ENSENANZA PERIÓDICA SOBRE LA CIENCIA
DEL PENSAMIENTO, DEL ALMA Y DEL ESPIRITU.
SIMBOLOGIA OCULTA
El Ocultismo es una Ciencia tan exacta y tan verdadera como las matemáticas, la física o la química y no tiene de “oculto” de escondido, de secreto, más que el hecho de ser la Síntesis que escapa a los investigadores y a los sabios demasiado preocupados en su especialidad.
Las Universidades de las grandes Civilizaciones Antiguas ofrecían a los alumnos un curso completo del SABER. No existían como en nuestros días Escuelas de Tesis (enseñanza de la ciencia llamada “oficial”) y grupos particulares para el estudio de la antítesis (enseñanza de la llamada “pseudo-ciencia”), sino más bien una Síntesis que daba acceso al Conocimiento Supremo de la MATESIS. Ese “Magisterio”, ese dominio de las “Tesis”, era la disciplina mental a la cual se sometían los Iniciados, los Maestros.
De ahí ese término de “Mago” para calificar a aquellos que son, no solamente sabios en el sentido de hombres de ciencia, sino sobre todo Prudentes. Mâji, el nombre dado a los Grandes Sacerdotes de Persia, es el Sabio de Oriente. De la misma manera que los Griegos llamaban “Magos” a los Astrólogos, que era también el título de los Iniciados de Caldea1
Pero como esa Ciencia Sagrada se divulgaba, poco a poco, a una masa de hombres poco preparados para recibir esas Grandes Lecciones de la Tradición Iniciática, se hizo sentir la necesidad de velar los Altos Estudios Espirituales al público profano.
De esa necesidad de disimular ha venido el nombre de Ciencia Oculta. Ella fue primeramente la “Scientia Occultans”, es decir la ciencia que esconde, que se expresa en símbolos y pide un trabajo personal para calar el Misterio, ya que si bien el estudio se ofrecía con un espíritu de síntesis, no por ello quedaba menos una obra que era necesario realizar: la Matesis. Ella se convirtió después en la “Scientia Occultata”, la ciencia escondida, aquella que no se ofrece más que a los privilegiados, a los adeptos que han dado pruebas de sabiduría, de prudencia, de paciencia y deseo de ser Iniciados en el Gran Arte. Más tarde se resumió finalmente en el término de“Scientia Oculta”, es decir, la Ciencia que está escondida y que permanece como un misterio para todos aquellos que no se acercan a ese dominio esotérico.
Con un sentido peyorativo, se califica fácilmente de “Ciencias Ocultas” todo lo que no se encuentra al alcance del primario o del intelectual vulgar. Sin embargo, la Ciencia llamada oficial ya no se limita únicamente a la parte de la “tesis” que constituye la sección analítica, sino que usurpa poco a poco la porción de la “antítesis”, la sección fisiológica. Aunque numerosos Colegios de Altos Estudios no ofrecen todavía un programa escolar sobre las bases de una “síntesis”, asistimos a mensajes de hombres de ciencia que no dejan dudas sobre una evolución psicológica que concuerda mejor con el espíritu de estudio de la Nueva Edad.
Una gran parte de los Sabios ha comprendido que la porción anatómica de la mayoría de las ciencias, se ha convertido en simples “secciones” del Estudio Verdadero y que es preciso restablecer un conocimiento no solamente “analítico” o “fisiológico”, sino igualmente “sintético”.
Felizmente la Alquimia, que había caído en el estadio de la química simple, regresa poco a poco a su nivel de Arte Sagrado aplicado a la época moderna…la Gran Obra de Transmutación se halla en camino…La Magia, que había degenerado en una Física elemental, retoma poco a poco su puesto en el progreso científico. Y la Teurgia, que estaba dividida en teologías dogmáticas, va a retomar su lugar como Moral Universal en el plano de la verdadera Sabiduría Divina.
En efecto, no solamente el espíritu de síntesis reemplaza al fanatismo tanto científico como religioso que reinaba hasta el presente, sino que aún en todos los planos vemos manifestarse el carácter de la Nueva Era: cooperación, unión, búsqueda de entendimiento y colaboración en todos los dominios.
A tal efecto debemos citar una hermosa exposición sobre “Los progresos de la colaboración científica” hecha en el folleto No. XV de “La Unesco y su programa”: “En la Edad Media no era raro ver varios equipos rivales concurrir a la resolución de problemas matemáticos. Así, un famoso encuentro tuvo lugar en Pisa en 1225: Juan de Palermo y Teodoro, patrocinados por Federico II, se opusieron a Fibonacci, autor del Liber abaci, primera obra que enseñó en Europa el uso del sistema decimal. Fibonacci salió victorioso de ese verdadero torneo, encontrando que un número racional, a cuyo cuadrado se aumenta o disminuye 5, es aún el cuadrado de un número racional. En efecto, él otorgó la solución indicando el número:*
El Renacimiento se caracterizaba por un crecimiento considerable de la curiosidad intelectual y el espíritu trataba de orientarse en todas las direcciones. Ciertamente, los sabios estaban aún hipnotizados por los trabajos de los antiguos. Los “físicos”, por ejemplo, se preocupaban mucho más de las teorías de Aristóteles que de las investigaciones en los laboratorios. Pero al final del siglo XV la evolución es ya muy neta: la necesidad de experimentación se afirma con Kepler y la idea de “ley” comienza a imponerse.
Los beneficios de esa transformación se harán sentir en los siglos XVII y XVIII. Experiencias y descubrimientos se multiplican a un ritmo muy acelerado que contrasta con la lentitud de los progresos registrados hasta entonces. Esa diferencia se explica en gran medida por una nueva organización del trabajo científico y por los contactos cada vez más numerosos que se establecen entre los sabios. Antiguamente los más comunicativos de entre ellos no se dirigían más que a sus alumnos en una enseñanza de facultad, y cuando escribían libros, estos eran tan oscuros que solamente los discípulos iniciados en la ciencia del Maestro podían leerlos con provecho.
A partir de ese momento la ciencia se elabora a la luz del día. Las obras impresas abandonan cada vez más el latín doctoral, al mismo tiempo que el lenguaje esotérico, para presentarse clara y francamente en lengua nacional. Y como de esta manera corrían el riesgo de perder su alcance universal, los trabajos más notables eran traducidos de inmediato. Por otra parte, los sabios ya no se contentan con hacer conocer el resultado de sus reflexiones e investigaciones en forma de volúmenes, sienten además la necesidad de comunicarse directamente sus ideas y descubrimientos y de reunirse para discutirlos.
Esa voluntad explica la creación de las primeras academias en el curso del siglo XVII y la publicación regular de “memorias” de los más importantes de entre ellos. Antiguamente no existía ningún periódico científico y las raras “sociedades de física” eran pequeñas organizaciones locales, que reunían de vez en cuando aficionados a quienes apasionaba el estudio del mundo y que consagraban una parte de su tiempo, y a veces de su fortuna, a la búsqueda desinteresada.
El verdadero medio de intercambio era la correspondencia. Preocupados de problemas análogos, los sabios se lanzaban inclusive pacíficos “desafíos” y así, millares de cartas han recorrido Europa llevando a todos los países descubrimientos y sugerencias. Es por ese procedimiento que los célebres Diálogos de Galileo, impresos solamente en 1632, fueron conocidos en Francia desde 1629, y esto, gracias al Padre Marsenne que mantenía una correspondencia continua con el conjunto del mundo sabio. Fue también él quien hizo conocer a Pascal la experiencia de Torricelli, quien acababa de efectuarla con el “azogue”(*) para mostrar la existencia de la presión atmosférica.
José Luis Lagrange tenía diecinueve años cuando en una carta escrita a Euler, introducía el principio del cálculo de las variaciones a propósito del famoso problema de los isoperímetros. Un consejero del Parlamento de Provenza, Fabri de Peireso, apasionado de la ciencia, no dejó menos de diez mil cartas a su muerte.
Las academias se organizan a mitad de siglo. La Academia del Cimento, fundada en Florencia en 1657, publica diez años más tarde una obra colectiva que se recibió con el más grande interés: Saggi di naturali sperienze fatte nell’ Accademia del Cimento. La Royal Society of London, oficialmente constituida en 1662, y que existía ya en 1645, hace aparecer sus Philosophical Transactions en 1665. La Académie des Sciences de París, formada en 1666, no contaba al comienzo más que con siete miembros y es Colbert quien atrae a los sabios extranjeros como Huyghens y Cassini. La publicación de sus Memoires no comenzará sino en 1699. Mientras tanto, en 1672, se habrá instalado definitivamente en Berlín la Academia Leopoldo, y una sociedad de física y de medicina experimental se habrá reunido por primera vez en Sevilla, en 1697.
Los observatorios, que son otros lugares de búsqueda en común, se multiplican en la misma época. Tycho Brahé se había instalado en uno, en el Sund, desde 1576. El Observatorio de París es utilizado a partir de 1667; el de Greenwich es fundado en 1675 y el de Berlín en 1706.
Pero las relaciones por correspondencia y las lecturas de Memorias académicas, no eran suficientes para los investigadores que no retrocedían ante largos viajes para encontrar a sus colegas y así proseguir a viva voz un diálogo comenzado por escrito. Las pláticas entre los matemáticos Viète y Adrian Romain en el siglo XVI, son un ejemplo sorprendente. Cuando el sabio alemán sometió un problema particularmente difícil a todos los matemáticos de Europa, Viète le envío la solución con correcciones y le propuso a su vez un problema que Adrien Romain no pudo resolver más que mecánicamente. Sorprendido por la sagacidad de ese nuevo Edipo, dejó de inmediato Wurtzburgo, en Franconia, con rumbo a Francia, y no se detuvo antes de haber encontrado a Viète en su Poitou natal. Pasaron juntos un mes y se separaron penetrados de admiración el uno por el otro.
Esos traslados se multiplican mientras la ciencia progresa. Se cita también el caso de Paolo Sarroti, un veneciano entusiasmado por la física y la química, que se dirigió a Londres alrededor de 1680 para entrar en contacto con Boyle y que después llevó consigo a Italia a “dos jóvenes ingleses muy expertos en manejar las máquinas para hacer las experiencias”.
La influencia de la física experimental inglesa se hizo sentir sobre todo en Francia, en el siglo XVIII,por intermedio de los sabios holandeses. Los viajes del Abad Nollet tuvieron a ese respecto resultados muy felices. Priestley atravesó la Mancha para encontrar a Lavoisier en Francia y proseguir investigaciones en común; una vez separados, descubrieron el oxígeno cada uno por su lado. Así, a pesar de pertenecer a los países más diversos, los sabios tenían conciencia de pertenecer a una “República” ideal…Las guerras no interrumpían sus trabajos y continuaban enviándose mensajes aun en los momentos en que las comunicaciones eran más difíciles. Se controlaban unos a otros, se aprobaban, se felicitaban; pero, con raras excepciones, todavía no se trataba más que de intercambio de informaciones y de justas intelectuales. Es en el siglo XIX que la colaboración propiamente dicha se desarrolla en los laboratorios.
El triunfo de las nacionalidades no ha dejado de tener sus repercusiones en el dominio científico, pues los sabios que se asocian pertenecen generalmente al mismo país y, a menudo, a la misma familia. Por otra parte, los lazos de parentesco han jugado en todos los tiempos un papel importante en la historia de los descubrimientos: Pascal y su cuñado Pèrier unieron sus esfuerzos en el estudio de la presión atmosférica. El descubrimiento del proceso de afinamiento de las fundiciones fosforosas se debe a la colaboración de los primos Tomás y Gilschrist; y los trabajos de Pierre y Marie Curie sobre la radioactividad habrían de tener consecuencias capitales para el estudio de la energía atómica.
Se registran numerosos ejemplos de colaboraciones fructíferas en el curso del último siglo: los franceses Duleng y Petit, descubren la ley según la cual el producto de la masa atómica de un cuerpo por su calor específico, es generalmente igual a seis. Sus compatriotas Niepce y Daguerre inventan la fotografía. Los alemanes Bunsen y Kirchoff ponen a punto el análisis espectral, el cual permite identificar la naturaleza química de los cuerpos por el examen de la luz que estos emiten. Los noruegos Guldberg y Waage, determinan la ley de acción de las masas. Los alemanes Graebe y Liebermann preparan el primer colorante natural: la alizarina extraída de la raíz de la garanza. Los franceses Sabatier y Sanderens encuentran el procedimiento de hidrogenación de substancias orgánicas volátiles, utilizando el níquel como catalizador.
Detengamos aquí una enumeración que podría volverse fastidiosa, pero que permite constatar que los trabajos en común no son todavía más que el resultado de dos investigadores a la vez y de la misma nacionalidad. Con todo existen algunos casos de colaboración binacional, como la del francés Friedel con el americano Crafts, quienes determinaron, en 1877, un nuevo método de síntesis orgánica, cuyo papel ha sido importante en la industria del petróleo, y que redactaron juntos más de cincuenta comunicaciones a la Academia de Ciencias de París.
Pero tales asociaciones eran todavía muy raras en esa época y es con el Siglo XX que se entra decididamente en la Era de la Colectivización de la búsqueda. Ciertamente, los hombres de ciencia que trabajan aisladamente o en grupos de dos siguen siendo numerosos, pero se hace cada vez más útil sustituir las investigaciones dispersas por empresas realizadas sistemáticamente por varios investigadores. Cuanto más numerosos sean los sabios que se inclinan sobre el mismo problema, tanto menores son los riesgos de error y de tanteo. El estado de la Ciencia y la interacción de las diferentes disciplinas hacen esta colaboración necesaria, la extensión de los laboratorios y la complejidad del material la tornan indispensable.
El número de descubrimientos colectivos simultáneos aumenta sin cesar. El microscopio electrónico es imaginado de 1932 a 1934 por tres equipos independientes: Davidson y Colbick; Kroll y Ruska, Binche y sus colaboradores. Cada vez que pueden, esos grupos se comunican mutuamente sus trabajos e instituyen una sobre-colaboración. La fisión del uranio, por ejemplo, originalmente es realizada por Irene Joliot-Curie y B.Savitch, después y de la misma manera por Otto Hahn y Strassmann, enseguida por F. Joliot y, finalmente, por Frisch y Lise Meitner.
Pero esa forma de colaboración ya no puede concebirse en el marco de un solo país. G. Perrier y G. Ferrié han mostrado, uno en 1923 y el otro en 1926, cómo la T.S.F. podía ser aplicada al cálculo de las distancias desde diferentes puntos del globo. Así, desde 1933, un número de 72 observatorios emprendieron una medición de nuestro planeta tan completa y exacta como fuese posible, y el radar va a permitir aumentar la precisión de esos cálculos. Es igualmente después de diez años de una labor realizada bajo la dirección de M. Spencer Jones, en la cual participaron 25 observatorios de 14 países utilizando 32 telescopios, que se pudo determinar con una precisión jamás igualada la distancia media de la Tierra al Sol.
En fin, digamos simplemente para concluir, que ese proyecto de la UNESCO para la cooperación internacional en la investigación científica, corresponde exactamente a las actividades desplegadas desde 1948 por la GRAN FRATERNIDAD UNIVERSAL, profesadas por su Fundador: el Dr. S.R. de la Ferrière.
En efecto, la G.F.U. no solamente ha agrupado en su seno a varios Movimientos, sino que además ha ido en ayuda de numerosas asociaciones que han permanecido independientes, pero deseosas de participar en ese gran esfuerzo de acercamiento de las razas. Esa Institución, que se presenta verdaderamente como una Dirección Espiritual Mundial, se coloca en el plano de la Re -educación de la Humanidad en el sentido Cultural Universal, es decir, encarando la PAZ de la colectividad humana tanto como la Paz interior de cada individuo. Para ello emplea un cuaternario emblemático: Ciencia – Religión-Arte-Didáctica. El Movimiento está organizado no solamente para participar en los diferentes aspectos del Pensamiento humano, sino aún para desplegar sus actividades tanto en el plano exotérico (cursos de alfabetización, escuelas para niños, dispensarios, maternidades, asistencia a los necesitados, ayuda a prisioneros, etc.…) como esotérico (Colegios Iniciáticos, Colonias para Idealistas, formación de Instructores, etc.…).
Agreguemos que ese lado esotérico no tiene ya nada de secreto, puesto que en efecto se trata de Universidades Libres que han abierto sus puertas a todo el mundo, sin distinción de sexo, raza, creencia o nivel social. Son esas Academias en las cuales se estudian sin prejuicios las diversas ramas del Verdadero Saber2.
El Conocimiento real ya no debe entenderse como una porción de la ciencia, del arte o de la filosofía, sino más bien como el conjunto de: tesis-antítesis; síntesis-matesis, de cada una de esas ramas, unido a una visión general sobre la totalidad de las cosas. Ya no puede existir una ciencia llamada oficial y aceptada por una minoría de hombres aprisionados en su pequeño universo, y otra llamada pseudo -ciencia, rehusada por no corresponder a las reglas establecidas por algunos intelectuales retardatarios. Es preciso salir definitivamente del marco dogmático de una religión levantada contra otra, para regresar a LA “Religión”(re -ligare=reunir, fusionar de nuevo).Esta debe comprenderse en su sentido más amplio gracias al estudio de las diversas filosofías y a una documentación sobre las sectas religiosas más variadas a fin de encontrar las verdaderas bases de una religión natural.
Es necesario volver a colocar el Arte en su sentido real de mensaje del artista. El fanatismo ha tomado lugar igualmente ahí, donde deberían haber manifestaciones diversas aunque basadas en un mismo espíritu de traer una lección a los hombres. Ya no se puede ignorar que detrás de la presentación de una obra existe su lado esotérico3.
En fin, los pedagogos, los educadores, deben esforzarse en ofrecer una enseñanza mucho más extensa en el terreno de las analogías y concordancias entre las diferentes ramas. No se trata de aumentar los detalles sobre cada parte de los estudios, lo cual corresponde a los especialistas, sino más bien de hacer entrever el lazo que existe entre todas las manifestaciones que nos rodean.
¿Debemos repetirlo? Los colores, los metales, los sonidos, los planetas, las letras del alfabeto, las formas, las glándulas endocrinas, etc.... están relacionados unos con otros. Esa ley de correspondencias existe entre todas las cosas; así, los símbolos pueden explicarse mejor cuando se sabe que los reinos mineral, vegetal, animal, están estrechamente ligados y que una misma tasa de vibraciones une tal metal a tal planta, a tal animal, a tal parte del cuerpo humano, a tal astro en el cielo, etc.…
Esto nos lleva a hablar de la Arqueometría, ese antiguo sistema de medida. La Arqueometría es el método de origen para componer después, desde un lenguaje y una composición musical, hasta la construcción de un Templo, una Ciencia o una Teurgia. En efecto, el sistema de leyes de analogía y concordancias permite encontrar la llave de una lengua anciana casi desconocida, por el hecho de una “Clave” que da los elementos de base. Un santuario no era construido más que con ayuda de valores arqueométricos. Es decir que las medidas estaban relacionadas unas con otras para emitir una curva de vibraciones en relación con el lugar. Aún sin colores, se podían imaginar éstos por sus concordancias con los sonidos, las formas y medidas. Es de ese modo, por analogías de palabras y de símbolos, que una ciencia o una filosofía pueden ser restablecidas. Esa Tradición pura fue conservada por los Iniciados con la finalidad de restituir leyendas, lecciones, cursos, y los secretos destruidos a lo largo de los siglos.
Basada en principios esotéricos, la Arqueometría es verdaderamente la LLAVE maestra de la Iniciación. La que permite reconstruir los textos en su verdadero sentido, con la ortografía exacta de las palabras, devolviéndoles así la terminología real de origen, ofreciendo pues a los investigadores la posibilidad de encontrar la historia de los pueblos desaparecidos. La Arqueometría es una ciencia de símbolos, un lenguaje llave universal que torna claros, por la similitud de los colores con las notas musicales, con las formas y los sonidos, los arcanos más sombríos de la metafísica. El paralelismo entre orgánico e inorgánico, entre macrocosmo y microcosmo, encierra las bases cuyas aplicaciones pueden extenderse a los dominios más variados: biología, química, física, ingeniería, artes, etimología, etnología, arqueología, historia, moral, filosofía, religiones, astronomía, astrología, geometría, guametría, profecías…
El Arqueómetro, ese instrumento del que se sirvieron los Antiguos para la constitución de los mitos esotéricos de sus religiones, es el Canon del Arte Antiguo en sus diversas manifestaciones: arquitectónicas, musicales, poéticas y teogónicas. El Arqueómetro es en verdad el Cielo que habla; cada estrella, cada constelación, se convierte en una letra, una frase o un nombre sagrado, aclarando a la luz de un nuevo día las viejas tradiciones de todos los pueblos. El Marqués de Saint Yves d’Alveydre fue solamente el divulgador de ese aparato en los tiempos modernos.
Este Instrumento se presenta bajo la forma de una rueda marcada con los 360 grados4 que contiene otras circunferencias con divisiones en doce o sus múltiplos, proponiendo cada vez una letra, una forma, un número, un signo zodiacal, un símbolo, etc... El centro de esas grandes divisiones recibe las puntas de un triángulo cuyas dos otras puntas indican la analogía a consultar, o proyecta los lados de un triángulo que es preciso seguir para encontrar la correspondencia adecuada.
Es de esa manera que se ha restituido la antigua lengua Watan. El Watan o Vatan, se presta ya, por su etimología, a muchas consideraciones esotéricas. Esa lengua Madre es como la materia plástica, el símbolo del elemento líquido, “las aguas divinas”; es el Alma, incluso el cuerpo astral que ha sido considerado siempre como “aquoso”, ya que el alma y la sangre están ligados. (Ver Levítico XVII,10 y 11; Deuteronomio XII, 23, etc...).
Vatan en sánscrito equivaldría a “mar” o “agua”, como “wasser” en alemán y “water” en inglés. “Vat” es un recipiente para bebidas y licores especi almente. Es preciso comprenderlo como “Verseau” en francés, Vodda en eslavo, es el undécimo signo del zodíaco que simboliza al “Hijo del Hombre”, el Aguador que vierte el agua de la Ciencia fecundante.
Es también la simbólica Urna Sagrada que habría recibido los primeros rudimentos del conocimiento por revelación divina. Ese “Ánfora” es también la constelación “Aquarius” que caracteriza precisamente la Nueva Edad: la Era Acuariana, en la cual hemos entrado desde 1948 por un período de alrededor de 2.000 años.
Ese paso del punto vernal de nuestra eclíptica delante del signo del Aguador, se ha producido anteriormente hace más o menos 26.000 años, 52.000 años, 78.000 años, 104.000 años, etc. , ya que cada 25.920 años nuestro sistema estelar hace un giro sobre sí mismo: es el gran año de Platón que corresponde por otra parte a las 25.920 respiraciones que realiza el hombre cada día.
Aunque el origen del Vatan no se puede situar en el tiempo, conserva sin embargo un símbolo poderoso que puede muy bien manifestarse en nuestros días, como un eterno recomienzo en la historia de los pueblos.
El Votchan (pronunciar “dbu-can” en tibetano) que es el alfabeto basado en el Devanagari hindú según los caracteres sánscritos que se usaron en Cachemira y el Norte de la India, fue introducido en el Tíbet en el 650 solamente. Pero los Santuarios Iniciáticos de Asia parecen haber tenido conocimiento de él mucho antes.
Por otra parte, los Centros ocultos de budismo tántrico, depositarios de los textos secretos llamados “tertöns”, los cuales no podían ser descubiertos más que por Magos, son precisamente 108, cifra que nos lleva nuevamente a la Arqueometría ya que se manifiesta por los “ramales” de la astrología que se encuentran en número de 108 por ser cada uno el tercio de un “decanato”, el cual a su vez es el tercio de un signo zodiacal.
Se notará al pasar que el término “Votan” una vez invertido da “Natav”, que es la raíz de “nacimiento”, es decir, nacimiento de una lengua-Madre, de un lenguaje -sagrado.
Los “Votajas” son también un pueblo de Rusia que ha conservado una lengua semejante al Sánscrito y que podría estar relacionada justamente con el Vatan.
Pero no se puede dejar de pensar en Votan (o Wotan), esa divinidad de la Antigua Alemania es el Dios del Viento que representa el SOPLO DIVINO. Se encuentra el mismo Dios en Yucatán y Guatemala (el culto de Votan se ha conservado en México hasta 1691)5.
En México, Votan es el Jefe de un pueblo que la Tradición hace venir del Norte (ver nuestros artículos sobre “la Atlántida”). Votan es además un conquistador Chiapanés cuyo nombre designa un día. También, es el nombre del tercer signo del calendario Tzendal, la primera raza mexicana.
Votan escribió una compilación sobre el origen de los Indios y sus transmigraciones. Prueba que él desciende de Imac y es de la raza de las serpientes (Chan)6 y que su origen proviene de Chivim, Kivin (o Chivim) del país de los Heveos de Palestina. En lengua Tzendal, que es aquella del libro de Votan, la raíz de la palabra “chivim” puede ser “chib” o “chiib” que significa patria o “ghib”: armadillo o tato.
“Votan” es una vieja palabra en Quiché que, al mismo título que “Odón” o “Akbal”, significa Vaso por una transformación análoga a la del Wotan germánico. La Urna es el Vaso Sagrado, es Aquarius, el Universo.
Odón se encuentra a la cabeza del calendario Tolteca en Michoacán. Otón es el Dios y Jefe primitivo de los Otonis que, como los Otón-Chichimecas, tomaban de él su nombre. Vodan, u Odín, reinó entre los Escitas y ha dado reyes a un gran número de pueblos. En fin, Wotan, y quien sabe si Votan de la Antigua América, sería descendiente de Noé... y William James pretendía aún que Odín y Buda son una sola y única persona.
Algunos han querido ver inclusive un acercamiento entre Votan y los Vedas de la India. En todo caso, el origen de la palabra, así como la personificación del mismo Votan, queda en un gran misterio, al mismo título que la letra “Vaw” del alfabeto hebraico que ofrece la imagen del misterio más profundo e inconcebible. Es también la imagen del nudo que reúne o del punto que separa la Nada del Ser. Es el signo convertible universal: la consonante “w” o bien la vocal “o”.
Se sabe que el alfabeto hebraico está basado primeramente en las tres letras Madres: Aleph, Mem y Shin, que leídas de derecha a izquierda, es decir, en el sentido de la misma lectura semítica, dan la palabra “Shema”: el plano del mundo eterno de la gloria.
Tanto en francés como en inglés, un esquema es la imagen de la cosa con la cual la imaginación ayuda a la comprensión en su proceso. Es el plano, las grandes líneas generales, los trazos principales diagramáticos o la sinopsis. La lengua de los hebreos ha sido pues “esquematizada”, tal como se proyectan en un plano los elementos de base de una construcción.
Las 22 letras de ese alfabeto son sagradas porque reproducen la construcción de los cielos. Ellas constituyen la manifestación del verbo divino en la Humanidad.
Hay tres letras-Madres + 7 letras -Dobles + 12 letras-Simples.
Ese total de 22 letras corresponde al número de las fuerzas cosmogónicas que mueven el Universo. Cuando además son divididas por 7, que es el número de las fuerzas evolutivas, el resultado es la ley de “PI”, 22/7 = 3,1428…, sobre la cual reposa el Universo. Hay que señalar, por otra parte, que si nosotros retiramos la cifra unitaria “3”, que es el esquema figurado por las tres letras Madres, tendremos los decimales 0,1428 que multiplicados por 22 dan 3,1416, número corriente en la fórmula de la búsqueda de la superficie de un círculo. Redondeando, el número más exacto de la función PI es 3,141592742.
El “Arqueómetro”, del griego “archaios” que significa anciano, antiguo; y “arché”, que significa comienzo o principio, es el sistema antiguo de medida, es la “metría” del comienzo o la medida del Principio. “Arka” en las lenguas sagradas es el Sol, emblema central del Sello Divino. “Ark” es el poder de la manifestación, de la existencia, y su celebración por la palabra. Invertido se convierte en “kra”, de ahí “kar” o “Kri” como “Crear”, cumplir una obra, manifestar una ley, conservar una creación continuándola. En Latín es “creare” y en celta: “kara-im”.
“Arka” es el vocablo entendido como revelación de los misterios del “Hijo” en tanto que Verbo Creador por la palabra. Es la misma palabra manifestada por números y ritmos. Es aún la poesía del Verbo. “Matra” es la medida por excelencia, aquella del Principio, Medida -Madre que vive en el Verbo - Dios como todos sus pensamientos creadores y manifiesta la Unidad en todas las cosas por la universalidad de sus proporciones internas.
“MATRA” es la unidad del Tiempo en sánscrito7, la medida de los Tres-mundos. Designa por excelencia los 3 elementos que constituyen el mantram “AUM”8 y que permiten al Yoghi, por medio de la meditación en sus “matras”, convertirse él mismo en la medida de todas las cosas (existencia universal).
La Arqueometría (Arka-Matra) es, mejor aún, el verdadero Principio colocado en método racional para establecer un sistema de manifestación del pensamiento sagrado.
El Arqueómetro hace sonar la palabra por la disposición de sus letras hebraicas y sánscritas, pero está basado sobre todo en las 22 letras del viejo alfabeto de los hebreos.
El número 22 se escribe “Ka - ba”9 en letras adámicas, y agregando a ese número la letra “La”, que significa “poder” se obtiene: “El Poder de los 22…” Tal es la famosa Kabalah Antigua, de la cual los judíos no han tenido nunca otra cosa que la superstición babilónica, la decadente y estéril especulación metafísica. Por el contrario, la Verdadera Qabbalah, Ciencia de los 22, es Ciencia en todo rigor, es EL Conocimiento y el Poder del Verbo, la Magia de la Palabra: “Habéis estado colmados de todas las riquezas que conciernen a la palabra y al conocimiento”, dice Pablo a los Corintios en su Primera Epístola, Cap. I. Vers. 5.
Esas 22 letras se descomponen primero en 3 poderes constitutivos y 19 poderes distributivos. Estos últimos se dividen en 12 letras (zodiacales) que son involutivas, y en 7 letras (planetarias) que son evolutivas.
En la construcción arqueométrica, esas 19 le tras tienen su importancia, ya que ese número, por adición teosófica es, 1+ 9 = 10, equivalente a la letra “Yod”, Llave central del alfabeto sagrado, primera letra del Nombre Divino: “Iévé” (Yod-Hé -Vaw- Hé) y letra inicial de Jesús-Verbo, el Maestre Jehsú, el símbolo Y-N- R-I.
Aún los Templarios habían conservado ese número simbólico 19, y en las celdas donde fueron aprisionados los Caballeros del Templo, Guardianes de la Tumba de Cristo, se han encontrado gráficos que representan el “Sello de Salomón”. Ese “Escudo de David”, o Escudo de Mikael como se denomina a veces al célebre “Sello”, no era representado siempre por el emblema habitual de los dos triángulos entrelazados, aunque se lo adivinaba bajo los 19 puntos que los miembros de la Gran Caballería tenían en predilección.
Pero regresemos a nuestras 22 letras:
3 “constructivas”: A=1; S=60; Th=400, que sumadas dan 461, correspondiendo al sánscrito “DeVA” (Divinidad);
7 letras “evolutivas”: B=2; G=3; D=4; K=20; N=50; Ts=90; Sh=300, que sumadas dan 469, número que en sánscrito corresponde a “DeVaTa”: la condicionalidad divina o las leyes dadas por la divinidad, leyes orgánicas y armónicas de evolución.
En fin,12 letras “involutivas”: E=5; V=6; Z=7; H=8; T=9; Y=10; L=30; M=40; U=70; P=80; Q=100; R=200, que totalizan 565 o “EVE”, la Vida Absoluta.
Si tomamos el total de esas 22 letras en su valor guamétrico10 tendremos: 461 + 469 + 565 = 1.495 o “ADiTaH”, la Vida Indivisible.
Si sumamos las cifras de “evolución”: 4 + 6 + 9 dan 19. Sabemos que ese número quiere decir 10, el cual corresponde al “Yod” aun en nuestras lenguas modernas, como “I” o “J” o “Y”. Así, situado delante de las letras de la “involución” (Eva) tendremos I-EVA, la Vida Absoluta se manifiesta, se personifica: Yo, mi, como en Inglés actualmente “I” significa Yo. El “Yod” (I, o J, o Y) es Adán, transformación del “Aleph” inicial del hombre primitivo, en “Yod”, el dios -hombre. Este es el paso de 1 a 10, según el cual la primera letra “Aleph” se convierte en “Yod”, décima letra. Es la Unidad fundiéndose de nuevo en el Infinito. Así, Adán, “I”, más Eva, forman el nombre de Dios en hebreo: I - évé (Yod- Hé -Vaw-Hé).
Todos los poderes involutivos se unen a Dios, el Creador, por medio de la letra “Yod”, de valor 10, común al Padre y al Hijo, para pronunciar el nombre del Padre de la Vida manifestada por su Verbo: “ninguno viene al Padre sino por mi” decía el Cristo Jesús.
El Arqueómetro dice, autológicamente, que la Vida produce al organismo que la manifiesta y no al contrario. Que ella es la organizadora según la condición específica de los seres y de los medios materiales.
Recordemos, para aquellos que no conocen este aparato, que sobre la rueda zodiacal vienen a yuxtaponerse 4 triángulos que forman doce puntas, cada una de las cuales viene a tocar la circunferencia respectivamente en 12 porciones, en las que se encuentran inscritos los signos arqueométricos de formas, de números, de letras sánscritas y hebraicas.
Un primer triángulo llamado “Tierra de los Vivientes” toca 3 signos del Zodíaco: Toro, Virgen y Macho Cabrío (elemento Tierra). Es el triángulo llamado de Jesús, simbolizado por las letras: I - Sh - O.
Un segundo triángulo caracterizado por los signos Escorpión, Peces y Cangrejo (elemento Agua), es llamado de “Las Aguas Vivas”. Ese triángulo, llamado también de María, y simbolizado por las letras: Ma - Ri - Ha, es el origen de la manifestación temporal de los seres.
El tercer triángulo, llamado de “Los Ángeles” reposa sus puntas sobre los signos: Gemelos, Balanza y Aguador (elemento Aire), que forman el triángulo llamado del Eter simbolizado por las letras: La - Ka- Za.
En fin, el cuarto triángulo, llamado del “cordero”, toca los signos zodiacales: Cordero - León - Centauro (elemento Fuego). Es el triángulo del Fuego Viviente simbolizado por las letras: H - U – Th.
Esos 4 triángulos forman un doble Sello de Salomón y dan informaciones tanto sobre los colores como sobre las notas musicales, las formas tipo, etc.
Nosotros nos limitaremos a un rápido análisis de las letras que forman raíces de características bien definidas por el mecanismo numerológico. A veces la idea va todavía más lejos, puesto que aun sin hacer intervenir el proceso de puesta en número, la palabra misma define las unidades. Por ejemplo, el término “Ka -ba” que ya hemos citado, al cual podríamos agregar todavía como documentación que “Kal”, en las lenguas antiguas significaba el tiempo, como “Kalpa” en viejo sánscrito que podría significar “formación”, pero es la duración de 1.000 revoluciones de los Yugas. El “Kal” entre los Mayas es el equivalente de 20 unidades (1 Kal = 20 Hun). “Kabal” es también un nombre maya equivalente a 160.000 Hun, que son 20 Pik. “Kala” es también el Tiempo, y en Yoga se comprende siempre por la sucesión de instantes que aparecen en la Felicidad Suprema No-dual, Indivisible
Recordemos brevemente los elementos primordiales con las letras del gran círculo del aparato: “I” y su opuesto “R”, que corresponden respectivamente a los signos de la “Virgen” y los “Peces”, dan la raíz sánscrita “Irâ” que es “palabra” o “divinidad de la palabra”.
“L” o “La” o “Lo”: Es el Rey de los Cielos, el Maestro del Swarga o paraíso, es Indra, uno de los doce Adityas, y también el Maestro interior, el Alma, la Conciencia (“Lekh-Lekha” en hebreo) que equivale a “entra en ti mismo”; es Dios apareciendo ante Abraham quien, queriendo instruirse, recibió aquel consejo: “conócete a ti mismo”, “sal de tu personalidad”. Acordémonos también del “Logos” griego, etc.
“Mo” es la raíz de “Mox” y de “Moxa” que equivale a salvación, a la liberación de las ataduras corporales y de las miserias de la vida. Hay que recordar que las “moxas” en la acupuntura de los chinos son tanto el toque rápido con un cuerpo candente, como el cuerpo candente mismo. En todo caso es siempre una técnica calmante de los males.
Correspondiente al signo del Centauro, encontramos la “W” o “Wz” que da también “Uz” o “Us” en Veda. Es el ardor y el esplendor luminoso. En la India, Ushat es la Divinidad de la aurora y preside el alba; Ushana es el planeta Venus que preside al viernes, “Dies Veneris”; Uzume es la diosa de la danza en el Japón.
“Phe” o “Pha” es el poder que gobierna.
En cuanto a “KT”, es preciso descifrarlo por “K” el Alma, y “T” la ambrosía, la esencia inmortal. “Ka” es el doble o cuerpo astral entre los egipcios. “Kha” es el elemento “Eter” entre los hindúes y aún el alma de todas las cosas sagradas, como esa “K” que a veces casi equivale a la “H” de comando ya mencionada, tal como lo hemos analizado al estudiar las raíces de numerosas palabras de la lengua maya-quiché: K-ti, Ka -tu, Kat- bi, que equivalen a la Luna en lengua miskito, en chorti y en arawak. El “Tem” es el principio divino de los egipcios; es aún el “Tei” de la trilogía Taoísta, o el “Tat” sánscrito. Pasaremos sobre el “Tav” hebreo o el “Tau” iniciático para recordar solamente que Dios en griego es “Teso” y que la raíz hebraica “TA”, con valor 18, expresa toda idea de brotamiento, de aquello que causa la refracción luminosa.
Por inversión de: “I -R”, “La”, “Mo”, “Wz”, “Phe”, “K-T”, tendremos que presentar:
R I o RY y Ra , como en Raja (Rey ) reinar, ser rey.
AL o Él: contener. En hebreo es glorificación, exaltación.
OM: el célebre bija-mantram AUM.
En el gran círculo arqueométrico, esas letras reposan precisamente en equilibrio sobre los signos Toro y Escorpión, de la misma forma que ese “dharani” (sílaba -germen) simboliza la transmutación de las fuerzas materiales, elemento “tierra” del Toro, en poder espiritual (elemento “agua”, materia plástica de ese doble signo zodiacal del Escorpión - Águila) que caracteriza un poco el Alma de Kundalini en el mecanismo de la Yoga.
Zw o Swa: los bienes. Hay que mencionar también el Zen y la “Swástika”.
Eph, en hebreo, es aquello que cubre, que protege, es una garantía de seguridad.
TaK, significa en hebreo soportar, sostener; en caldeo es asiento o trono. “Takai” es “Alto” en japonés. En chino “Tiko” significa el destino, el azar en egipcio es “Tiki”, “Tika” era la suerte en la Roma Antigua.
El ángulo inicial del triángulo de Jesús, transita sobre el signo de la
Virgen con el planeta Mercurio como dominante y las letras “Yod” y “Tzadé”. “Yatza” significa la emisión de la gloria y del esplendor; “Yap” es la repetición en silencio del nombre de Dios, “Yukta” (unido) es el Yoghi, maestro de los sentidos e imperturbable. En Zend, “Yast” significa veneración, adoración; “Yesti” es el acto de adoración y “Yasna” la ejecución de la acción. “Yaou- Zeb”, que quiere decir Pez de Dios, es el nombre de José, padre de Jesús cuyo nombre exacto es “Yeschouah”. Así tenemos: Yeschou Bar Youssef, el hijo del Pez de Dios, el Profeta de la Era de los Peces.
El ángulo Norte transita sobre el Macho Cabrío con su residente Saturno (24 de diciembre) del cual salen las letras: Ph-Sh. PoeSha es el mes de diciembre en sánscrito11.
“Pa” = Poder; “Pâ” = Salvador y “Sha” = Paraíso; “Sap” = adorar. Uniendo el sentido del mundo astronómico con el mundo de la gloria en el punto inicial del primer mes astronómico, el Poder del Salvador, Rey de Paraíso, se revela a la adoración.
Se notará que esa punta del triángulo que simboliza el Norte (Capricornio) está caracterizada por la letra “Phe”, signo de la palabra y de todo lo que se le relaciona, y notar que “Pe” en chino significa precisamente “Norte”. En Egipto se dice que “Ptah” creó el huevo universal.
El tercer ángulo presenta “O” y “G” equivalente a Oga en Veda. Significa el poder que une o que reúne, la Fuerza que fecunda y multiplica “Oga”. En latín “augère” es aumentar. En sánscrito Ojas- Shakti significa la energía seminal y la raíz hebraica “Oz”, de valor 55, significa la fuerza. En ese sentido “O” es también el símbolo de Osiris, el redentor; y en húngaro esa letra significa viejo, anciano, fuerte por su experiencia.
“P” o “Ph”, de valor 80, se relaciona con un triángulo con la punta hacia arriba, cuya forma indica que esa letra rige al trígono del Verbo y corresponde al poder de Dios actuando por su Verbo. Su color es el amarillo puro; su Arcángel es Hamiel. Es el signo del Macho Cabrío, puerta de Dios en la Ciudad Celeste. Es Saturno nocturno, su nota es el Si natural cuando se divide la cuerda de Sol en 100 y Si -bemol cuando esa nota se divide en 96, número de la suma total de las letras zodiacales del primer trígono. Si -bemol está en relación con el amor divino. En el año litúrgico corresponde a la Pascua de la Resurrección: el 22 - 25 de Diciembre.
“Pa”, en sánscrito, es el poder que reina y gobierna;
“Pha”, en hebreo, es la manifestación del verbo por sus equivalentes: luz, sonido, perfume
“a-Ph” es el poder de la palabra, en hebreo es la causa que produce el efecto.
“a-Pa” en sánscrito es el indivisible.
“Phan” significa hablar en lengua anamita.
Tenemos también: “I”, “Y”, o “J”: el Padre; “Sh” o “Ph”: el Hijo y finalmente “O” o “V”: el Espíritu Santo.
La tercera punta del triángulo del elemento “tierra”: Macho Cabrío - Virgen - Toro, reposa sobre la letra “O”, tercera letra el nombre de “IHOH”, tercera del nombre de Jesús “IShO”, segunda de los nombres del Espíritu Santo: ROaH-ALaHIM. Letra conjuntiva y conyugal, el “6” es la cifra del matrimonio. Color rojo, conjuntivo de azul y de amarillo. Nota Fa, Angel Asmodel, Venus diurno, Arcángel Haniel, Inteligencia Hagiel, espíritu Nogael. En el año litúrgico corresponde a la Asunción y a Pentecostés. “O” es la sensibilidad divina. Es la luz invisible a los ojos carnales, en egipcio es la causa de toda sensibilidad.
“Va”, poder conjuntivo, conyugal y soplo animador. El Espíritu, físicamente es el viento en sánscrito.
La letra planetaria de Jesús es “Sh” (valor 300). Aquí la forma arqueométrica es un triángulo aunque con una vertical. Esa bisectriz determina el aplomo y el Eje Norte -Sur del Mundo. Hemos visto que su Zodiacal “Ph” (valor 80) es el poder dado a Saturno por el Acto definido. 80 + 300 = 380 (Ver en nuestro P.P. III los números 360 y 20). 80 multiplicado por 300 es igual a 24.000, que es el número de años en el ciclo periódico de los “Yugas”.
“Sha” es el reposo eterno, el Paraíso.
“aS” es el ser existente y presente. Significa la tierra del Principio y realidad eterna en árabe y en varias lenguas antiguas de Asia.
En fin, analicemos las letras zodiacales de dos en dos:
“IPh” significa la manifestación perfecta de la Gracia y de la Belleza en árabe.
“PhI” palabra de Dios en hebreo.
“PhI” boca de Dios en árabe;
“PhO“ es el soplo de la boca, la voz, la palabra en sánscrito y hebreo.
“PhO” Luz, “phos”. La voz, “Phono” en griego.
“PaVa” es la purificación de las Almas, en sánscrito.
“Oph” es la manifestación gloriosa, en árabe.
“Oph” es la visión divina, en griego.
“Va Pa” es el principio que particulariza o específica las especies y los gérmenes. Es la acción de engendrar. Vapurna es Dios engendrado por Dios (sánscrito).
“VaJ” es la reintegración en la vía divina, homenaje al poder y a la gloria (Védico).
“YO” es el movimiento remisivo de la Luz Vital (hebreo). Es el Verbo en el Verbo, indisoluble e indisociablemente unido él mismo a la Vida y por quien todas las cosas, tanto espirituales como corporales, han sido creadas. “In principie erat Verbus (dice San Juan) et Verbum erat apud Deum, et Deus erat verbum… Omnia per ipsum facta sunt et sine ipso factum est nihil quod factum est. In ipso vida erat...” (estudiarlo en siriaco y en arameo).
En fin, para decir todavía una palabra sobre el 22, aquel número que caracteriza los alfabetos de las lenguas - madres y simboliza las bases de las investigaciones arqueométricas, recordemos que el Arcano XXII es la “Corona”. Esto se comprende tanto por el “Tau” egipcio como por la Sephira superior, Kether, del Árbol Cabalístico. Es el Arcano Supremo de la Maestría, figurado por una corona de rosas que rodea a la estrella de seis ramas. Alrededor de la Corona se colocan en cruz: una cabeza de hombre, una de toro, una de león y una de águila. Hay que comprender de inmediato que se trata de los 4 signos fijos del Zodíaco: Toro-León - Escorpión -Aguador, a relacionar con las palabras sagradas, términos divinos, elementos, etc.
Al centro de la estrella de seis ramas formadas por un doble triángulo antipódico, o hexagrama iniciático, se colocan los principales números de los cuales dependen todos los otros: 1, 2, 3, 4, 5 y 6. La suma total de esos números es 21 que está colocado al centro y lo ilumina. Es la llave del triple septenario mágico, el símbolo completo de la iniciación oculta: es el secreto de ese número que el Adepto debe calar primeramente. Colocar 7 en cada punta del triángulo o meditar sobre los 3 valores de los 7 planetas tradicionales según el sentido astronómico, astrológico y astrosófico.
Ese Arcano era el emblema que llevaba el Mago arribado al punto más alto de la Iniciación y colocado por ella en posesión de un poder cuyos grados ascendentes no tienen otros límites que aquellos de su inteligencia y de su Sabiduría. Recuerda Hijo de la Tierra que el Imperio del Mundo pertenece al Imperio de la Luz, que el Imperio de la luz pertenece a la Voluntad Santificada. La Dicha es para el Mago el fruto de la Ciencia del Bien y del Mal, pero el DIOS Eterno no permite cosechar ese fruto imperecedero más que al hombre suficientemente dueño de sí mismo y capaz de a cercarse a él sin codiciarlo.
Símbolo de La Rosa y La Cruz
Esa cruz rodeada por una corona de rosas, es también el símbolo de LA Rosa y La Cruz, del cual varias Ordenes Místicas han tomado el emblema. “Rosa” es Dicha, Ideal, Dulzura de vivir; “Cruz” es Redención, Sacrificio, Misericordia. La Rosa está representada por 10 círculos y agregándoles las 4 ramas de la cruz, tenemos el número 14, cuyo Arcano, “Las Dos Urnas”, es la característica de las metamorfosis, de las transformaciones, de las transmutaciones. Eso corresponde al Sol en el signo del Escorpión (Sol = Vida; Escorpión = Muerte), es la Unión de los dos Principios eternos. El círculo es la figura sin comienzo y sin fin, la eternidad de la vida, y el número 10 la renovación, el regreso a la unidad después de la metamorfosis ineluctable. Habiendo atravesado el estadio de los 9 primeros números, viene enseguida el décimo, o “Cero”, figurado justamente por un círculo. Las ramas de la cruz recuerdan las acciones que tienen unos sobre otros los 4 elementos. Son los 4 estados de la materia: Tierra, Agua, Fuego y Aire.
10 Círculos son los 10 números sobre los cuales enseguida todo reposa: “diez y no once…” - dice el Zohar - Esto recuerda las DIEZ esferas astrológicas: la terrestre, las 7 planetarias, las estrellas fijas, y la décima: el Cielo Empíreo. Hay inclusive 10 Sephirots, y esos 10 Números con las 22 letras, constituyen la Llave de toda la Santa Qabbalah.
Las 4 Ramas son los 4 ángulos celestes o puntos cardinales, o incluso los 4 ángulos del tema astrológico. Estas son las cuatro “triplicidades” que hemos visto ya en el libro precedente y que pueden naturalmente ser siempre relacionadas con todas las otras consideraciones gracias a las analogías arqueométricas.
Digamos al pasar que la piedra cúbica es la ilustración del imperio del Adepto sobre los 4 Elementos con sus Seres: Salamandras para el Fuego, Gnomos para la Tierra, Silfos para el Aire y Ondinas para el Agua; los cuales se relacionan evidentemente con los 4 objetos mágicos: Vara, Espada, Pántaclo y Copa, que son también los 4 símbolos del Tarot.
El Cetro y La Espada están simbolizados por los dos trazos principales de la Cruz; el Siclo y la Copa están representados en la forma circular de la Rosa. Esas “4” son aún las Láminas de cada una de las 4 series de cartas, puesto que hay 4 figuras: Rey, Reina, Caballero y Sota, y 10 láminas ordinarias. Recordemos que 1 + 4 = 5, el número de la Iniciación, es la estrella de 5 puntas que representa al Hombre Perfecto, ilustrado por las dos piernas, los dos brazos y la cabeza. Es el “Papa” en el Tarot de Marsella, el “Hierofante” en el Tarot Hermético. En fin, 12 líneas para trazar la Cruz, más 10 centros para trazar los círculos que simbolizan la Rosa, dan como resultado 22, número del dominio completo.
Esa relación de 4 a 10 en la descomposición del número 14, se explica todavía por la “Tetraktys” o Tétrada Sagrada que es la representación característica de la ecuación: “Valor Secreto” de 4 es igual a 10. Pitágoras demostraba que el número 4 contiene todos los números fundamentales de 1 a 10, marcando así el retorno a la unidad por la decena. En efecto, si presentamos los “Trigones”, que son los números triangulares, vemos que no son sino la suma teosófica que corresponde al número pero llamados “trigones”, ya que se los puede colocar en montones triangulares cada vez. San Agustín los presentaba igualmente. Hoy constituyen lo que se llama “Valor Secreto” (V.S.).
Los “V. S.” Son, en cierta manera, los verdaderos “valores completos”. En la construcción de una casa, por ejemplo, cuando la casa está terminada solamente es visible la fachada, y, sin embargo, importantes trabajos han tenido lugar detrás de ella. Sus materiales no son pues únicamente los de la fachada sino todos los que entran en la composición de la casa, así, lo visible viene a agregarse a lo invisible. Ocurre idénticamente con los números, cuya construcción requiere una parte no-visible a la cual se le debe agregar lo visible. Así, para hacer CUATRO se necesita uno, más dos, más tres, y (que no son visibles, aunque sí necesarios para la construcción), finalmente se agrega el cuatro, lo cual hace un total de DIEZ (1 + 2 + 3 + 4).
En el “Sepher Yetzirah” (Cap. IV, 4) está escrito: “Las 22 Letras, el Creador las ha trazado, tallado, multiplicado, pesado y mezclado, y El ha formado todas las criaturas y todo aquello que ha sido creado. ¿Y de qué manera las ha multiplicado? El Aleph con todas y todas con la Aleph, la Beth con todas y todas con la Beth, el Guimel con todas y todas con el Guimel…Todas girando en círculo (ver la Firma de la “Clavícula de Salomón”) se encuentra que salen por 231 puertas y bajo un mismo nombre”. Tal es pues el número de combinaciones que pueden otorgar las 22 letras de dos en dos: (21 x 22)/2 = 231 que es el punto de partida de los “valores secretos”.
Esos “V.S.” se encuentran al multiplicar el número cuyo “valor secreto” se necesita, por el número inmediatamente superior y dividiéndolo por dos. Pero el “V.S.” de un número debe sobre todo comprenderse como un Total. Es el valor “completo” de ese número, es decir, a su valor aparente se agrega la suma de lo que está escondido. Así, por ejemplo el 6, además de lo que representa habitualmente, totaliza 21, porque 1+ 2 + 3 + 4 + 5 = 15; y 6 + 15 = 21. El Valor Secreto de 6 es pues 21. Se simplifica por la fórmula:
V.S.N. = N (N + 1)/2.
Todo esto de acuerdo con el valor secreto de primer orden. Los valores secretos de segundo orden se escriben: V.S.².
El V.S.² de 3 se convierte en 10; de 5 es igual a 35 (por ejemplo: V.S.² de 5 = 1 + 3 + 6 + 10 + 15 = 35). Se les llama también “Números Piramidales”. Hay aún los valores secretos de tercer orden y de órdenes superiores: V.S.³; V.S.⁴, etc.
La “Torah”, que está compuesta de 5.845 versículos, es a ese propósito una de las obras más iniciáticas, ya que por nuestras progresiones teosóficas encontramos que: 5 + 8 + 4 + 5 = 22, y justamente toda la llave esotérica reposa sobre 22 letras.
La “Torah”, la Ley Mosaica encerrada en el Pentateuco, es la Doctrina Racional de la Iniciación hebraica. Su conocimiento ilumina al hombre y lo arranca de la servidumbre según la Teosofía Judía. La única guía de la vida hebrea que tiende sobre todo a una organización social: la Nomocracia. Es el estudio de la Torah, el primer texto hebraico dividido en capítulos, versículos, etc.… La Torah, que significa Ley, es la Ley Cósmica como emanación del Logos en el sentido de “Luz”, de Conocimiento, de Saber. Originalmente existía la Tradición oral (la Qabbalah) que enseguida se presentó como un solo versículo ininterrumpido, sin puntuación, formando un bloque sin separación.
La Teosofía Judía es el esoterismo de la teología hebraica. Esa filosofía de la Tradición se divide en 6 partes:
1. Teología propiamente dicha, que es la concepción que se hace de Dios el genio de Israel;
2. El Génesis, es decir el estudio de las relaciones entre Dios y su manifestación, es el Bereschith;
3. Cosmogénesis o Formación del Universo, colocándose en el plano de la realización divina;
4. Las razones, la utilidad y la necesidad de esa formación;
5. El Adam- Kadmón, o sea el Hombre Universal beneficiario de esa formación; y,
6. Antropogénesis o constitución y evolución del hombre.
Así la Teosofía Judía no tiene dogma ni artículo de fe, es una verdadera “Religión”. La Literatura es abundante pero se trata sobre todo de una exposición de opiniones en vista del carácter intraducible de los textos originales; ya que es preciso conocer el sentido esotérico de los jeroglíficos y los símbolos de los signos.
Se comprende enseguida la necesidad de estar documentado en numerología. La Ciencia Numeral es la ciencia de los ciclos y de las vibraciones que componen el mundo. Esta Ciencia del Número, no es solamente una “simbólica” sino también una “genética”. En el presente tiene todavía un carácter para-científico y solamente cuando haya afirmado sus descubrimientos en la genética, la ciencia numeral podrá extenderse en una simbólica. La genética presta menos atención a los números aislados que a los ciclos de los números, y procura conservar un apoyo científico.
En fin, toda la Ciencia numeral reposa en la estructura geométrica del círculo. La Llave fundamental es que cada uno de los 22 polígonos regulares que se pueden inscribir en el círculo, corresponden a una letra hebraica. Partiendo desde el triángulo equilátero hasta el polígono de 360 lados, se forma primero en el centro un ángulo de 120 grados que va disminuyendo hasta 1 grado. De ahí entonces que las operaciones de guametría permiten sumar el valor numérico de las letras de una palabra y despejar así su valor, el cual está basado, naturalmente, en los valores esotéricos, tal como lo hemos mencionado ya en varias ocasiones y en particular detalladamente en nuestros Propósitos Psicológicos: II y III.
Se llaman Números Divinos aquellos que se descomponen directamente en factores reducibles a números - llaves.
Se llaman Números Humanos todos aquellos que por operaciones diversas de descomposición y reagrupación en el seno de los Valores Secretos, se pueden reducir a números - llaves.
Los Números -Llaves son instrumentos cabalísticos basados en los valores esotéricos de las 22 letras del alfabeto hebraico. Estas corresponden a los 22 polígonos regulares que se inscriben en el círculo y que a partir del triángulo equilátero forman sucesivamente los polígonos cuyo número de lados define justamente la numeración de dichos números llaves; es decir, 3, 4, 5, 6, 8, 9, 10, 12, 15, 18, 20, 24, 30, 36, 40, 45, 60, 72, 90, 120, 180 y 360; y son precisamente esas divisiones geométricas las que han dado nacimiento al mecanismo de la guametría.
Tal como los ha mencionado Euclides en su Libro VII, los Números Planos se llaman así cuando resultan de la multiplicación de dos números entre sí, mientras que los denomina Números Sólidos cuando resultan de la multiplicación de tres números entre sí.
Los Números Amigos o Amantes marchan en pareja y se acoplan de manera benéfica, es decir que cada uno de ellos es el total de los divisores del otro. Por ejemplo: 220 y 284, pues los divisores de 220 son: 1, 2, 4, 5, 10, 11, 20, 22, 44, 55 y 110 = 248. Así, hay una centena de números “amigos”, pero aún no se ha emprendido su estudio en el aspecto esotérico.
Los Números Perfectos son aquellos que son iguales al total de sus divisores. Por ejemplo, 6 es perfecto ya que es igual a la suma de sus divisores: 1 + 2 + 3. También lo es el número 28 por ser igual a 1 + 2 + 4 + 7 + 14; así como el Número Perfecto 496 que es igual a la suma de sus divisores: 1 + 2 + 4 + 8 + 16 + 31 + 62 + 124 + 248. A ese efecto se emplea la fórmula (2ᵐ⁻¹) x (2ᵐ-1), donde el factor (2ᵐ-1) debe ser un número primo*. Así, en razón de esa fórmula, si m = 2, 3, 5, 7, 13, 17, los 6 primeros números perfectos son respectivamente iguales a: 6; 28; 496; 8.128; 33.550.336; 8.589.869.056. Con m = 61 se obtiene:
2.658.455.991.569.831.744.654.698.615.953.842.176.
Tal vez sea oportuno citar aquí el Teorema de Pitágoras: “Los cuadrados de dos números están ligados por un factor de afinidad: ”. En ciertos casos la suma de los cuadrados de dos números es el cuadrado de otro número entero, como: , o sea 5². El gran filósofo-matemático enunciaba: “Hay una infinidad de triángulos rectángulos de lados a, b, tales que a, b, y c serían medidos por números enteros. Para obtener esos triángulos rectángulos es preciso considerar todos los números X e Y tales que: 2xy sea un cuadrado perfecto, entonces se tendrá:
”. De ahí la tabla de los cuadrados pitagóricos.
Puesto que nos hallamos en las cifras, sería interesante quizás, terminar este capítulo con aquello que algunos gustarían llamar “La Hipótesis de Oro”.
Aplicación de un método general para resolver:
A fin de resolver la ecuación:
Supongamos:
Pero la ecuación será simplificada por el intercambio de la incógnita (la desconocida) por la fórmula:
Los coeficientes K L M son consecuentes de dos variantes solamente.
*
* *
Después de esas consideraciones un poco técnicas, regresemos a una manera de ver más simplificada, sin embargo hay que notar desde ahora que la simbología oculta o, si se prefiere, la Ciencia Oculta, no es una cosa vaga y que estamos lejos de quienes han pretendido hacer ver a ese Gran Arte Sagrado como una especie de superstición.
Todo reposa siempre sobre bases muy sólidas y se trata de buscar en las analogías, similitudes y símbolos, leyes capaces de jugar en diversos planos, leyes de acción y reacción, de causa y efecto, y, en una palabra, de un mecanismo sobre todo, que no siempre es “visible” a primera vista pero que el razonamiento demuestra lo bien fundado. En efecto, la simbología oculta, es decir, la Ciencia de lo que no es “visible”, es mucho más CIENTIFICA que el estudio consagrado como científico por algunos profesores oficialistas que relegan las “ciencias ocultas” en general, al estadio de PSEUDO-CIENCIAS… Sin embargo, sin querer exagerar en las investigaciones etimológicas, parece que la palabra “Ciencia” viene del latín “scientia” que produce: sci - ens - entis, participio presente del verbo “scire”, que significa Saber. Por lo tanto, el conocimiento no debe ser reglamentado en un “saber” oficial y un “saber” no-oficial.
Nuestra lógica se niega a creer que nuestro Cosmos sea una manifestación única, que nunca nada le haya precedido y que en la eternidad nada deba sucederlo… En fin, si creemos en la posibilidad contraria, entonces sería como una prueba de que la “Nada” existe en el Ciclo Cósmico… y que así como había reinado antes12, ésta podría reinar después.
Nada es estático y todo se encuentra en evolución… La vida es una vibración y es solamente la velocidad de las tonalidades vibratorias lo que hace la diferencia entre un árbol y el hombre13. No obstante, aún en este mismo ejemplo, se pueden aproximar ambos, justamente por múltiples analogías: la raíz es el estómago, (raíces y raicillas), los quilíferos en el tronco donde se encuentran igualmente los glóbulos sanguíneos, las hojas son los pulmones y hasta los bronquios pueden verse en las nervaduras de estas. Esas semejanzas pueden repetirse en los diversos reinos, como ya lo sabemos. Así, igualmente los planetas son comparables al ser humano pues, por ejemplo la Tierra, inspira y expira gracias a las mareas de los océanos y los mares, ya que habría como diástoles y sístoles del agua durante las 24 horas. En fin, los ríos son la sangre de nuestro planeta y las capas minerales geológicas, sus nervios.
Por otra parte los Iniciados ven la Tierra como una entidad orgánica muy similar al ser humano, ella se nutre, respira, etc… como nosotros. Esas 4 grandes funciones son bien conocidas: a) absorción por el humus; b) división del alimento; c) transformación; d) excreción. Esa es una de las razones ocultas por la cual, cuando la tierra tiene demasiada hambre se producen cataclismos, revoluciones, guerras, a fin de satisfacerse de nuevo absorbiendo todos los cuerpos de esas víctimas.
Según estadísticas muy serias, las más recientes cifras medias de muerte se elevan a 97 hombres por minuto; de manera que mueren140.000 personas por día en nuestro planeta. Y aquí el simbolismo juega una vez más su papel. Cuando se piensa que ese número redondeado a la centena podría contar 6.000 personas muriendo cada hora, lo cual daría 144.000 muertos en 24 horas, no se puede dejar de ir al Capítulo séptimo del Apocalipsis de San Juan, Vers. 3 y 4: “No hagáis mal a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos marcado con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios. Y yo escuché el número de aquellos que habían sido marcados por el sello: ciento cuarenta y cuatro mil…” (Ver también Apocalipsis XIII, 1). En fin, según la opinión de ciertas sectas cristianas evangelistas, se trata de 144.000 que serán salvados. Y para ellos estos son, por supuesto, los miembros de su organización; aunque que se trata mas exactamente de 144.000 personas muriendo en una jornada, lo cual ofrece un hermoso tema de meditación, muy distinto del predicado por personas ingenuas que toman a la letra lo que dice la Biblia en lugar de comprenderlo en Espíritu.
Debemos regresar una vez más a la explicación de ese Absoluto, porque no es la “nada” comprendida en el sentido corriente y profano, sino más bien el “Todo -Nada”.
Es la Nada que contiene ya todo en ella para las producciones por venir…Ese Incognoscible es el “Sin-Fin”, es el “Ain-Soph” que designa al Absoluto en la Santa Tradición de la Qabbalah. Es preciso asir bien que para los hebreos el “Ain-Soph” no es Dios. Él es más bien “Yod - He- Vaw – He”, el intraducible. Ese “Nada -Todo” (Ain - Soph) es, por otra parte, el estado cabalístico que tiene 3 divisiones como los 3 departamentos del Empíreo, o bien las 3 hipóstasis del Atman oriental. Es, en fin, como siempre, la Trilogía habitual que se encuentra en la base de todas las Filosofías: Vida - Forma - Pensamiento; Cuerpo físico- Alma - Espíritu.
Ain - Soph es el “Sin Límites”, es el “Ninguno”, el “Nada”, en el sentido del “Magnum inane” de Virgilio (Bucol. Eglo. VI, 31). Es aquello que Hegel llama “Ser Absoluto” y también “No - Ser”. Es el Absoluto como única realidad que está en el Origen, mientras que Él es, por otra parte, “sin origen”. No se trata, pues, de la Nada en el sentido privativo, sino del Infinito, el Poder Absoluto del cual solamente su manifestación puede alcanzarnos, al mismo título que, por otra parte, nosotros no conocemos la FUERZA más que por la MATERIA que es su condensación. En fin, eso podría aproximarse al Cabahuil de los Maya- Quiché, o al Adhi -Shakti entre los Hindúes. La expresión numeral de Ain-Soph es 166. Ver el número 166.500 en los valores explicados en el P.P. No III de esta Serie de publicaciones.
La palabra “Ain” puede traducirse por Absoluto, pero literalmente querría decir Nada o Vacío. Ese término hebraico (Ain) es la negación del Ser, al mismo tiempo que es su afirmación. Su emanación del No- Ser, su oposición aparente, se confunde en su Unidad esencial. El “Yo” de cada uno de nosotros es un reflejo debilitado de la Realidad que vivifica el Universo, es decir, para emplear la expresión de Carlyle: el “soplo del cielo” es al mismo tiempo el “soplo de la vida terrestre”. La Qabbalah traduce eso por tres letras: A-I-N (Aleph -Yod-Nun). La palabra “Ain”, que significa “no-ser”, está compuesta por 2 letras exactamente, ya que el Aleph no es más que una aspiración. Estas son “Yod” la sapiencia, y “Nun” la inteligencia suprema. La Teosofía Judía afirma bajo esas letras que una cubierta “Nada” (Ain) disimula el TODO. Es en la negación de la afirmación de ese Nada -Todo, que se halla la noción humana de Supremo y de Absoluto. Por otro lado, el poderoso Misterio se halla también en el hecho de que “Ani”, (“Yo” y “mí”), se escribe con las mismas letras que “Ain” (Ninguno y Nada).
AIN es el Yo-negativo de Dios, mientras que ANI sería el yo-positivo de la divinidad. Los dos términos comienzan por “Aleph”, espíritu dulce, y el mismo soplo anima a los dos vocablos, es el flujo de la vida, el principio primordial.
El genio hebraico asocia “nada” a “fuente” u origen. Así “ninguno” (AIN) es la fuente de donde TODO toma su energía de manifestación: Ain (Aleph -Yod-Nun) el “ninguno” y Ainn (Ayin-Yod-Nun) la “fuente”. En efecto no hay diferencia puesto que “Aleph” es un acento correspondiente al espíritu dulce de los griegos y “Ayin” corresponde al espíritu áspero14.
Las Escrituras Santas comienzan por “En los inicios Dios creó…”, pero el texto original dice en realidad: “Bereschith bara Elohim…” Bereschith ya es un segundo comienzo y, hay igualmente un TERCER comienzo… del Cielo y de la Tierra. Es necesario citar una vez más al Abad G. Busson. Este erudito eclesiástico presentó un hermoso trabajo sobre la Santa Qabbalah durante el Congreso científico de católicos en París. En su ponencia, dice sobre el Absoluto: “...Todo aquello que el espíritu puede asir no es más que una envoltura, la “Mercabah” del
invisible e incomprensible “Ain Soph”. Él es el todo de esa envoltura que es El sin ser El. Fuera de ella él es “nada”. Su propio nombre es por otro lado “Nada”. Sin embargo, la Tradición afirma que la sabiduría viene de l “Ain-Soph” según aquel pasaje del libro de Job: “¿De dónde viene la sabiduría?”. Y se traduce en respuesta: “La sabiduría proviene de Nada (Ain=Nada), “Hochmah m’Ain thimtsé”. El Abad Busson insiste también sobre la revelación divina, siempre oportuna y adaptada a los tiempos y a las circunstancias, a las necesidades y a las ideas de los hombres que deben recibirla. Entre otras cosas él dice: “El Dios de Israel, aquel de Moisés, aquel de los Cristianos, no se convierte …ÉL ES…”.
Hemos visto cómo la lógica se opone a la idea de que nuestro cosmos sea una manifestación única. En efecto, de la Nada ninguna cosa puede salir ni entrar, de lo contrario ya no sería la nada. Si el ritmo de manifestación es pues eterno, no puede ser de otra manera para DIOS, fuera de quien nada puede existir, pero EN quien está el Incognoscible, la Esencia-Una no vitalizada, pues el Espíritu-Vida ya es el Dios Manifestado. Entre el Principio-Único no manifestado y el Principio-Único manifestado, no hay diferencia de Esencia, pero para nosotros, seres condicionados, hay una diferencia de naturaleza y de estado. Repitamos una vez más aquello que ya hemos analizado largamente en “Los Misterios Revelados”, el libro III de la serie de los Grandes Mensajes.
Primeramente no existe Dios más que en potencia. En la Unidad inefable es la primera persona de la Trinidad o Dios -el-Padre (Brahma), después El se revela a sí mismo y se crea todo un mundo inteligible. El se opone como pensamiento, como razón universal: es la segunda persona de la Trinidad o Dios -el-Hijo (Vishnú); finalmente, Él actúa y produce, su voluntad se ejerce y su pensamiento se realiza por fuera de Él: es la tercera persona de la Trinidad o el Espíritu-Dios, es el Espíritu Santo (Shiva). Así, pasando eternamente por esos tres estados, nos da la imagen de un círculo cuyo centro está en todas partes y cuya circunferencia en ninguna.
Bien entendida, esa Trilogía es siempre una Tri-Unidad. Es del Absoluto que “emana”: Vida -Forma Pensamiento, tan bien simbolizada en Yoga por el célebre “AUM” que por sí mismo caracteriza ya la trilogía de todo mantram; Bija (la raíz), Shakti (la fuerza) Tilaka (el soporte). Su emblema es el Kala-Hamsa o Cisne Místico, ese animal sagrado cuya cabeza representa la “A” (el Espíritu), la “U”(el cuerpo) y la “M” (el Alma) las alas, intermediarias entre el mundo terrestre y el mundo celeste; es la materia plástica que reúne los dos planos. En fin, ese Triple Principio Científico: Vida -Forma-Pensamiento, está reconocido en todas las filosofías, ya sea entre los hindúes con Brahma (el creador), Vishnú (el sustentador) y Shiva (el destructor de las pasiones), o entre los Musulmanes como El Aqil, El Aqlu, El Maqûl, así como en Horus, Isis,Osiris de los egipcios, aunque en ese caso Tem, Shu, Tefnut sería mejor aplicado15.
Pero no para todos se plantea la cuestión de personificar esos principios. Así, por ejemplo, los Budistas no hacen intervenir atributos de divinidades y, sin embargo, su sistema reposa en una trilogía: el “Buda” (el Iluminado, del cual hay que seguir el ejemplo) el “Dharma” (La Ley, la Moral a seguir) y la “Shanga” (la Comunidad, en la cual es preciso venir a tomar refugio). los sabios chinos, los Prudentes que siguen el método del “Tao” (la Vía, el Sendero Iniciático, representan todo por la trilogía: Tei-Yang-Yinn. Mientras que los Iniciados hebreos que se remiten a la “Qabbalah”, la Santa Tradición Oral, tienen como emblema característico el Árbol Sefirótico, cuyos elementos supremos son también en número de tres: Kether-Hochmah-Binah. En cuanto a los Yoghis, se perfeccionan sobre todo gracias al “Pranayama”, el control de la respiración que está basado naturalmente, en las tres fases de la respiración: Puraka, Kumbhaka, Rechaka (inspiración, retención, expiración).
En fin, como es natural, pensamos inmediatamente también en los tres planos: Divino, Astral y Material, así como en los tres estados que forman al ser humano: Espíritu. Alma y cuerpo Físico. En efecto, el hombre forma por si sólo todo un mundo, llamado “Microcosmo” porque ofrece abreviadas todas las partes del Universo: la cabeza corresponde al Empíreo, el pecho al Cielo medio o etéreo y el vientre a la región elemental.
Hemos visto hace un instante, que no hay nada extraño en comparar la Tierra con un ser viviente, pues la cuestión de forma no tiene importancia. Es el hombre quien tiene esa fastidiosa deformación de figurarse a todo “ser viviente” a su imagen!… Mientras que la Tierra gira sobre sí misma en 24 horas, los océanos presentan, como el corazón del ser humano, dilataciones (diástoles) y contracciones (sístoles), caracterizados por las mareas altas y bajas. Para la respiración, el día y la noche vienen a marcar esos períodos de aspiración y expiración pues nuestro planeta inhala por el ecuador y exhala por los polos. En cuanto a la inervación, se encuentra en las fuerzas que la Tierra extrae del Sol y concentra en los filones metálicos que son como un verdadero sistema nervioso. El ciclo de esta inervación se hace en un año de la Tierra que equivaldría a 360 años - terrestres ordinarios, lo cual daría los 25.920 años de la precesión equinoccial llamado UN Año Cósmico por Platón. He ahí pues, el “Macrocosmo” o poder cósmico llamado Naturaleza o Destino y que los Hermetistas consideran todavía en tres planos:
1. El mundo sublunar, de la tierra a la luna, que es el universo de las fuerzas físico-químicas. Es el dominio de las acciones sobre la tierra.
2. El Universo Medio, del Sol a los planetas, que resulta de las fuerzas astrales y toca ya los dominios físico-psíquicos del Cosmos.
3. El Mundo Empíreo, de nuestro Sol a los otros Soles situados en la zona de atracción, que constituyen las fuerzas-Principios, en acción en el Universo entero.
Es evidente que esos 3 Universos no son extraños unos para otros y que son semejantes al movimiento respiratorio, al sistema nervioso y a la circulación de la sangre que, a pesar de ser funciones separadas en el organismo, no por ello están menos sincronizadas, como todo lo que ES.
Todo está íntimamente ligado. La Trinidad activa e indisoluble está en todas las cosas: desde los 3 Principios que constituyen el Universo: Arquetipo - Macrocosmo - Microcosmo, hasta los 3 planos de cada uno de esos Mundos. En el hombre: el cuerpo físico, el astral y el espiritual respectivamente soporta, anima y mueve al Ser, lo cual es llamado la TRI -UNIDAD en ocultismo.
Hay Trinidad y Unidad en el hombre. Así como en Dios, el Hombre es UNO en persona y Triple en Esencia pues, como ya lo definía Paracelso, tiene el soplo de Dios: el cuerpo, el Alma y el Espíritu Sideral. En cuanto a Marco Aurelio, escribía en el Libro XII, Pensamiento III: “Tu persona se compone de tres sustancias: un cuerpo, un alma animal y un alma razonable. Los dos primeros son tuyos únicamente en el sentido de que estás obligado a cuidarlos, pero es solamente la última sustancia la que es propiamente tuya”.
Esa doctrina de los 3 Principios, de la Trinidad en la Unidad, se halla en la base de la enseñanza esotérica. En efecto, la Unidad se manifiesta siempre, en primer lugar, por un ternario del cual se derivarán los 4 elementos para construir finalmente los 7 elementos sagrados. De ese “trígono”, característica del plano divino, y del “cuadrado”, característico del plano material, se obtiene ese “septenario” simbólico que se representa en todo y al cual vendrán a agregarse las otras composiciones, ya sea en diez términos, como los ha presentado Hoene Wronski en su “Ley de Creación”, y de los cuales los Sephirot forman un hermoso emblema; o bien sea en doce términos que tienen en los signos del Zodíaco su más bello ejemplo16.
De todas maneras, es siempre de la ley trinitaria que se parte para un análisis completo de los detalles.
Conocemos aún esos movimientos de fuerzas que se ponen en juego, por ejemplo; el deseo (amor físico), el apego (amor sentimental) y la simpatía (amor cerebral); sin embargo, a medida que el Ser se eleva, o, más exactamente, “evoluciona” en el sentido iniciático, se dará cuenta de múltiples facultades nuevas que pueden actuar.
Atracción y repulsión son potenciales que se encuentran por todo el Cosmos, tanto como en el átomo. Vemos esas fuerzas en acción, primero bajo la forma del apetito sexual; después, por encima de esa condición, es el “corazón quien hablará”, es decir, el centro del Alma. Por último, se avanza poco a poco hacia la forma más delicada del Espíritu. En cada una de esas tres manifestaciones encontramos también dos fases: una activa evolutiva; otra negativa involutiva. Esas potencialidades son siempre constructivas (y no destructivas) aunque sin embargo en un sentido diferente, ya que los juegos de fuerzas que accionan alguno de los centros: vientre, pecho o cabeza, pueden hacer predominar una u otra tasa de vibración. En efecto, en el centro inferior estas serán o el impulso malsano o la ley de la generación, es el plano de la sensación que permanece exclusivamente animal. Elevadas al segundo plano, en el centro medio del pecho, los sentimientos pueden ser de afección pura, pero también estar sometidos a la pasión y a los celos. Finalmente, en el tercer plano, cuando las vibraciones alcanzan la sede de la intelectualidad, resulta una asociación de ideas, pero también pueden arrastrar a la caída moral cuyas consecuencias son quizás las más terribles17.
Existen fuerzas por encima del Ser y esas fuerzas actúan, ya que todo es homogéneo en el Universo. Elevarse por encima de esas manifestaciones es ser Iniciado.
Hemos dicho más arriba que hay dos fases que son siempre CONSTRUCTIVAS pero en un sentido diferente y aún opuesto; y es que no existen precisamente verdaderas posibilidades destructivas.
Abordemos ahora la cuestión de los “PODERES” e inmediatamente con el problema de la “MAGIA”, sobreentendiendo la magia “blanca” y la magia “negra”… Es preciso concebir ante todo que no hay, propiamente hablando, diversas “magias” sino simplemente diferentes grados, que por otra parte, no pueden aplicarse más que a casos particulares o semi -generales. Por ejemplo ¿quién puede definir lo frío y lo caliente?… eso depende primero que todo con relación a qué y también con relación a quién. Además, hay EN EFECTO muy poca diferencia, aún entre los extremos de esas polaridades, cuando se mira eso desde el punto de vista cósmico, infinito, eterno, etc…En resumen, con la temperatura se hace el frío o el calor, con la actividad cerebral se hace el genio o el loco, así como con la magia, entendida en el sentido más bajo de brujería, se hace el bien o el mal para tal persona o tal cosa, ya que inevitablemente aquello que uno produce en un sentido reacciona en el otro, lo cual hace pues que el “bien” para uno, sea el “mal” para otro…En consecuencia, cada vez basta simplemente con un cambio de vibraciones. Es más o menos el mismo procedimiento que con las “direcciones” contrarias, la misma idea de una voluntad produciendo efectos opuestos en apariencia…pero, en realidad la “destrucción” no existe, es una hipótesis de explicación, se construye otra cosa, se multiplica en otro orden, se transforma, etc…pero no hay destrucción.
Aún aquello que llamamos “muerte” no es EL FIN, ya que de todas maneras algo persiste, queda, continúa… así no fuese más que el cuerpo físico que al descomponerse se transforma y continúa produciendo otras materias. Actualmente se sabe que al cabo de una hora y media hay una pérdida de 17 centésimos de miligramo en un cadáver pesado caliente; se trata ciertamente del fluido vital que escapa, es en efecto la indicación de que el alma acaba de dejar el cuerpo. Ese peso es aparte de los 14 a 26 gramos que pierde el cuerpo humano en el momento de la defunción, según la declaración del Dr.Duncan Mac-Dougall. Se trata aquí del aire y de los gases que se escapan del cuerpo, así como de la pérdida debida al fenómeno físico natural.
En fin, la “muerte” es aún una “transformación”. Hemos visto ya que el humus, el estómago terrestre, es susceptible de recibir los cadáveres o montones de células terrestres que había confiado a un ser viviente para formar su cuerpo. Así, de la descomposición y de la putrefacción re -nace algo. Aún cuando fuera un grano puesto en tierra, este será primeramente transformado en “cadáver” antes de reproducirse… No insistiremos sobre aquel símbolo franc-masónico muy importante, ya que aún aparte de las sociedades secretas, es un hecho bien conocido ahora que es preciso morir al estado profano para nacer al grado de iniciado. Es eso lo que, por otra parte, indica San Juan en el Cap. III, vers. 7 de su Evangelio, con símbolos que piden un extenso estudio para ser analizados en el presente. La cuestión que Jesús trataba en ese momento sobre “ser nacido de agua y de Espíritu…” es muy significativa. En fin, aún filosóficamente el célebre “es preciso que nazcáis de nuevo…” pide ya una “muerte”: morir a un estado para adquirir otro, ya sea espiritualmente o bien materialmente, el FIN de un mundo para que nazca otro. Química o físicamente, la destrucción es imposible y la Ciencia, que en todos los tiempos nos lo había demostrado, lo acaba de hacer aún especialmente con los métodos modernos de “transmutación”. “La materia se nos escapa”, dicen los sabios... En efecto, no se puede destruir algo enteramente sino que se transforma, se cambia la vibración para hacer una nueva construcción...
Así pues, es la evolución eterna, y en aquello que concierne a hacer el “bien” o la “magia blanca”, se trata simplemente de no cortar la “cadena” por una destrucción voluntaria, o también de no transformar una materia dada en otra de más baja radiación o, de alguna manera, menos evolucionada. Por ejemplo, en todas las religiones se encuentra ese gran mandamiento: no matarás. En efecto, cada comida es el producto de un crimen, ya que aún el vegetariano que no consume más que zanahorias o ensaladas, ha “matado”, él mismo o por medio de otro, una entidad que vivía. Ya sea en el estadio mineral, vegetal o animal, todo lo que es VIVE. No podríamos pues, según los preceptos del “bien”, nutrirnos más que del aire, del agua, de la tierra y del fuego, es decir, de los cuatro elementos. No obstante, es claro que hay mayor culpabilidad en suprimir a un animal que a un vegetal. Sería mucho mejor aún poder alimentarse únicamente de productos del reino mineral.
A esa cuestión de no “tomar” la Vida, viene a agregarse otra, aquella del psiquismo que es mucho más difícil de definir, pues cuando queremos definir la VIDA constatamos que constituye una Realidad, pero que el PSIQUISMO constituye otra; sin embargo, si nuestros físicos han ensayado aclararlo a los hombres, ellos no han podido hasta ahora calificar esa manifestación superior a la “actividad física”… Dejando de lado todo comentario, notemos no obstante que la física tendrá aún muchas dificultades para definir: el pensamiento, los sentimientos, la afectividad, el instinto, el equilibrio intelectual, la locura, etc…
Charles Henry ha establecido que la velocidad de propagación de la energía de los resonadores bio- psíquicos, esos átomos de vida, es alrededor de 100 millones de veces la velocidad de la gravitación calculada por Laplace, la cual era ya de 30 millones de kilómetros por segundo. Esa increíble velocidad “psíquica” de 4 sextillones de kilómetros por segundo, traspasa así en 16 ceros la velocidad de la luz. Esa es probablemente la velocidad del Pensamiento y, en todo caso, una llave de los fenómenos instantáneos de telepatía. Pero, a pesar de que todo ello se encuentra actualmente reconocido por la Física, nos encontramos ahí en un terreno que pertenece propiamente a lo que en los tiempos modernos siempre ha sido llamado: la Ciencia Oculta.
Septiembre de 1.957
(Continúa en la próxima publicación)
1No se debe confundir el término “Magia” con baja brujería. La Magia, que proviene de Magistere, es la “Maestría”. Es una “magia natural” o el arte de producir maravillas o “milagros”, comprendidos como producción supra-natural y no sobrenatural. Es la utilización de las fuerzas de la naturaleza, visibles e invisibles, para un Conocimiento Superior que constituye la Matesis. Así, la Magia es la Ciencia de los Maestros, de los Iniciados y de los Sabios.
Los términos de Mago, Magia, Matesis… deben siempre comprenderse en el sentido del latín “magister” = maestro y de su raíz “magnus” = grande.
El Sabio, en el sentido verdadero de Prudente, es el Maestro que actúa con discriminación, con discernimiento, con buen juicio, gravedad y sabiduría en el plano del Saber de la Síntesis.
Entre los Prudentes (título no siempre reservado a los científicos) y los Maestros (no los profesores, sino los Instructores Espirituales), se hallan los “iniciados” en los diferentes planos de los 7 grados de la Tradición Iniciática.
*N.E. Mercurio.
2Ver el librito “Una Nueva Humanidad en Marcha” (Ediciones G.F.U.)
3Estudiar “El Arte en la Nueva Era”. (Obra No. VI, de la Serie de “Los Grandes
Mensajes”, del mismo autor).
4Pueden también extenderse a 360: los colores, los sonidos, las formas, etc… En los viejos Templos de las civilizaciones pre-peruanas, los Maestros Incas tenían salas circulares donde los 360 grados eran simbolizados por 360 estatuas de diversas divinidades, en relación con diversas manifestaciones humanas. Los Colegios Esotéricos de la Gran Fraternidad Universal (Orden del Aquarius) intentan recons-truir semejantes Santuarios en los cuales estaría archivado todo aquello que podría relacionarse con esos 360 grados, documentación Iniciática que sería de un inestimable valor para el futuro género humano.
5El Obispo Nuñez de la Vega hizo quemar en 1691 todas las imágenes del Dios Votan en la plaza pública. En efecto, hasta esa época, México había conservado el ritual del Dios Votan que los Mayas consideraban como el Creador de los Hombres, debido al soplo que El había dirigido a la nariz del primer humano, estableciendo 7 familias después de haber pasado por la ciudad de las 3 serpientes.
6La misma etimología se encuentra en el Tíbet.
7“Kala” es la medida y “sankhya” el número. Matra equivale a la palabra hebrea “middah”. Los “middoth” son los atributos divinos en la Tradición Kabbalística.
8“Aum” representa al Creador (Brahma), al Sustentador (Vishnú) y al Destructor (Shiva), como los tres tiempos de la respiración; o aún el equilibrio (A), la preservación (U) y la transformación (M). Ese “mantram” (modulación especial) está compuesto de un “Bija”(centro vital), de la “Shakti” (fuerza del mantram) y de “Tilaka” (la columna de soporte), siempre en la idea de reunir el si- individual (jivatma), con el si-universal (paramatma).
9KAABA es también el nombre del Templo en la Meca, donde se encuentra la Gran Piedra Cúbica. Esta sería un meteorito caído en la época de Adán y Eva.
10La Guametría es la operación que consiste en agregar el valor numérico de las letras de una palabra, para extraer así el valor de la misma . No se trata de despejar la palabra tomando el número de orden de las letras del alfabeto, sino los valores filosóficos o los números esotéricos. (Esto ha sido ya explicado en el número II de estos “Propósitos”). La “Notárica” consiste en agrupar las letras tomadas de diversos lugares de una palabra. En cuanto a las operaciones de la “Temura” (thémoura) se trata de permutar las letras de una palabra para extraer un valor.
11Caitra y Vaisakha (Marzo y Abril) = Vasanta (Primavera).
Jyestha y Asaaha (Mayo y Junio) = Grisma (Verano)
Sravana yBhadra (Julio y Agosto) = Varsa (Estación de lluvias)
Asvina y Kartika (Septiembre y Octubre) = Sarad (Otoño).
Agrahayana y Poesha (Noviembre y Diciembre) = Hementa (Invierno)
Magha y Phalguna (Enero y Febrero) = Sisira (estación fría).
*,si m = 3 , entonces
12Esa “nada” está comprendida aquí como “nulidad” de toda cosa, así sea en potencia. Es el Vacío completo, pero este es imposible de concebir tanto física como metafísicamente y no debe confundírsele con la “Nada – Todo” o con el “Ain Soph” de la Qabbalah, puesto que el Absoluto contiene en latencia toda la Creación, es la fuerza inherente existente en el Dios No-Manifestado.
13Hemos dado ya en varias ocasiones una lista de las vibraciones (en particular en nuestra obra “El Libro Negro de la Franc-Masonería” y, también en “Yoga”). Por otra parte, son muy conocidas en nuestros días las cuestiones de densidad, tonalidad y todas las teorías sobre las diversas vibraciones.
14“Ainn” se escribe a menudo para significar “fuente” en hebreo, a fin de diferenciarlo de “Ain” (nada). Sin embargo “Ainn”, la “fuente”, debe escribirse “Ain”, como el “vacío”, es decir la “nada” a la cual se acerca por supuesto esotéricamente. Los dos vocablos se pronuncian más o menos de la misma manera, excepto por una letra gutural al inicio del uno y una palatal al inicio del otro, aunque se escriban diferentemente en caracteres hebraicos, como ya lo hemos expuesto más arriba. En fin, “Ainn” o mejor “Ain” es la Fuente de donde el TODO va a manifestarse.
15Hay que señalar además que por una verdadera “coincidencia” (¿lo creerán?…) Osiris tenía dos hermanos: Niki y Mau. Esos hermanos egipcios encuentran su semejanza en los tres hermanos de la civilización Maya: Coh, Niki y Mau. La cosa es tanto más extraña por cuanto se trata de los mismos nombres para los hermanos del célebre Dios-Hombre de Egipto, Osiris, como para los del Gran Príncipe Iniciado de América Central, Coh. Es evidentemente posible que hace más de 10.000 años, los Sacerdotes -Iniciados de Egipto recibieran las enseñanzas de Dignatarios venidos de la Atlántida, ellos mismos en relaciones con la vieja civilización de América Antigua. Por otra parte, los restos de productos animales encontrados en la tumba del Príncipe Coh fueron analizados y se revelaron los mismos que aquellos que contenían las tumbas de varios Faraones de Egipto.
16Existen efectivamente 12 escaleras para llegar a la primera plataforma de las pirámides mexicanas (enseguida 7 para el segunda y finalmente los 3 últimos peldaños para la tercera) así como los doce grados a subir en numerosos Santuarios Antiguos. Podemos mencionar, naturalmente, las 12 tribus de Israel, los 12 apóstoles de Jesús, los 12 meses del año, pero parece ser que es preciso regresar siempre a las 12 constelaciones que bordean la eclíptica.
17Esos tres estadios y planos están desde hace tiempo simbolizados en la India por la misma alimentación. Los Gunas o cualidades son tres, con el fin de definir el estado de evolución o al menos, el estadio de la persona. Así, el “ignorante” se halla en la categoría TAMAS y se nutre de carnes; el “apasionado” vive según el RAJA-GUNA y su alimento está hecho de pimientos, de excitantes; mientras que el “puro” sigue la categoría SATTVA y su alimentación es vegetariana. Por supuesto, todo un modo de vida es reglamentado así, y da inmediatamente el grado “ideal” del individuo según su cualidad que caracteriza la ignorancia con la absorción de licores, la pasión con la nutrición llamada “rajasica” que impide evolucionar y, en fin, la pureza gracias a los frutos y a los productos naturales de los cuales se nutre aquel que se eleva en el Camino de la Verdad.