapéutico consistía en colocar una pieza de oro (o de plata o de cobre, etc.) sobre la piel de los enfermos. Confesamos que se trataba sobre todo de enfermos de origen histérico y que la simple sugestión podría curarlos16.

El Dr. Burq vino a tocar de nuevo, ciertamente, por su cuenta, algunas teorías conocidas desde hacía tiempo por los orientales; el sistema de puntas metálicas es conocido en la acupunctura china y la teoría de las polarizaciones fue tratada desde la más remota antigüedad por los Yogis de la India.



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LA ACUPUNTURA



Después de Mesmer, Georget, Du Potet, Foissac, Husson, Deleuze, Oudet, Berna, Bertrand, etc… el arte medical ha hecho grandes progresos, no solamente en la ciencia de curar, sino sobre todo en su espíritu de tolerancia. Poco a poco, se ha visto regresar a los hombres de ciencia, a concepciones más amplias que aceptan libremente todos los métodos posibles para venir en ayuda de la humanidad.

Sir Arthur Eddington, agregado al Cornell University, expuso la necesidad de otorgar a la ciencia una comprensión espiritual. Notablemente ha dicho: “El científico tiene una concepción mística mayor que la poseída en el pasado siglo”. Ese sabio confiesa, por otra parte, “no estar seguro de que el matemático comprenda este mundo mejor que el poeta o el místico”.

El eminente sabio Ambrose Fleming, perfeccionó las válvulas termoiónicas (dobles-electrodos) en enero de 1935, para la “Philosophical Society of Great Britain”. Por otra parte declara: “El origen del hombre debe ser mirado como la fuerza creadora de un Creador auto-consciente”. Admite también que los milagros bíblicos no pueden ser estimados más como simples supersticiones; la resurrección de Cristo, por ejemplo, es uno de los hechos más testificables de la Historia.

Con Freud y, sobre todo, Jung, la Ciencia se ha vuelto de nuevo hacia el oriente y sus métodos antiguos y si numerosos países han reconocido ya oficialmente la astrología y la cosmobiología17, el magnetismo, la radioestesia y muchos otros sistemas que eran clasificados hace algunos años todavía como pseudo-ciencias (¡o ciencias ocultas!),18 sin embargo, existe un nuevo método de cura, que intriga un poco al Consejo de la Orden de los médicos.



Ese método, varias veces milenario, es la acupuntura, ciencia terapéutica que está volviendo a tomar un auge extraordinario. En Francia, por ejemplo, donde se contaba con tres “acupuntores” hace 25 años, se cuenta hoy día con más de 200 médicos que practican este método diariamente. George Soulié de Morant (1878-1955) fue quien reveló la acupuntura en Francia a su regreso de Shangai (donde ejerció como cónsul), y quien se encuentra muy al principio del esfuerzo por el reconocimiento legal de este método. (Los Servicios de Seguridad Social devuelven el precio de las sesiones y consultas regulares de Acupuntura que tiene lugar en numerosos hospitales y algunos dispensarios).



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¿Cómo nació la acupuntura? Como tantas otras cosas, no se sabrá jamás el origen exacto de esta ciencia china, pero se cuenta que hace más de dos mil años antes de nuestra era, los médicos habían notado que los guerreros regresaban de las batallas curados de enfermedades que padecían desde hacía largo tiempo. Después de una serie de deducciones, los doctores chinos hallaron que, después de haber recibido heridas de caza o de guerra, algunos hombres se encontraban calmados de males que habían tenido precedentemente y que esas curas inesperadas se debían al pinchazo de puntas metálicas. Eso bastó para comenzar la búsqueda de puntos especiales que pudieran calmar ciertas afecciones. De ese modo se catalogaron 800 puntos en las superficies del cuerpo humano que picados con una aguja de metal (o por aplicación de una especie de punta de fuego llamada “moxa”) ofrecían alivio y aun la cura de ciertos males.

Pen Ch’iao (el cual es conocido como uno de los 6 dioses de la medicina china) pretende que todos los hombres poseen 13 pulsos y que, tomando el pulso, el acupuntor podrá conocer los trastornos internos, ya que cada uno de esos pulsos corresponde a un órgano bien definido.

De ese modo, la nariz puede indicar el estado de los pulmones; los ojos y las cejas, el estado del hígado; las mejillas y la lengua corresponden al corazón; los lóbulos de los oídos a los riñones, etc. y el tratamiento se aplica por medio de pequeñas agujas de metal (plata o también platino) hundidas en algunos puntos bien precisos del cuerpo, a profundidades bien determinadas. Pero, el diagnóstico reclama sobre todo un serio conocimiento de la psicología y muchos acupuntores se ayudan de otro método que ha demostrado sus pruebas igualmente: se trata de la iridología. Esta ciencia consiste en hacer un diagnóstico de los estados orgánicos de una persona, por medio del examen de los ojos, y, más particularmente, del iris.

En la antigüedad existía una ciencia aún más perfecta de ese examen ocular y el médico homeópata húngaro, Con Peckzely, renueva, al final del siglo XIX, ese método, al cual los iridólogos modernos se adhieren todavía, estando de acuerdo acerca de las correspondencias y las comunicaciones de ciertas partes del cuerpo con el iris. El ojo está dividido de ese modo en zonas que corresponden cada una a una función o a un órgano. La afección está inscrita en dichas zonas, según las formas y colores que sólo los iridólogos pueden definir exactamente. Antes del examen iridológico, el color natural de los ojos del paciente debe ser restablecido (tratamiento a base de calcium - chloratum y tierra curativa); solamente después de esa aclaración podrá efectuarse el diagnóstico. De ese modo el reumatismo se descubrirá por la coloración gris y brillante en los sitios correspondientes a los órganos atacados; el asma se indica por una sombra, acentuada en las zonas de las partes del iris que indican los bronquios; la diabetes se distingue por los signos del iris de un gris indistinguible en las zonas sanguíneas y glandulares, en particular en los lugares ocupados por los riñones, el corazón y los pulmones. ¡La fractura de un miembro produce inmediatamente, sobre la capa química interesada del iris, una fisura en la cual la forma es la de la misma fractura! El esguince se manifiesta bajo la forma de una cinta delgada inclinada de acuerdo con la torcedura; un tumor se refleja por medio de signos del iris extremadamente oscuros sobre la capa química, mientras que al cáncer se le ve bajo el aspecto de un corazón de lechuga, etc.

Pero los Cheng-Yen (antiguos sabios) no se limitaban exclusivamente a las funciones materiales y, además del Chenn (palabra china que significa espíritu) otros principios abstractos intervienen en el Sing (naturaleza).

La naturaleza (Sing) es la Ley del Cielo (t’ien-ming) y su observación es el Verdadero Camino (el Tao). Esta Gran Vía (el Tao) puede tener como equivalente el “Yug” de los hindúes (Yoga = identificación), es la asimilación, la unión, la Ley de correspondencia, etc.



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El Tao, que se traduce literalmente por Vía (el Sendero de Iniciación), es el Principio Supremo, encarado metafísicamente; es al mismo tiempo el origen de todos los seres así como también el final. (Es el Marga de los Hindúes).

Ciertos filósofos chinos usan la palabra Tai-i para designar al Gran Uno, el Universo, el AEter no diferenciado y que sería el único principio cósmico al inicio de todas las cosas, pero no existe propiamente hablando el T’ai-Cheu (gran comienzo) o T’ai-Tchou (gran origen); es el Tao el que existe antes de la creación de toda cosa.

El Taoísmo es, con el Confucianismo, la más grande religión del Extremo Oriente (285.000.000 de miembros); fue divulgado sobre todo por Lao-Tzé, contemporáneo de Confucio. Su doctrina es bastante esotérica y reposa esencialmente sobre la metafísica pura; no se apoya sobre el dominio social como el confucianismo, sino que responde más bien a los privilegiados que buscan la Verdadera Luz (el Divino – Cheun - Yen es aquel que ha alcanzado el estado de realización. Tchenn-Yen corresponde al hombre verdadero que ha regresado al estado primordial, lo cual indica a aquel que ha logrado colocarse al centro de la rueda cósmica y que vive en perfecta armonía sin ser afectado por nada).

El Taoísmo responde a un “no-obrar” de una dirección invisible, dominando los acontecimientos del mundo sin tomar parte directamente. Es un método que trata de no mezclarse inmediatamente en los asuntos humanos; es el desinterés completo por la acción; la participación en el mundo es considerada como una simple modificación momentánea; es un elemento ínfimo de la corriente de las formas (¡un punto en la circunferencia!). Todo aquello que es arrastrado en la gran rueda cósmica, cambia, pasa, se transforma, se enerva, pierde algo de su valor y sólo queda lo que permanece unido al Principio, que se mantiene en medio del gran torbellino, (al centro de ese Universo). Naturalmente, quedar inmutable como el mismo Principio es el estado de aquel que ha realizado la identificación del “T’ien” (parte celeste en la cual el símbolo se encuentra también en el corazón del hombre) y se ha convertido en “Tcheu-Yen” (ha llegado al grado más alto).

Para el “Kiun-Tseu” (el Sabio) es preciso ser el centro al que nada afecta en su unidad indiferenciada, es el estado de función de aquel que ha llegado al grado supremo de la Jerarquía Taoista; los otros son estados intermedios entre ese centro y el mundo exterior. Taoísta, en ese sentido, sería como decir en cierta forma Iniciado, ya que corresponde a aquel que ha encontrado la “Vía” (el camino, comprendido desde el punto de vista de la iniciación); los otros no serían sino adeptos y se trataría, pues, más bien de un plano, de un estado, de un grado que de una secta. El trabajo Taoísta tiende sobre todo, hacia la búsqueda del K’i, que designa la sustancia primera indiferenciada y que es el soplo (como el Logos), entendido en el sentido de soplo vital, (un poco como el “prana” de los Yogis). Como energía se le comprende a veces en calidad de la parte inferior del Alma, sensibilidad; puede comprenderse como perteneciente al dominio equivalente al Prakriti de los hindúes. Así como los elementos de la Qabbalah o de la Yoga, el Tao extrae sus dos grandes principios del “Iou” (el Ser) y del “Ou” (que significa el no Ser).

Para los filósofos chinos, todos los seres están confundidos entre ellos sin ninguna distinción; ese es el estado del Hunn-Lunn (el Caos), que puede ser mirado como el tohu-bohu del judeo-cristianismo. De la misma forma que los Yogis, los Taoístas encaran las cosas de este mundo como Houan (palabra que significa “ilusión” y que es un poco como el Maya de los hindúes). Las fórmulas que subsisten después de la conmoción causada por el movimiento, son llamadas Hiao (de las imitaciones), al mismo título que los kouas subsisten en el límite extremo del misterio del Universo; los kouas se convierten entonces en los símbolos y los Hiao en las fórmulas.

Lao-Tzé (escrito a veces como Lao-Tseu) está considerado como el fundador del Taoísmo al constituir una nueva doctrina que él llamó el Tao (la Vía).

Encontrándose un día con Confucio, le preguntó si él había descubierto el Tao: el Camino. Confucio respondió: “Yo lo he buscado durante 27 años y aún no he podido hallarlo”. Lao-Tzé le dio entonces algunos consejos: “El Sabio ama la oscuridad, no se entrega al primer llegado, estudia los tiempos y las circunstancias; si el momento es propicio, habla, si no, se calla. Aquel que es el poseedor de un tesoro no lo muestra a todo el mundo, así mismo aquel que es verdaderamente Sabio, no revela la Sabiduría en todo momento y a no importa quien. Ahí tienes todo lo que debía decirte. Confucio: haz buen provecho de ello”, declaró Lao Tzé.

Este gran sabio no tuvo sino dos discípulos a quienes él confió su enseñanza; esos dos formaron otros diez. Después de haber escrito su única obra, desapareció en el retiro inaccesible del Tíbet y nadie sabe ningún detalle sobre el final de ese Gran Maestro.

El Tao-Te-King, Libro de la Vía y la Virtud (“Te” significa virtud o rectitud), es el único tratado atribuido al Maestro Lao-Tzé. Es de esta obra, extremadamente concisa, que todos los otros escritos fueron desarrollados, sean los comentarios, sean las adiciones a la enseñanza oral de Lao-Tzé. Esta obra que enseña la Vía (el Tao), está basada en los principios metafísicos del esoterismo y de lo supra-normal. El “Te” significa aquello que debe ser seguido para que su existencia sea según el Tao, en conformidad con el Principio. Lao-Tzé se coloca en el orden universal y, en seguida solamente, viene la aplicación, pero aunque trate siempre del hombre, lo hace en el sentido de relación al Principio Superior y jamás como en la enseñanza de Confucio, al rango social o en el dominio de la práctica.



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El Maestro Kong-Tseu, que los occidentales han llamado Confucio, es el fundador de la doctrina que lleva su nombre, en la cual él se aplica a dar una enseñanza exotérica, una aplicación de los nuevos principios conservando las bases tradicionales, una lección para el pueblo, al contrario de su contemporáneo Lao-Tzé que se mantiene en la forma esotérica.

Yo soy un hombre que ama a los antiguos y que hace todos los esfuerzos por adquirir sus conocimientos”, decía Confucio (referido por Liun-Yu, capítulo VII). Nació en el año 551 antes de nuestra Era, en la provincia de Shangtung (Ku-Fu) y perdió a su padre, (Gobernador de la ciudad), a la edad de tres años y a su madre al cumplir los 24. Es en ese momento que se retiró durante tres años para meditar, más tarde viajó y predicó su doctrina. Tenía más de 600 discípulos, todos en actividad misional, cuando murió a la edad de 72 años. Su nombre quedó como sinónimo de Sabiduría, ya que supo permanecer humilde y al alcance del pueblo, a pesar de sus grandes conocimientos. Confucio (Kueng-Fu-Tseu, llamado también King-Fu-Tsé) es considerado por muchos como un Mesías (se dice, por otra parte, que su nacimiento fue partogenésico); realizó milagros y es seguro que su retiro fue una estancia efectuada en los Colegios de Iniciación, siguiendo la evolución de todos los Maestros venidos a instruir a la Humanidad (Hunahpu, Huiracocha, Quetzalcóatl, Lao-Tzé, Gautama-Buda, Jesucristo).

Confucio confesaba que él no había nacido al Conocimiento, es decir, que no había llegado al Saber Supremo; confesaba no poseer el grado necesario para la enseñanza de la metafísica y lo supra-normal; él conocía los síntomas, pero no el sentido profundo, por lo que, basándose en la tradición, se limitaba a ofrecer un método de vida al alcance de su competencia. Confinada únicamente en el plano práctico, esta rama de la doctrina tradicional no debe ser, sin embargo, mirada como rival del Taoísmo, teniendo ambas: una raíz común en las tradiciones anteriores (una exotérica y la otra esotérica). La Tradición propiamente china, se remontaría a un conjunto de obras de más o menos 4.000 años antes de la Era Cristiana (aproximadamente como al comienzo de la Tradición hebraica).







La base de la enseñanza tradicional en China está compilada en cinco Libros: los Ou-King con las cuatro obras Seu-Chou que se califican de Ta-hio (el gran estudio) que es, por otra parte, el título de uno de los cuatro libros (Seu-Chou) y del conjunto de Obras estudiadas por Confucio para la formación de la enseñanza clásica.

El historiador chino See-Matsien ha definido muy bien las posiciones respectivas de las dos principales doctrinas que dividen la filosofía extremo-oriental (Taoísmo y Confucianismo); es él quien comenta de manera muy explícita el encuentro entre Lao-Tzé y Confucio.

El gran Pensador Tchouang-Tseu (fin del siglo IV antes de nuestra Era) es con Lao-Tzé y Lie-Tseu uno de los personajes más ilustres de la filosofía tradicional. Fue un comentarista taoísta muy severo, dirigiendo todas sus ironías contra el Confucianismo.

Lie-Tseu, cuyo nombre completo es Lie-U-K’eou-Tzé, vivió hacia el final del siglo V antes de la era cristiana. El Maestro Lie fue un célebre escritor, poseedor de las ciencias tradicionales. Discípulo de Hou-K’iou-Tseu, no se proclamaba jamás como tal, por miedo de disminuir a su Maestro. Cita a menudo a Pai-Houn-Ou-Jenn (otro discípulo) como ejemplo de sus narraciones. Tenía costumbre de decir: “Lo mejor que uno puede decir es: callarse; lo mejor que uno puede hacer es: no actuar”! Seria el autor del “Tch’oung-Hu-Tcheu-Te-Tchenn-King”, Libro del Vacío y de la Virtud Perfecta, (conocido bajo el nombre de “Tch’oung-Hu-Tchenn-King, según decreto imperial 742), cuyo título fue adicionado por el decreto 1007 que le agregó: “y de la virtud perfecta” en reconocimiento de los altos valores del tratado que comprende 8 capítulos. Pero después, algunos pasajes han sido escritos por los discípulos del Maestro Lie, y aún más tarde, por los discípulos de sus discípulos, que agregaron narraciones taoístas que se trasmitían de labio a oído.

El “Nan-Houna-Tchenn-King” es atribuido a Tchouang Tseu; libro de 33 capítulos que se asemeja un poco al “Tch’oung-Hu-Tcheu-Te-Tchenn-King”. Esas dos obras tienen fuentes comunes y son las bases de la enseñanza, con el Tao-Te-King.

El discípulo preferido de Confucio fue ciertamente Yen-Houei (que significa: abajo hacia los manantiales amarillos); pero es preciso citar todavía a Tseu-Hia, cuyo verdadero nombre es PouChang, quien fundó una escuela confucianista en el país de Wei, del cual era originario; fue también el preceptor del Marqués Wenn.

Lie-Tseu cita a menudo como Héroe Taoísta a Yang-Tcheou y lo presenta a veces como un discípulo de Lao-Tzé (lo que parece dudoso), mientras que el Maestro habría confiado el Tao-Te-King a Kouan-Yinn-Tseu (o Yinn-Hi: el guardián del paso). En su capítulo XXXIII, Tchouang Tseu escribe: “Oh, Kouan-Yinn! Oh Lao-Tzé! vosotros contáis entre los grandes hombres de todas las Edades...”. El otro discípulo de Lao-Tzé sería K’ang-Ts’ang-Tseu (llamado Keng-Sang-Tch’ou), autor del Libro “Toung-Ling-Tchenn-King”.

El Maestro de Lie-Tseu fue Hou-K’iou-Tseu-Lin, gran pensador chino, llamado más corrientemente Hou-Tseu y que decía: “Hay siempre un productor que no ha sido producido, un transformador que no ha sido transformado. Ese no-producto puede hacer todas las producciones; ese no transformado puede hacer transformar todo lo transformable. El productor no puede: no producir! el Transformador, no transformarse y de ese modo hay siempre una producción y una transformación. Aquello que siempre produce y que siempre transforma no queda jamás sin producir ni transformar: tal es el origen del Yang y del Yinn.

Esas teorías eran conocidas desde la más alta antigüedad en la China y el Emperador Yao, quien vivió en el siglo XXII antes de nuestra Era, había ya anotado ideas semejantes (es Choun quien le sucede). Su saber le venía, sin duda, del Gran Yu, el primer emperador de la primera dinastía china, que fue sobre todo célebre por los esfuerzos que hizo para regularizar el curso de los ríos en el siglo XXIII antes de la Era Cristiana.

Es preciso, sin embargo, remontarse aún más lejos en el tiempo, para encontrar la verdadera cultura china con Houang-Ti (el soberano amarillo), ese emperador que con Fo-Hi y Chenn-Noung, se coloca entre las figuras legendarias más grandes de la Antigüedad extremo-oriental. Su reino es del tercer milenio antes de nuestra Era. Esa edad de Oro fue, sin embargo, un poco alterada por ese monarca que, con ayuda de sus innovaciones, quitó un poco de la sencillez natural. Tuvo tres períodos diferentes: 1) cuidados egoístas; 2) periodo de cuidados altruistas; 3) periodo de no-actuar y de realización interior; fue solamente en esta última época que pudo, sin cumplir ningún acto gubernamental, lograr mantener el orden de su imperio.



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Fo-Hi nació en Houa-Su (al oeste de la provincia, de Yen y al norte de T’ai) y su nombre es agregado al conjunto de conocimientos que constituyen la esencia de toda la tradición china. La filosofía de Fo-Hi es una ética del género budista y similar al Taoísmo antiguo. El único libro que ha llegado hasta nosotros es el Yi-King la última de las tres obras de Fo-Hi y su texto es en tal forma sintético, que difícilmente puede ser comprendido y se presta a diferentes interpretaciones, lo cual ha producido numerosos comentarios. El Yi-King (libro de los cambios) trata en claro, los diferentes objetivos iniciáticos para aquellos poseedores de las “llaves”, ya que el sentido profundo no se ofrece fácilmente y es una de las obras más típicas que quedan de ese género.

Yi es una palabra china que se usa para definir el “cambio”; es en cierta forma el estado de imposible realización de “Hounn-Lunn”, (el “Tohu” en el sentido de la enseñanza del Sepher de Moisés, es el Caos del cual se hace mención en el Génesis). Este estado no está limitado por ninguna forma, puede cambiar y convertirse en UNO (según el emblema de la Franc-masonería: “Ordo ab Chao”).

El “Yi” es el paso del no-ser al Ser, es pues, en cierto sentido, la primera coagulación que concluye en el Punto Primordial (como el Ishvara de los hindúes). Esta concentración es la creación del mundo (Brahmanda del Vedismo), cambio que no puede afectar en nada al Principio, el cual es trascendente; de otro modo, nos alejaríamos del pensamiento chino que es completamente extraño al Panteísmo.

En el Yi-King encontramos también las indicaciones para distinguir todas las influencias que pueden ser definidas por los Kouas.

Sabemos ya que esos trigramas chinos son el resultado de la combinación de los principios Yang y Yinn, representados por líneas enteras y divididas, según la polaridad de lo que representan. (ver mi libro “Yug, Yoga, Yoghismo, una Matesis de Psicología” con las ilustraciones). Las disposiciones, ocho en total, han quedado como los símbolos fundamentales de la Tradición extremo-oriental.

Tres trazos plenos (3 veces el valor del Yang) que representan el KIEN (Cielo);

Tres trazos rotos (3 veces el valor del Yinn) que son el KHOUEN (la Tierra);

Un trazo roto entre dos plenos, (valor uno “negativo” y dos “positivos”) LI (Fuego);

Un trazo pleno entre dos rotos (1 positivo por 2 negativos); es el KHAN (el Agua);

Un trazo separado al exterior del mandala y dos plenos al interior, es el TOUEI (Pantano); un trazo separado hacia el interior y los plenos al exterior; SOUEN (el Viento);

Un trazo pleno al exterior y dos abiertos al interior: es el KEN (Montañas);

Un trazo pleno al interior y dos rotos (hacia el exterior), es el TSCHEN (el Rayo).

En esos trigramas de Fo-Hi, presentados como en un octógono, los cinco elementos simbólicos (Fuego-Madera-Tierra-Metal-Agua) ocupan lo bajo de la figura y el elemento aire está representado por los 3 Kouas superiores. Un estudio particular debería ser hecho para el análisis de esos “elementos”, pero esto traspasa el marco actual de nuestra exposición. Se notará rápidamente, sin embargo, que los Kouas situados en lo bajo de la figura, están constituidos por una mayoría de polaridad Yinn (negativo), simbolizada por las líneas rotas, mientras que los 3 de lo alto de la figura, son una mayoría de Yang (positivo) simbolizados por los trazos plenos. De la misma manera, las viejas filosofías chinas encaran cinco “elementos” (y no cuatro, como la antigua física occidental) pero, por el contrario, el Aire no ha sido tomado en cuenta, ya que es reconocido como un “super-elemento” y del dominio divino. Toda la Alquimia reposa sobre la Madera, el Fuego, el Agua, la Tierra y el Metal, que se asimilará rápidamente con un poco de buen sentido y comprensión de la cultura oriental. El aire es el suplemento indispensable y primordial, es el principio supra-normal, que debe intervenir en las operaciones, pues tiene su dominio en el Kien (Cielo) y se extiende a dos principios derivados: Touei (los Pantanos), del cual se escapan los gases en “aire viciado” y “Souen”, (las Nubes) donde el “aire” es puro y sigue su transformación a través de ciclos evolutivos.

(Notemos que en música los chinos usan igualmente solo cinco notas: Nan-Kia-Houang-Jouei-Pinn = do-re-mi-sol-la y las cuerdas de instrumentos se llaman: chang-kio-yu-tcheu-koung). Los Iniciados chinos practican también un sistema Yoga bajo el nombre de Koung-Fou, que es una especie de gimnástica medicinal consistente en varias actitudes (como las asanas de los hindúes) y, con modificación o ritmo de la respiración (como los pranayamas de los yogis de la India y el Tibet). El Koung-Fou fue sobre todo vulgarizado como procedimiento terapéutico muy antiguo, con el cual los chinos combaten un cierto número de enfermedades (a semejanza de la Hatha Yoga). La práctica del Koung-Fou permite alcanzar el Tien-Chan simbólico, como el Kailas del Tíbet; el Tien-Chan es la montaña sagrada de los chinos, los jardines encantados de los tártaros, lo mismo que la Asgard de los Escandinavos.

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Naturalmente todo reposa siempre sobre los dos grandes Principios de polaridad: el masculino Yang y el femenino Yinn.

Yang es el principio activo y dinámico (que se representa por un trazo pleno) y Yinn el principio pasivo (representado por la línea rota); son como una especie de polarización de la suprema Unidad Metafísica y conservan el equilibrio del Tsing-Chenn que son las Fuerzas Vitales, la parte del cielo, como dicen los filósofos chinos. Es ese el símbolo del T’ien que se encuentra en el corazón del hombre; también del Tsing como lo hemos visto precedentemente. En el cuerpo (T’i) todo es mantenido gracias al Yang y al Yinn, pero como en la teoría del Prana y de la Apana de los yogis, el Yang y el Yinn se encuentran dondequiera y en todas las cosas.

Es sobre el estudio de esas polaridades que está basada, por ejemplo, toda la farmacopea china, donde se encuentran los productos más inesperados como medicamentos. El coral es empleado en las afecciones de los bronquios; la piel del búfalo es administrada contra la hemoptisis; el carapacho del cangrejo contra el cáncer; las liendres de los piojos contra las mordidas de los reptiles; la hiel de los osos contra la fiebre biliosa; la sangre de la anguila contra las afecciones de los ojos; los huesos del tigre contra la parálisis; el hígado de las cabras contra las afecciones hepáticas; el gusano de seda contra la epilepsia; el lagarto desecado contra las afecciones de la piel; la luciérnaga contra las afecciones oculares; la gelatina de cuerno de ciervo como fortificante; el bezoar de buey contra la lepra (el chaulmoogra es conocido igualmente por supuesto); la milabris contra la sífilis; el carapacho de tortuga de agua contra la fiebre; la cigarra contra la parálisis. En las plantas se encontrará el gengseng como poderoso afrodisiaco; el arbusto como analgésico en los dolores renales; el alcanfor eficaz contra la diarrea; el sándalo contra las enfermedades del pecho; el ruibarbo contra la constipación; la ofioglosis contra la tos; el áloe contra las afecciones hepáticas; la tuya contra las enfermedades de la piel; el jengibre excelente tónico y estimulante, y una larga lista todavía como la agrimonia, el bambú, la valeriana, la pimpinela, la ortiga, el jequirití, el frijol, la menta, la barba de chivo, la asafétida, la artemisa, la aristoloquia, la clemátide, etc.

El opio encuentra un uso frecuente también y es naturalmente, gracias a los pueblos orientales, que nuestra ciencia fue enriquecida de numerosos productos empleados aún diariamente.

Del “papaver somniferum album” (papaverácea) el opio es el látex espeso, obtenido por la incisión de cápsulas de adormidera. En el análisis, el contenido más importante es el narcótico (5% en el opio).

La morfina trabaja sobre el sistema nervioso muy enérgicamente como narcótico y los centros psíquicos son atacados primero, determinando la euforia y la somnolencia.

La codeína, menos analgésica, menos tóxica, deprime el centro de la tos. La “narcotina” tiene una acción análoga a la de la morfina, pero la acción sobre el centro respiratorio es diferente; no deprime, es convulsivante. Se le utiliza también con el opio (pero no al estado puro).

El opio entra en la composición de numerosos medicamentos aún modernos (por ejemplo: elíxir paregórico, láudano, en los jarabes, las tinturas, las píldoras, los emplastos, etc.)

En fin, la acupunctura (de “acus” punta y “punctura” picada) reposa sobre un método que permite restablecer el equilibrio de la energía vital. Todas las enfermedades dependen de la ruptura del equilibrio en la repartición de las polaridades (Yang y Yinn): se trata de saturar o descongestionar a voluntad los órganos, según que posean un exceso de tal o cual principio (positivo o negativo). Esta teoría es debida en gran parte, es preciso decirlo, a nociones metafísicas muy abstractas, pero sin embargo, indispensables de conocer para una idea de la medicina china. El Yang (plenitud) es simbolizado por el fuego, el metal, el rojo, la fuerza, etc. Así será igualmente para las enfermedades congestivas, o sobre-excitantes, mientras que lo débil, como todo aquello que caracteriza el malestar o la atonía, será del tipo Yinn.



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El cuerpo humano está dividido en “meridianos”, de los cuales los dos grandes grupos son:

1. - Aquellos que circulan sobre el lado externo de los miembros (Yang) como la correspondencia del intestino delgado, el intestino grueso, el estómago, la vesícula biliar, la vejiga y el Triple Calentador (llamado generalmente los talleres, ya que representan los órganos donde las sustancias externas son transformadas en energía).

2. - Los que circulan sobre el lado interno de los miembros (Yinn), como los meridianos del corazón y de la envoltura del corazón-sexualidad, los pulmones, los riñones, el hígado y el bazo páncreas (llamados también los tesoros, ya que hacen circular y purificar la sangre).

Es preciso saber también que la energía circula en esos meridianos con un horario (circuito completo en 24 horas) y que cuando ella pasa por un meridiano: el órgano correspondiente se encontrará al máximo de su función. De ese modo, para controlar la energía, los médicos chinos se basan sobre esos pasos para fortificar o frenar un meridiano precedente y tonificar o calmar el otro meridiano que sigue (procedimiento de la Madre y el Hijo).

El “procedimiento del Marido y la Mujer” consiste en poner al abrigo un órgano que está en relación directa con otro órgano enfermo.

Las relaciones entre meridianos son muy numerosas (diferencias de energía según las estaciones, temperaturas, lunación, etc.)

Antes de proceder a las picadas, el acupuntor hace su diagnóstico, ya lo hemos dicho, por el examen de los pulsos. Es un estudio muy sabio aquel de los trece pulsos, mientras que nuestra medicina occidental se limita, generalmente, a la toma de las muñecas para constatar las pulsaciones del corazón.

Las diferentes arterias indican de una manera precisa el funcionamiento de cada órgano y los chinos habían adquirido, una gran destreza, palpando hasta 47 calidades de pulsos (el aparato del japonés Morita presenta las curvas de esos diferentes pulsos, en los cuales los trazos son claramente diversos). Es preciso a veces, oprimir sobre el trayecto de una arteria, para definir otra, bajo esta superficie, y comprimir aún más para encontrar un tercer pulso correspondiente aún a otro órgano.

Una vez terminado el estudio de los pulsos, el acupunctor deberá conocer bien a fondo los “puntos” terminales nerviosos; se sabe también que actuando sobre algunos, se podrá hacer pasar la corriente de un meridiano a otro; ese es el conocimiento de los “Lo” (término para los puntos que forman como un corto-circuito).

Se han encontrado estatuillas marcadas así, con puntos conocidos en acupuntura y que datan de veintidós siglos, antes de nuestra Era. El Dr. J. Giés en “La medicina china milenaria y moderna” escribe: “Los puntos tienen apenas 2mm de diámetro. Están situados al fondo de una cúpula que se puede percibir buscando con la extremidad embotada de un tallo redondeado. Por nuestra parte, una búsqueda más precisa nos ha permitido siempre constatar una anestesia a la picada ligera, al centro del punto que está rodeado de una corona hiperestésica”.



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Una experiencia milenaria ha llevado a clasificar esos puntos en la forma siguiente:

Puntos tonificantes, cuya excitación fortifica el órgano.

Puntos calmantes, cuya picada “dispersa” la hiperfunción, el espasmo o la contracción del órgano.

Puntos “fuentes”, cuya excitación regulariza el órgano. Si este último no responde a la primera solicitación, ese punto apoya la acción del tonificante o del sedativo.

Puntos de “asentimiento”, que se pican para fortalecer, sin acelerar, y calmar las inflamaciones; están todos reunidos a lo largo de la columna vertebral; su acción nos ha parecido a menudo extraordinariamente poderosa.

Puntos “heraldos”, que “claman” el dolor. Esos puntos son espontáneamente dolorosos para cada órgano. Tienen o no, una topografía precisa. Se les pica en caso de dolor localizado.

Los meridianos son doce (pares y simétricos). Los que corresponden al “Yang” son:

Teniendo como órgano equivalente: el intestino grueso (a las 5 horas al pulgar y a las 7 la energía ha realizado el trayecto hasta la sien, un poco más arriba del ojo).

El meridiano del estómago (que desciende hasta el pie, para encontrarse a las 9h. en el dedo gordo del pie).

El Triple Calentador (funciones digestivas, respiratorias y genito-urinarias) (en el dedo mayor a las 21h. y arriba del oído a las 23 h).

Vesícula biliar, que continúa el precedente, descendiendo al pie (dedos del medio, a la hora).

Meridiano del intestino delgado (dedo meñique de la mano a las 13 h.; la energía se encontrará cerca de la pituitaria a las 15 h).

Meridiano de la vejiga siguiendo al precedente (llegará al dedo pequeño del pie a las 17 horas).

Los correspondientes al “Yinn” son:

El meridiano del riñón (cuyo trayecto de la energía sigue al meridiano de la vejiga) partiendo del dedo pequeño del pie (17 h.) llega (a las 19) al corazón.



La envoltura del corazón (meridiano corazón-sexualidad, significando circulación arterial y venosa) sigue al precedente hasta el dedo mayor (21 h.)

Bazo-Páncreas (partiendo del dedo gordo del pie a las 9 h. para tocar la energía al corazón a las 11).

Meridiano del corazón (siguiendo al precedente), yendo al dedo pequeño de la mano (13 h.).

Meridiano del hígado, partiendo del dedo medio del pie (a la 1 h.) para ir a los pulmones (3 h.)

Meridiano de los pulmones (sigue al precedente llegando al pulgar a las 5 h.)

Otros dos grandes meridianos vienen a agregarse (son impares y medianos); es el Vaso de la Concepción (Jenn-Mo), que va del pubis a la boca y el Vaso Gobernador (Tou-Mo), que sube a lo largo de la columna vertebral.

Fuerte en esas nociones que reclaman un largo estudio y, aún una más larga experiencia, el médico acupuntor hunde sus agujas de metal en puntos precisos y a una profundidad determinada (con la ayuda de un mandril que sirve de tubo-guía, en el cual la aguja será introducida; una vez que el mandril es retirado, la aguja será hundida más adentro por un pequeño movimiento de atornillado, si se trata del método japonés).

El metal rojo (oro) será empleado para tonificar (símbolo del Yang) y el metal blanco (platino o plata) para los efectos sedativos (principio del Yinn). Se utilizan generalmente agujas de cabeza pequeñita y de 2 a 3cm de largo (6 a 8/10mm de sección). Las agujas japonesas son más largas.

Las agujas, una vez colocadas (generalmente una docena), serán dejadas así durante 30 segundos, si se trata de ciertas dispersiones, o 30 minutos para activar ciertos órganos. Los antiguos sabios chinos aseguraban que bastaban cuatro picadas, y que a veces una sola, para finalizar la enfermedad. Después de haber retirado las agujas, se pueden aplicar inmediatamente sobre el “punto”: algunas moxas. Se emplean particularmente en los países húmedos e indistintamente sobre viejos y niños. Las moxas (del japonés mogusa) significan tanto la acción como el mismo cuerpo candente. Se hacía generalmente quemar sobre un “punto” un pequeño cono de Artemisa; en occidente se ha utilizado un tubito de metal mojado en agua hervida para tocar así los lugares especificados. Se trata a veces de simples roces y en ese aspecto los chinos tenían igualmente el masaje, que se practicaba sobre todo por medio de fricciones del pulgar (y aún con la ayuda de la uña solamente) en puntos bien precisos, estirando la piel e inmovilizándola hasta el plano sub-cutáneo, si se trataba de tonificar.

Aquí nos reunimos al método que Georges Knapp preconizaba y sobre el cual trataremos en el próximo tomo.



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1La teoría de las mareas supone que una estrella pasa muy cerca del Sol. Una inmensa marea de materia solar fue por ello arrancada al cuerpo del Sol y levantada hacia la estrella que pasaba, pero esa marea quedó en el dominio del Sol y es de esta materia que fueron formados los planetas. De acuerdo con esta teoría, la masa así arrancada se rompió en pequeños fragmentos, que se condensaron en el espacio. Algunos fueron eyectados del sistema solar; otros recayeron sobre el Sol y el resto giró en torno de él, en virtud de su fuerza de gravitación. En su revolución sobre órbitas muy alargadas, se aglomeraron, redondearon sus órbitas como consecuencia de las colisiones y, al final, formaron los planetas con sus satélites.



2Cada día caen, más o menos. dos toneladas de piedra sobre la tierra. A menudo se trata de ínfimas partículas (tamaño de un garbanzo), pero existen algunas de 700 kilos. Jamás ocurrió ninguna perturbación a causa de ello.

3POLITIKOS (del griego POLIS ciudad) relativa al gobierno de los asuntos públicos. Política, ciencia del Gobierno de los Estados. Hace aparición en Grecia con Platón y Aristóteles.

4Sobre su emblema (estandarte blanco y negro) se puede leer: “Non nobis domine non nobis ser nomini tuo da gloriam” (“No nos des, Señor, no nos des la Gloria a nosotros, sino a Tu nombre”). Su frase simbólica era: “Viva Dios, Santo amor”. Esta valiente Milicia Monástica fue creada en el 1119 por los Caballeros franceses, Protectores del Sepulcro de Jerusalén y defensores de los. peregrinos en Tierra Santa.

5 Recuérdese, sin embargo, el destierro de los judíos a perpetuidad, que data de Carlos VI en 1394.

6El muérdago, es una planta parásita que nace sobre ciertos árboles nutriéndose a sus expensas, hundiendo en la corteza sus raíces que se alimentan de la savia del árbol. El muérdago crece raramente sobre las ramas del roble, árbol venerado de los Druidas.



7Consultar igualmente en el libro “Misticismo en el siglo XX” el dibujo de Lao Tzé, ejecutado por el Dr. S. R. de Ferrière. en el cual el autor representa al gran sabio chino con el símbolo de los “kouas” en forma de Yantra.

8Enseñanza práctica para la confección del Talismán hecho al “Colegio Esotérico” (Ejemplo: Caracas 4 de Septiembre de 1948). Ver también el Curso No. XVI sobre la Magia. con ejemplos de la Llave Cabalística (Clavícula) y del Talismán pantacular solar (Metratrón).

9Los electuarios, tanto corno los elíxires o los bálsamos, forman parte de antiguas farmacopeas. El electuario es un medicamento de consistencia blanda, compuesto de polvos finos divididos en un jarabe, una melisa en la resina líquida. Con el siglo XVIII, la teriaca en la cual había más de 100 Productos y que requeria un envejecimiento de 5 años, no era administrada directamente. Actualmente solo hay un electuario de uso veterinario; el Codex lo indica como expectorante y calmante (kermes y extracto de belladona).



10Elementología es el nombre de la parte de la Anatomía General que ahora se llama, Histología.





11Jehsú ciertamente uno de los más grandes; antes de convertirse en un “Nazarith”, era un iniciado Esenio. Señalamos aquí que “Terapeuta” (Médico en griego) viene de la raíz siria Asaya. Los Asayas, los Esenios, eran a veces llamados también los Terapeutas (que no son sino una sección de la Orden Esenia u Orden de los Esenios: vehículo de la Gran Fraternidad Blanca).

12La Circunvolución de Broca es el lugar de la frente en el cual son localizados los centros de la palabra.

13. El rindió cuenta el 10 de febrero de 1894 del descubrimiento de una “corona imantada” que permitía trasplantar los malestares de un sujeto a otro

14La fuerza néurica es un agente de naturaleza desconocida que produce los actos vitales, esa fuerza particular del cuerpo humano que es conocida normalmente bajo el nombre de magnetismo animal. Los Rayos “N” son el producto de una fuerza existente en la naturaleza entera, pero que se desarrollan en particular en los humanos, durante la actividad de los nervios y los músculos (experiencia fotográfica del Prof. Charpentier; el Cdt. Darget fotografió imágenes mentales; igualmente Baradue, así como Blondot).

15Las “dendritas” son las apófisis del cuerpo de la neurona; se ramifican numerosamente y son ramificaciones más pequeñas que las “colaterales”. El Axón, o cilindro eje es la resultante del proceso protoplásmico en la célula del cuerpo, cuando la apófisis es más larga que el resto. El axón es protegido por la médula, materia grasa a veces muy larga, como la de la espina dorsal que va hasta los pies.

16Un doctor italiano, Ranieri Gerbi, publicó en Florencia, en 1794, unas memorias sobre un insecto del género del “gorgojo”, al que él llamó gorgojo-anti-odontálgico” porque, decía él, que si se aplasta entre los dedos una docena de esos insectos, conserva la virtud durante más de un año de calmar los dolores de dientes careados. Y, sobre 620 casos presentados, 401 confirmaron la cura Inmediata.

17El autor es Presidente del “Sindicato de Astrólogos” reconocido por la Prefectura del Sena (París) con fecha de marzo 5 de 1947, bajo el No. 9847 de los Sindicatos Profesionales. El Dr. de la Ferrière es igualmente el fundador de la “Agrupación Mundial de Cosmobiología”, asociación declarada en Francia el 28 de Febrero de 1947 bajo el No. 10.022.



18 Además de los cursos de Astrología dados en las grandes universidades, tanto en América como en Europa (Rusia comprendida), algunos radioestesistas están agregados a ciertos tribunales y también se dictan legalmente clases de magnetismo, En todas las grandes ciudades existen en la actualidad Centros de Psicotécnica. La “psicotécnica” es el sistema que permite estudiar las reacciones psicológicas y motrices de los individuos. Esta ciencia se utiliza sobre todo para la orientación profesional. Es Inútil insistir sobre la grafología empleada por los expertos legales, así como otros métodos de los cuales se burlan los ignorantes, pero cuyo valor ha sido reconocido por las autoridades oficiales.